El Final Del Sexo.


Por Jesús Sainz

    Desde hace mucho tiempo los científicos se han preguntado por qué existe un sistema reproductivo como el sexual, que es mucho más costoso energéticamente que el sistema de bipartición utilizado por las bacterias.  Mediante la bipartición se obtienen dos células hijas….

 
Jesús Sáinz Maza
Científico

…, con idéntica información en el ADN, entre sí y respecto a la célula madre, y con un citoplasma celular similar.

     Las células hijas son clones de la progenitora. Este mecanismo requiere un gasto menor de energía pero tiene una desventaja: no genera variedad en la descendencia. Es decir el mecanismo de bipartición es menos ventajoso en la evolución al haber menos individuos diferentes que puedan adaptarse a condiciones cambiantes. Sin embargo los cambios en la tecnología parece ser que pueden alterar el uso de la sexualidad como mecanismo para la reproducción en los seres humanos. Esta es lo que describe un libro reciente: “The End of Sex and the Future of Human Reproduction”.

   Tanto en la literatura como en el cine, los artistas han imaginado cómo la tecnología reproductiva podría transformar a la humanidad. La realidad actual parece surgida de una novela o película de ciencia ficción. Los avances en genómica, las células madre y el diagnóstico genético antes de la implantación podrían permitir en las próximas décadas eliminar la ambigüedad genética de la reproducción sexual, permitiendo a las parejas tener hijos que no sólo estén libres de enfermedades graves, sino que además se podrían elegir características físicas y mentales seleccionadas a gusto de la pareja. En “El fin del sexo y el futuro de la reproducción humana”, el profesor de derecho Henry Greely de la Universidad de Stanford explora las consecuencias científicas, legales y éticas de este futuro casi inevitable.

   El libro describe un futuro donde el sexo será obsoleto. La gente continuará teniendo relaciones sexuales pero simplemente con una finalidad recreativa. El autor predice que en los 20 a 40 años próximos el sexo desaparecerá en gran medida o al menos disminuirá marcadamente entre los seres humanos. En lugar de ser concebidos en una cama, en el asiento trasero de un automóvil, o en un lavabo, los niños serán concebidos en clínicas especializadas.

   Imaginemos que una pareja quiere tener un bebé, pero no es fértil. O tienen una extraña enfermedad genética. O es una pareja homosexual. O no son una pareja en absoluto, es decir se trata de una persona que quiere tener descendencia siendo el único progenitor y su descendencia tenga sólo su genoma. En este momento hay tres opciones y para los primeros casos descritos: fertilización in vitro, adopción o subrogación. Los tres son métodos fantásticos, pero también son imperfectos: con inconvenientes, caros y con riesgos. Pronto estas prácticas pueden volverse obsoletas. Según Henry Greely, estamos a sólo 20 años de que las parejas puedan tener los bebés de sus sueños. Para ello, las mujeres simplemente necesitan dar a los científicos muestras de sus células de la piel. A partir de ahí, las células se convertirán en huevos, luego en cientos de embriones, permitiendo a los padres elegir qué bebé prefieren crecer en el útero. No hace falta el sexo. El autor llama al nuevo mecanismo de reproducción sin sexo “pre-implantación fácil con diagnóstico genético”.

    Los avances en la genética y la investigación con células madre están dando lugar a nuevas técnicas que mejorarán enormemente el diagnóstico genético para la pre-implantación y la fertilización in vitro, haciendo la reproducción sin sexos no sólo posible sino barata y fácil. El primer niño nacido mediante pre-implantación después de un diagnóstico genético tiene ahora 25 años y miles más nacen cada año.

    Greely prevé que llegará un momento en el que los expertos en fertilidad, en lugar del costoso y laborioso proceso de recolección de huevos para fertilización in vitro, crearán gametos masculinos y femeninos in vitro utilizando células madre pluripotentes inducidas que son derivadas de una simple biopsia cutánea. Los embriones resultantes serán examinados utilizando servicios genómicos que serán mucho más baratos, rápidos e informativos que los actuales, y los padres tendrán la oportunidad de seleccionar a sus hijos eligiendo rasgos tales como el riesgo a enfermedades, el sexo, el color de cabello, de los ojos y de la piel, el potencial atlético e incluso habilidades mentales.

   Según Greely esta tecnología permitirá a la mayoría de las personas en países ricos tener hijos con su mismo genoma -incluyendo las parejas homosexuales- mediante la producción de gametos de sexo cruzado (huevos hechos de hombres y esperma hecho de mujeres). Pero también contempla posibilidades más inesperadas como la “mono-parentalidad”: Individuos que podrían suministrar todo el material genético para su descendencia, es decir tener hijos con un solo progenitor.

   Greely describe el rechazo que obstaculizará este futuro en los mecanismos de reproducción humanos, como las consideraciones éticas y la facilidad de acceso a los nuevos tipos de reproducción entre otras barreras. Él autor anticipa la resistencia social a la tecnología, y sostiene que las objeciones religiosas o morales no deben ser utilizadas para justificar su prohibición. Sin embargo, el nuevo mecanismo de reproducción será utilizado primero por personas que no son fértiles. Hay gente absolutamente desesperada por tener hijos genéticos, pero no puede debido a una enfermedad infantil, un defecto de nacimiento, un accidente, cáncer o la edad. Es un mercado enorme y políticamente atractivo. Nadie querrá decirle a la gente: «Lo siento, pero vamos a prohibir el procedimiento que le permitiría convertirse en un padre genético pese a que usted tuvo cáncer de testículos en su juventud». Y la reproducción asexual se extenderá a medida que más personas confíen en que es segura De uno a dos por ciento de los bebés tienen una enfermedad genética grave. ¿Cuánto vale para un padre evitar ese riesgo del uno al dos por ciento? Es lógico esperar que muchos y muchos padres elijan la reproducción asexual con diagnóstico genético previo.

   Además el autor predice que los nuevos mecanismos de reproducción serán gratis para los padres ya que ahorrará dinero al sistema de atención médica. Su argumento es que los bebés enfermos son realmente caros. Un tiempo en la unidad de cuidados intensivos neonatales puede costar más de un millón. El sistema de reproducción asexual beneficiará a los sistemas de atención de salud administrados por el gobierno, así como a las aseguradoras privadas que lo utilicen para evitar el nacimiento de bebés realmente enfermos. También será, por supuesto, una ventaja para la  salud pública y ayudará a disminuir la cantidad de sufrimiento humano, aunque las aseguradoras probablemente no se preocupen por la cantidad de sufrimiento humano sino por la cantidad de dinero que se ahorren.

    Greely finaliza el libro desafiando a los lectores a decidir cómo quieren que este nuevo y valiente futuro se desarrolle. «Preste atención a estos temas, piense en ellos, hable de ellos con otros», escribe. «Ayúdanos a todos a dar forma a un mundo donde estas nuevas tecnologías traigan tanto beneficio, con tan poco daño, como sea humanamente posible».