El cerebro y el sexo.


Por Jesús Sainz

     La clasificación de las personas según su sexo, como personas masculinas y femeninas solamente, está siendo cada día más discutida a medida que la ciencia aporta más datos y comprobamos que el llamado “tercer sexo” no se fundamenta solamente en aspectos psicológicos, sino que también aparecen pruebas de fundamentos genéticos, morfológicos y otros.

   En los últimos años, la sociedad ha visto un cambio radical en la percepción de las personas llamadas transgénero, es decir que no se identifican completamente con ninguno de los dos géneros tradicionales. Aparte de que algunas personas de esta población marginada han pasado a ser famosas, se empieza a considerar que tienen derecho a ser aceptadas como un género diferente.

   Sin embargo, una diferenciación biológica de los individuos transgénero sigue siendo difícil de conseguir. En los últimos años, técnicas como la resonancia magnética funcional (fMRI), que se utiliza para definir la funcionalidad de los órganos en el cuerpo, han comenzado a dar pistas sobre posibles bases biológicas. Se están identificando similitudes y diferencias entre los aspectos de la estructura y la función de los cerebros de las personas transgénero.

   Una hipótesis destacada es que la diferenciación sexual de los genitales se produce por separado de la diferenciación sexual del cerebro en el útero, lo que hace posible que el cuerpo pueda virar en una dirección y la mente en otra. En la raíz de esta idea está la noción de que nuestra identificación con un sexo se determina en el útero. Este no ha sido siempre el consenso científico. Hasta hace poco se ha pensado que las normas sociales y educativas dictan las diferencias de comportamiento que se desarrollan entre niñas y niños. Sin embargo, los datos científicos empiezan a apuntar en otra dirección.

   En 2014, por ejemplo, se utilizaron datos resonancia magnética de difusión para investigar las diferencias en la microestructura de la sustancia blanca cerebral entre sujetos transgénero y cisgénero (los sexos tradicionales). Las mujeres tenían niveles más altos de una propiedad neuronal conocida como difusividad media, los hombres los tenían más bajos, y los transgénero se encontraban en el medio. Estas evidencias apuntan a que los individuos transgénero tienen una identidad biológicamente determinada según los datos de difusividad tal como interpretaron los investigadores de dicho estudio.

   En 2011, se descubrió que dos regiones cerebrales, el tálamo y el putamen, eran más pequeñas en las mujeres transgénero que en los sexos tradicionales, pero el volumen general de materia gris era mayor.

  El cerebro es extremadamente plástico en la edad adulta, por lo que las diferencias identificadas entre personas transgénero y cisgénero pueden o no haber estado presentes desde el nacimiento. Los mecanismos neuronales subyacentes al género siguen siendo en gran parte misteriosos. Si bien los investigadores han documentado algunas diferencias entre los cerebros de las personas cis y transgénero, aún no se ha encontrado una firma neural definitiva del género, y tal vez nunca se encontrará. Pero con la disponibilidad de un arsenal cada vez más poderoso de neuroimágenes, datos genómicos y otras herramientas tecnológicas es posible que lleguemos a saber cuáles son las diferencias moleculares y fisiológicas entre los individuos del llamado tercer sexo y los sexos tradicionales.

   Mientras tanto es urgente definir la intersexualidad como una variación biológica. La importancia de su reconocimiento no tiene que estar limitada por su frecuencia, se estiman unos cientos o decenas de miles de casos al año, dado el sufrimiento innecesario al que son sometidos todos aquellos a quienes su identidad no les es reconocida por la sociedad. Hay ya un país precursor: El tribunal Constitucional alemán ha abierto la vía para registrar a personas con un sexo distinto al de hombre o mujer. Los alemanes que lo deseen podrán inscribirse como “inter”, “diverso” u otro término que describa su identidad de género de forma “positiva”.