La Memoria

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Por Jesús Sáinz     

   Todo el mundo sabe lo que es la memoria, pero no sabemos casi nada de los mecanismos que la generan, la mantienen y hacen que se pierda.La memoria se define como los procesos mediante los cuales se codifica la información, se almacena y se recupera.

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Jesús Sáinz Maza
Científico

    La codificación permite que la información del mundo exterior se detecte en forma de estímulos químicos y físicos. El almacenamiento es la segunda etapa del proceso. Este proceso hace que la información se mantenga durante el tiempo. Por último, el tercer proceso es la recuperación de la información que ha sido almacenada. Dicha información debe de ser localizada y devuelta a la conciencia. Algunos intentos de recuperación pueden lograrse sin esfuerzo debido al tipo de información, y otros intentos para recordar la información almacenada pueden ser más difíciles. Desde el siglo XIX, la memoria se clasifica en dos tipos, memoria a corto plazo y memoria a largo plazo. Se cree que la memoria a corto plazo se transforma en memoria a largo plazo mediante mecanismos que no se conocen bien y sobre los que hay mucha controversia.

    Hay condiciones médicas, como la esquizofrenia, que afectan a la memoria. Dicha enfermedad provoca defectos cognitivos que resultan en un procesamiento de la información ineficiente. Otras condiciones que afectan a la memoria son el Alzheimer, la afasia, la edad avanzada y el trastorno de estrés postraumático, entre otras.

    Se cree que ciertas áreas del cerebro implicadas en la memoria son el hipocampo, la amígdala, el cuerpo estriado, o los cuerpos mamilares y que están involucradas en tipos específicos de memoria. Por ejemplo, se cree que el hipocampo participa en el aprendizaje espacial y el aprendizaje declarativo, mientras que la amígdala está involucrada en la memoria emocional.

   Los estudios genéticos no han aportado mucho conocimiento sobre la memoria y se considera que el campo está en su infancia. Uno de los pocos descubrimientos fue que el gen APOE está relacionado con la enfermedad de Alzheimer, pero no está claro que se relacione directamente con los procesos memorísticos. Otro descubrimiento fue el del gen KIBRA (KIdney and BRAin expressed protein), el cual se ha asociado con el proceso de recuperación de la información en la memoria.

    Un hecho bien conocido es la pérdida de la memoria con la edad. Los adultos de edad avanzada tienden a presentar déficits en tareas que implican saber el orden temporal mediante el cual obtuvieron la información, el contexto específico en el que la información fue obtenida, o en recordar que hay que hacer algo en un momento futuro.

    Hay muchos otros factores que afectan negativamente a la memoria; Por ejemplo, el fumar, el consumo crónico y excesivo de alcohol,  la menopausia, la falta de sueño, los problemas emocionales (estrés, depresión y ansiedad) y ciertas medicaciones (anti-depresivos, estatinas, bloqueantes beta, calmantes, somníferos, anti-histaminas, etc.). Hay otros factores que ayudan a la memoria, como el té verde, la vitamina B12 y el ejercicio.

    En la mayoría de estos casos, no se conocen los mecanismos moleculares subyacentes, pero recientemente se ha clarificado cómo el ejercicio ayuda a la memoria. Un equipo de científicos germano-estadounidense ha descubierto que una proteína llamada catepsina B, que es segregada por los músculos durante el ejercicio, ayuda a la memoria y que los niveles de dicha proteína en el cuerpo están positivamente correlacionados con la actividad física y con  la memoria.

    Anteriormente al estudio mencionado, se había observado, en ratas, que el correr aumentaba la memoria y el número de células cerebrales. Este nuevo descubrimiento desvela que es la proteína catepsina B la que induce la generación de nuevas células cerebrales mediante la estimulación de un factor de crecimiento llamado BDNF (Brain-Derived Neurotrophic Factor). Estudiando monos y seres humanos, se observó que 4 meses de ejercicio en cintas móviles incrementaban los niveles de catepsina B y la memoria. Debido a que mucha gente mayor o enferma tienen movilidad reducida, el estudio y generación de fármacos que simulen los efectos de la catepsina B tendrían gran utilidad médica, y no solo para los enfermos de Alzheimer, sino para todas aquellas persona con problemas de memoria.

    Aunque, no hay que olvidar que como dijo Schopenhauer con cierta frivolidad, “cada uno tiene el máximo de memoria para lo que le interesa y el mínimo para lo que no le interesa.”