Pollerías (marzo 17)


Por Martín Ballonga

    ¡Un éxito sin igual del Pollo Urbano!. Seguimos con esta sección de Martín Ballonga que contiene  píldoras, runrunes y comentarios que nos llevan por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros lectores.


  Pedro Santiveri
ha propuesto que, en el futuro, la academia militar no sea militarista. El ejército tendría que ocuparse de afrontar problemas contra la corrupción, la falta de transparencia, la violencia de género y el “mobbing laboral”. Otra propuesta que está estudiando es que la virgen del Pilar abandone su basílica para ocuparse de los refugiados. Todo llegará. De momento, a lo que ya se ha dado el visto bueno es al análisis pormenorizado de la influencia en el colesterol femenino de los huevos de codorniz. Vamos avanzando.

  Se ha cumplido el octingentésimo aniversario de la tragedia romántica de los amantes de Teruel, tonta ella y tonto él. En la estela de Isabel y Diego (o Juan, o Manolo) están las parejas de Romeo y Julieta, Cleopatra y Marco Aurelio, Fedra y su hijastro, Calixto y Melibea, Frank Sinatra y Ava Gardner, Javier Bardem y Penélope Cruz, Luis Alegre y Maribel Verdú, Virgo Mortensen y Ariadna Gil… O Sancho Panza, “que estaba perdidamente enamorado de su burro”, por decirlo con J.J. Ordovás.

  El vicario general de la diócesis de Palencia, Antonio Gómez Cantero, ha sido nombrado nuevo obispo de Teruel-Albarracín. Una sede que estaba vacante desde que su antecesor, Carlos Escribano, tomó posesión de la diócesis de Calahorra-La Calzada-Logroño. Esta designación ha vuelto a sorprender en círculos eclesiásticos, porque siempre que hay relevos en una sede de la comunidad se propugna que sean aragoneses. El malestar ha llegado hasta el bibliófilo padre Melero, que en un acto de aragonesismo ha pedido audiencia al papa Francisco. De paso, se llevará una antigua biblia comprada en el rastro zaragozano para pedirle una dedicatoria. “El que sigue la consigue”, dijo Melero a un medio de comunicación.

  La ínclita Chus Chuletilla ha titulado ‘Círculo de tiza’ la exposición de la obra plástica de quince artistas (todas mujeres) en el Paraninfo, auspiciada por Yolanda Polo, vicerrectora cultural de la universidad cesaraugustana. Junto a las obras se proponen preguntas de este calibre: “¿Valoramos realmente la excelencia femenina? ¿Qué más podemos hacer para superar la discriminación sexista en el sistema del arte? ¿Superdotadas, para qué?”.  No queremos polemizar, pero todo nos parece de un feminismo mal entendido. Alguna de las artistas, además, no pasaría el corte en cualquier evento que se precie. Lina Vila, por ejemplo: la niña sobrevalorada, mimada hasta extremos inconcebibles. ¿Damos más nombres?

  Y lo decimos con todos los respetos a Vicky Méndiz, Gema Rupérez, Julia Dorado, Charo Pradas, María Buil, Sandra Montero, Cristina Silván, Teresa Salcedo, Louisa Holecz, Sylvia Pennings, Alicia Vela o María Enfadaque, que no queremos que se nos enfadaquen. Y alguna es muy valiosa. Pero aquí, en Zaragoza, muchas mujeres privilegiadas están dominando el cotarro. Son los floreros de la cultura. Son los lloros de un feminismo desenfocado que, fuera caretas, reciben suculentas partidas institucionales por comisariar exposiciones de tiza o por realizar documentales desde la fila ocho. Las buenas artes y las buenas letras no atienden a la identidad de género (o como se diga). Lo importante es la obra, no el autor o la autora. A ver si espabilamos.

  Sí que nos ha gustado el libro que acaba de publicar la presentadora de televisión y escritora zaragozana María Zabay, ‘La alumna’, de la editorial Arcopress. Es una novela que une sexo y política (“Abrí las piernas como la que abre la agenda para acometer las tareas del día…”), lo que le ha traído más de un malentendido: “Cuando voy de promoción, algunos lectores se me vienen arriba… y yo los bajo”.

