Por Gloria Cohen
En estas vacaciones tuve la buena fortuna de encontrarme en Humahuaca durante las festividades de la Virgen de la Candelaria -patrona de la ciudad- cuya celebración es el 2 de febrero.
Por Gloria Cohen
Texto y fotos
Corresponsal del Pollo Urbano en Argentina
Cabe aclarar que la localidad de Humahuaca se encuentra en Jujuy, al noroeste de Argentina, cerca del límite con Bolivia y da el nombre a la Quebrada, declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en 2003 por la UNESCO, por combinar maravillosos paisajes, caseríos, pueblos y ciudades que conservan vestigios precolombinos y coloniales.
La Quebrada de Humahuaca tiene una extensión de 155 kilómetros a lo largo del Río Grande y se encuentra por sobre los 2.000 metros sobre el nivel del mar.
Aquí puede visitarse: Tilcara (con el Pucará), Maimará (“La Paleta del Pintor”), Purmamarca (“Cerro de los Siete Colores”), además de Humahuaca, entre otras localidades; otro punto de interés es el monolito por donde pasa el Trópico de Capricornio.
La Quebrada de Humahuaca sirvió de camino a los Incas, fue el paso obligado de expedicionarios y colonizadores y una importante ruta comercial en la etapa virreinal, uniendo las minas de Potosí con el Río de La Plata. Los poblados de la época colonial adquirieron gran importancia ya que se desarrollaron junto a los asentamientos prehispánicos de la zona.
De esta fusión entre la colonización española y las poblaciones nativas, surgió una profunda religiosidad que combina las tradiciones católicas con las autóctonas. Una de las celebraciones dignas de destacar es la de la Virgen de la Candelaria, aunque también son muy tradicionales los festejos del Carnaval y de la Semana Santa.
Además, en Humahuaca lugareños y visitantes pueden recibir diariamente la bendición de San Francisco Solano si se acercan al edificio de la Municipalidad.
A las 12 del mediodía aparece la imagen articulada de éste santo que pasó por Humahuaca en 1590, cuyo violín encantaba a los indígenas. Es la primera imagen articulada de un santo en todo el mundo que ofrece una bendición mecánica y fue inaugurada el 2 de febrero 1940.
Volviendo a la festividad de la Virgen de la Candelaria, las celebraciones comienzan varios días antes: con peregrinaciones y con la novena. Es una fiesta que se celebra en Humahuaca desde 1634.
En la noche del 1º de febrero se realiza la “Danza del Torito” en que promesantes bailan con caparazones en forma de toro, con pirotecnia en sus lomos saludando a la virgen; la noche culmina con un espectáculo de fuegos artificiales.
El 2 de febrero, se celebra la misa solemne y por la tarde la virgen sale en procesión por los barrios de la ciudad.
Durante las procesiones, la virgen va escoltada por los “suris”, animados por un erke. La danza de los “suris” es propia de la puna jujeña y tiene reminiscencias antiquísimas, posiblemente fue creada para expresar sentimientos hacia un ser superior e imita la corrida y el andar del ñandú; años antes existían gran cantidad de estos animales que vivían en estado salvaje y eran llamados por los lugareños «suri».
Luego siguen comparsas de “sikuris”: el “sikus” es un instrumento de viento hecho por un conjunto de cañas (flauta de pan), que se utiliza en el altiplano andino de Perú, Bolivia y el noroeste argentino.
Antes de regresar a su santuario, la virgen recibe el saludo de cientos de gauchos que participan de la Marcha Patriótica y Evocativa, provenientes de distintas localidades de las Provincias de Jujuy y de Salta.
El haber vivido esta festividad fue una experiencia muy emocionante, pues pude ser parte de las tradiciones locales en un marco de majestuosa belleza.