Adios a la gran moto pollera


Por Dionisio Sánchez

   Recientemente, y con gran dolor de corazón me desprendí de una moto que me había acompañado buena parte de mi vida…

…y de cuyos recorridos dejamos buena huella en las páginas del Pollo Urbano. Es difícil para alguien que no haya sido “motero” describir los grandes placeres que puede llegar a dar una pequeña máquina como esta: la Suzuki TU 250 X.

   Cuantas excursiones hechas con amigos con amigos como Fernando Sáncho, actual director de la 8Televisión y Rafael Esteban (jefe de los fotógrafos polleros, amigo del alma y camarada en tantos y tantos proyectos televisivos que cuajaron en infinidad de reportajes reflejando la naturaleza de Aragón, y muerto tempranamente.

   Pero la realidad se impone y los reflejos de un motero siempre han de estar en plena vigencia y cuando ya uno nota que hay que cabecear para hacer un adelantamiento, es que ha llegado el momento de parar y viajar solo en un buen “Mercedes 300 D”

   La vida, generosa en todo caso, ha propiciado que la motocicleta haya pasado a manos de otro buen amigo, Francisco Solans, jefe de Neodoo Microsistems, la empresa que nos alberga el Pollo Urbano y a la que no paramos de darles la vara pidiéndole  lo imposibles y consiguiendo que sea el medio puntero que, sin duda, lo es y a gran distancia del resto de nuestros competidores.

   Francisco es novato (solo de momento) pero sinceramente  le deseo que disfrute con ella tanto como yo lo he hecho. Y esa será mi mayor satisfacción. ¡Suerte y carretera libre para la “Susi”!

 La Suzuki TU 250 X:

     Se diseñó para ser una motocicleta utilitaria barata y asequible. Dicho segmento suele augurar buenas ventas normalmente, pero esta pequeña “Susi” nunca llegó a triunfar en el mercado, al menos en nuestro país.

   La Suzuki TU 250 X era otra más de aquella oleada de nakeds económicas y utilitarias que tanto éxito tuvieron en la década de los 90

    Esta moto en el fondo era un restyling de la archiconocida Suzuki GN 250, que en la opinión de muchos usuarios  siempre fue la ganadora en cuanto a calidad y robustez de su generación en la que también se encontraban dos modelos super míticos: la Yamaha SR 250 y la Honda CB 250. La Suzuki siempre vivió a la sombra de estas, pero con los años, es la que mejor vejez ha tenido.

   Volviendo a la Suzuki TU 250 X, el modelo se puso a la venta en 1997. Por aquellos años ya había algo más de bonanza económica que en épocas previas y la gente podía optar a algo más que a la sencillas cuarto de litro austera y espartana que se vendían hasta entones.

 

   Los de Hamamatsu pensaron que sería buena idea coger su moto de siempre, la GN, y darle un lavado de cara general, con terminaciones, materiales y acabados algo más elaborados y de mejor calidad percibida, poniendo más énfasis en el diseño estético y la apariencia de la moto.

   A nivel técnico podemos resumir esta moto como una “copia” de la vieja GN 250: motor monocilíndrico refrigerado por aire, carburación, cuatro válvulas, 22 CV, caja de cinco velocidades… son especificaciones calcadas a las de su predecesora.

   Donde la cosa cambiaba era a nivel estético. Esta moto tenía un cuidado por el detalle e intentaba agradar con cada uno de sus trazos, pero sin llevarlo hasta extremos irracionales como la Aprilia Motó 6.5. Aquí la estética no estaba reñida con la funcionalidad.

    Destaca el color en gris plateado, una tonalidad que estaba muy de moda con la entrada del nuevo milenio, mientras que el asiento de piel vuelta marrón le daba el contrapunto cromático. Destacan sus líneas suaves y redondeadas, muy coquetas, especialmente en la zona del tanque de combustible, bastante compacto, y en la parte trasera, con una curva muy natural cerrando el colín.

   A nivel de equipamiento e instrumentación prescindía de un cuentarrevoluciones, que sí tenía su predecesora, pero que por algún motivo los japoneses decidieron no seguir incorporando; mientras que el resto de su ciclística también era heredado de su predecesora.

   Estamos ante una moto de cotas muy contenidas. Es corta y baja, por lo que resulta ideal para moverse por ciudad, d sfrutar con en “slow driving” por las carreteras regionales   y, también, para que los noveles aprendan a conducir con ella. De hecho, en las autoescuelas encontró uno de sus nichos de mercado más exitosos.

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