  También nos ha gustado la novela autobiográfica de Ernesto Navarro ‘Felipón, faldas y anarquía’, la historia de un seductor en los años de la transición, un trepidante viaje por la Zaragoza de la “movida”, sus bares míticos y sus característicos. La Zaragoza del subsuelo, la Zaragoza de la noche, la Zaragoza del desconcierto o la renacentista se alternan para retratar una intriga que atrapa desde el inicio. Uno de los protagonistas es nuestro Carlos Calvo. Y por sus páginas también aparecen Isabel Gómez, Raúl Valiente, Rafael Citores, María Gálvez, Óscar Plou, Mario Roncal, Diego Colón, Javier Torrubia, Daniel Grustán, Isabel Terraz… ¡Y hasta ‘El pollo urbano’!

  Se equivocan los que reprochan al presidente Rajoy su falta de interés por el cine español. No es un desprecio, porque, en realidad, lo ve. Y sobre todo el que se hace en Aragón. Es un secreto, pero es un fan, aunque le dé vergüenza reconocerlo, de Miguel Ángel Lamata, Gaizka Urresti, Vicky Calavia, Pablo Aragüés y Javier Espada, a quien llama, cariñosamente, “el cojo de Calanda”. Cuando Cristo dijo que la mano izquierda no debía enterarse de la limosna que daba la derecha, sabía de lo que hablaba.

  Pese a la originalidad de tantas películas recientes de animación (‘La tortuga roja’, por ejemplo, es una obra maestra) hay otras que optan por seguir un libro de estilo perfectamente codificado, con sus previsibles giros de guion minutados, un diseño de personajes tan calibrado que uno agradecería el más mínimo desvío o una moraleja irreprochable. Nada que pueda descolocar a un espectador de 4 o 5 años (todo lo más) que esté acostumbrado a que sus padres le cuenten los cuentos de siempre siguiendo el mismo libro de estilo. Este es el caso de la película ‘Ballerina’, la peripecia de una huerfanita preadolescente que se va por su cuenta a París para cumplir su sueño de convertirse en bailarina de danza clásica. Y a Carmen Puyó, responsable de la crítica de cine en el decano de la prensa aragonesa, le encantó por su “mensaje muy positivo sobre el valor del esfuerzo, la lucha por conseguir un sueño y la necesidad de ser buena persona”. En efecto, sus reseñas -o artículos o ensayos- son para lectores de 4 o 5 años. Todo lo más.

  Estadísticamente, según los servicios de investigación de ‘El pollo urbano’, Zaragoza ha sido la capital de provincias de todo el país que menos ha recaudado con el filme de Fernando Trueba ‘La reina de España’. El director le dio un papel testimonial -de cura- a Luis Alegre, el ‘amigo’ de todos, para garantizarse, al menos, la asistencia de media ciudad. Pero ha salido todo lo contrario. Algo no encaja. Más allá de los posibles boicots, o los verdaderos amigos se deberían contar con los dedos de una oreja, que diría Perich, o la película es mediocre. O las dos cosas a la vez.

  Carles Sans, Javier Bardem y Celia Orós (viuda de Juan José Bigas Luna) coproducen el documental ‘Bigas x Bigas’, estrenado recientemente en España y realizado a partir de 600 horas de vídeo doméstico grabadas por el propio cineasta, entre el 2000 y 2007, a través del montaje de Santiago Garrido Rúa. En el documental aparece brevemente Luis Alegre -el de Lechago, no el de Podemos- y para evitar un fiasco semejante al de ‘La reina de España’ han decidido no distribuirla comercialmente en Zaragoza. Ya ni los amigos nos respetan. Mecagüen…

  Por cierto, el parecido (razonable) de Carles Sans -miembro del grupo ‘Tricicle’- con nuestro subdirector, Carlos Calvo, es bien notorio. Los dobles son todo un género cinematográfico, literario y arbóreo. Que se lo digan, si no, a Javier Delgado, que es igualito, igualito, al simpar Moncho Borrajo.

