Argentina: Y llegó la séptima plaga


Por Gloria Cohen

    Qué puedo contaros sobre la séptima plaga que ustedes ya no sepan, algo que ustedes no estén viviendo ya. Y lamentar la cantidad de muertes en España y en el mundo entero, además del colapso del sistema sanitario español.

     El Coronavirus irrumpió en la Argentina el primer día del mes de marzo. Ya era raro que no se hubiera evidenciado antes, dada la afición de muchos argentinos  a viajar al exterior -en realidad, de quienes pueden hacerlo-, especialmente a aquellos países cuya inmigración fue mayoritaria en nuestras tierras: España e Italia, así que el Coronavirus comenzó a llegar en los aviones, en el cuerpo de los turistas.

     Afortunadamente, el gobierno del Presidente Alberto Fernández tomó conciencia de la gravedad de la situación y a mediados de marzo inició una fuerte campaña de concientización: primero instaurando la cuarentena obligatoria para quienes llegaran al país, después cerrando las fronteras y adoptando numerosas medidas, como el trabajo a distancia y, finalmente instalando el aislamiento obligatorio para toda la población que continuará hasta el domingo de Semana Santa inclusive.

    Con esto se busca retardar la propagación intracomunitaria y, mientras tanto prepararse mejor para atender a los enfermos, conseguir reactivos, acondicionar centros hospitalarios, etc.

   Para evitar que el virus siga ingresando desde el exterior, se eliminaron los vuelos regulares y se repatrían a los argentinos que están afuera, llevando al regreso a los turistas. Estos vuelos de repatriación han comenzado a espaciarse cada vez más, dada la posibilidad de infección y las dificultades para poner en cuarentena a los numerosos viajeros que volvían; a la fecha siguen esperando ser repatriados 12.000 argentinos en el exterior.

  Argentina se ubica entre los países que privilegiaron la salud de la población a la economía, aprendiendo de los errores cometidos por España e Italia.

    Al 31 de marzo, según cifras oficiales, se lamentan 27 muertes y 1.054 casos positivos de Coronavirus. Sin embargo, el propio Ministro de Salud señaló que no se trata de cifras reales, dada la insuficiencia de los reactivos necesarios para realizar los testeos. De estos casos positivos, el 50 % son importados, el 28 % es por contacto estrecho y el resto se investigan sus causas. La mayoría de los casos se ubican en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires, aunque la provincia de Chaco es una de las más castigadas.

   Ante el freno fenomenal que vive la economía, se han dictado medidas para paliar la situación económica de los jubilados de ingresos mínimos, de las madres que cobran la “Asignación Universal por Hijo –AUH”, evitar los desalojos de quienes alquilan viviendas, entre otras que están en evaluación.

   El Coronavirus sería la séptima plaga, la que rebalsó el vaso, pero en la vida cotidiana (con y sin aislamiento) existen muchas otras plagas más.

   El “dengue” es una enfermedad ya endémica, especialmente en las regiones cálidas y húmedas del norte argentino, pero también hay muchos contagios en las zonas arboladas y con abundante vegetación de la propia Ciudad de Buenos Aires. Se trata de un virus transmitido por el mosquito Aedes aegypti, que puede darse sólo con síntomas leves, con fiebre, cefaleas o, hasta ser mortal en el caso del dengue hemorrágico.

   Hasta hace un mes atrás, nuestro Ministro de Salud le temía más al dengue y al “sarampión” que al Coronavirus. Pues sí, el sarampión es otro virus que reapareció en el año 2019, después de 18 años de haber sido erradicado.

   Las restantes plagas, no serían virus, pero si males endémicos que vienen corroyendo nuestro tejido social y cobrándose vidas humanas de una forma u otra.

   Se pueden mencionar varias otras, como el “femicidio”, es decir la muerte de mujeres a manos de hombres o de sus propias parejas. Con motivo de conmemorarse el Día Internacional de la Mujer, se realizó el Paro Nacional de Mujeres frente al Congreso Nacional pues, se registraron 299 “femicidios” en el 2019 y, con fecha de 8 de marzo del 2020 más de 67, es decir a una tasa de uno por día. Lo peor aún, es que aún durante la “cuarentena” o “aislamiento social obligatorio” los “femicidios” continuaron ocurriendo.

    La “inseguridad” (robos, delitos, homicidios) si parecen haber disminuido con la “cuarentena”, dada la escasa circulación de gente por las calles, salvo quienes tienen que desplazarse por deber cumplir con trabajos esenciales.

   Otra plaga de la que no se habla en estos momentos y, esperemos que la “cuarentena” haya contribuido a disminuir, es el consumo y el tráfico de drogas y estupefacientes: el “narcotráfico”. ¡Ojalá, Dios lo quiera!

    Y, la plaga estrella, producto de la incompetencia de nuestros gobernantes, por más que el país haya realizado en años precedentes notables esfuerzos para desendeudar el país, pero la “deuda externa” es un fantasma que nos persigue desde los comienzos del país y desde que yo recuerde en mi más tierna infancia.

   Las decisiones sobre política económica de nuestros gobernantes se siguen rigiendo por los designios de los funcionarios del Fondo Monetario Internacional, el temible FMI. Aunque el gobierno de Néstor Kirchner canceló a fines del 2005 de un solo pago la deuda con el FMI, posteriormente se realizaron “canjes de deuda” con los privados, que se judicializaron y, según diversas fuentes la deuda continuó aumentando.

    Bueno, escribir una historia seria y real de la deuda externa argentina, excedería esta nota – en realidad, sería el tema de la Tesis Doctoral de algún economista arriesgado quizás a no doctorarse nunca- pero, lo cierto es que durante el gobierno de Mauricio Macri volvió a recurrirse a los préstamos del FMI y, desde la asunción del Presidente Alberto Fernández, el problema que quitó el sueño a muchos era cómo pagar la cuantiosa deuda sin volver a entrar en el no pago de la misma, el tan temido “default” decretado a fines del 2001.

    Ahora que el mundo nos encuentra a los argentinos unidos en la lucha contra esta temible pandemia del Coronavirus, algunas grietas parecen haberse cerrado.

    Aunque quizás se abrieron otras grietas, como que… fueron los ricos quienes trajeron la enfermedad al país, que le quita el trabajo a los pobres que viven a diario de pequeñas “changas” … o le quita la salud a las enfermeras, médicos y trabajadores de la salud que se encuentran más expuestos a contraer el virus.

    Seguramente, tarde o temprano, la globalización y el turismo receptivo hubieran terminado trayendo el virus. Igual, es cierta la propensión de muchos argentinos a viajar al exterior por turismo y que, el Coronavirus será un elemento mucho más disuasivo que el impuesto del 30 % que aplicó el gobierno a fines del año pasado para evitar la fuga de divisas por este tipo de viajes.

   Hay quienes reclaman que la clase política se baje los sueldos (altos cargos del Poder Ejecutivo, Diputados y Senadores y sus asesores, el Poder Judicial, entre otros), medidas que ya se decretaron en algunas provincias en solidaridad por la emergencia que se está viviendo. Otras empresas quieren despedir personal, lo que el Presidente de la Nación no aprueba, aunque sigue la pugna. Otros proponen una quita en los sueldos mayores a determinado monto… todo está en discusión en estos momentos.

   Veremos, cómo sale nuestra maltrecha economía luego de esta nueva y triste amenaza a la humanidad, algo que nunca pensamos que nos tocaría vivir.

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