Por Lolita Piedrahita
Ante el aburrimiento reinante en la ciudad un grupo de ciudadanos han decidido poner freno y organizar unas meriendas multidisciplinares con el ánimo de pasar la tarde de los lunes cultivando el espíritu y los estómagos.
Estos resistentes al modelo europeo basado en que solo se puede beber los fines de semana, se enfrenta a la tesis haciendo valer el día más alejado de la premisa general: los lunes, cuando todos los ciudadanos están escondidos bajo las faldas de las mesas camillas o tocando en soledad y con desesperación las teclas de sus teléfonos móviles, ellos quedan para merendar, beber y charlas en el bar Vinagres Rock de la calle Cortesías en pleno barrio de la Magdalena.
Una de las características de estas reuniones es que cada lunes uno de los participantes es el encargado voluntariamente de traer la merienda para el resto.
Así se pueden tomar desde unas modestas rodajas de mortadela de olivas que traen los más novatos hasta verdaderas elaboraciones culinarias que traen los más veteranos en las artes culinarias: unas setas guisadas con corazón de cardo.
Se habla de la vida y sus avatares y solo una cosa está prohibida: utilizar el móvil para enseñar fotos o melonadas parecidas.
Si alguien es requerido telefónicamente, se va a la calle y de ese modo no molesta a los asistentes. Se cantan jotas y canciones rancheras y se pone a parir a los gobernantes como es la sempiterna tradición española.
Una iniciativa llevada a cabo por hombres y mujeres sin distinción de edad ni cartera.
Se paga a escote y seguramente, a este paso, pronto nos encontraremos ante un importante grupo de presión : ¡Tiemble el alcalde y sus munícipes!
¡Enhorabuena por la iniciativa y que cunda el ejemplo!