  También el parecido del veterano realizador zaragozano de audiovisuales Emilio Casanova (‘Tristes presentimientos’) con el director del festival de Berlín Dieter Kosslick es más que razonable. Tanto es así que el nibelungo, intrigado, se interesó por su obra, pero se equivocó de hombre. Así, programó en la sección Panorama del pasado certamen ‘Pieles’, del madrileño Eduardo Casanova. Pero hay más realizadores “casanovas”: otro Eduardo (‘Amar en tiempos revueltos’), un Víctor (‘Route 2 happiness’), un Miguel (‘Milshake Express’), un Francesc (‘No te cortes un pelo’), un Marc (‘Wasahali’). un César (‘El tren de la vida’) o un Alejandro (‘Puentes de Aragón’). Pero a nosotros el que más nos gusta es el ‘Casanova’ de Federico Follini.

  Recomendamos el libro de Manuel Leguineche ‘El precio del paraíso’, la crónica de un oscense de Monzón, Antonio García Barón, que sobrevivió a dos guerras, la nuestra y la segunda mundial, y a cinco años terribles en Mauthausen, para acabar encontrando en el Alto Amazonas boliviano su arcadia libertaria. Un impecable ejercicio del mejor periodismo.

  ¿Recuerdan la frase de Gary Lineker? Ahí va: “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once, y siempre gana Alemania”. Pues en política, ídem de ídem. En el seno del PSOE se discute, se debate, incluso se vota, pero hacer se hace lo que dice Felipe González. De eso sabe mucho el caballero -de Ejea- Javier Lambán. Y, por supuesto, Patxi López, quien no ha tenido reparo alguno en traficar y especular, endosar y descontar, convenir y concordar. Especialmente con la derecha, que le convirtió -ilegalización de la izquierda abertzale mediante- en inquilino ilegítimo de Ajuria Enea primero y, después, en efímero ocupante del lujoso palacete de los Jerónimos.

  Y es que Patxi López ha dado un enérgico paso al frente en la carrera por liderar el PSOE. Y lo ha hecho como lo hace casi todo, pidiendo como si regalara. Se presenta ante los militantes y ante el mundo como un “patriota del partido”, una suerte de mártir incorruptible dispuesto a inmolarse por unas siglas que, en eso coincidimos, viven uno de los peores momentos de su historia reciente. Sus ojos solo están en la última planta de Ferraz.

  Mientras tanto, el cabo Pedro Sánchez rumia amargamente por las carreteras secundarias y Susana Díaz digiere en Andalucía su lozanía (la lozana andaluza la llaman). Y es que el señor López no para. Vean: secretario general del PSE, lehendakari autonómico de PSE y PP, secretario de relaciones políticas del PSOE, presidente del congreso de diputados de PSOE y Ciudadanos…  ¡La que está liando Zapatero!

  Las epístolas dominicales de Javier Marías, grupo Prisa mediante, son las de un provocador barato. Todo lo que escribe tiene siempre un tufo antiguo, de señorito soberbio. Es la intelectualidad disidente, sin conocimiento de causa, sin análisis riguroso. En determinados círculos zaragozanos tiene mucho predicamento el gachó. A los del pollo nos irrita esta tropa, siempre mediática, siempre babosa. Son los que forman opiniones a base de eslóganes, de susurros, de pajaritos que silban y de relatos de la realidad acoplados a unos contenedores flexibles pero dogmáticos. Y los hechos son interpretables. Como los penaltis en el fútbol.

  Está claro que el PP y el PSOE trabajan en la misma dirección, como bien quiso el grupo Prisa, uno de los impulsores del concordato. De hecho, la integración de Javier Allué en el equipo de presidencia de la DGA es total. El que fuera portavoz del PAR en las Cortes de Aragón y luego director general en el gobierno de Luisa Fernanda Rudi realiza tareas de asesoría para Lambán. Y comen juntos. Y se cuentan chistes.

  Terminamos con unas preguntas al católico, al menos por delante, Mariano Rajoy, en su idea de sujetar el país a sus designios: ¿Son suyos sus designios? ¿Son sus designios el paro permanente? ¿Son sus designios publicar leyes que pueden convertir en delito una manifestación de protesta? ¿Entra en sus designios manipular la estructura judicial, las leyes establecidas frente a delitos financieros escandalosos y el funcionamiento de los procesos hasta convertirlos en agua de borrajas? “¿No es verdad, ángel de amor / que en esta apartada orilla / más pura la luna brilla / y se respira mejor?”. ¿Respiramos mejor los españoles asentados en esta apartada orilla con este dirigente? ¿Estamos verdaderamente en la Luna? ¿No había mejor zorra para cuidar de las gallinas (con perdón de los vulpinos)?

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