Mi amigo Fred se dedica de forma profesional a fotografiar buceadores y la vida marina desde hace 4 años. Nació cerca de Avignon, en Pierrelatte, y con solo 27 años ya ha obtenido un premio de fotografía en la Reunión…..
Marta Notivol (Texto y fotos)
Corresponsal del Pollo Urbano en la Polinesia Francesa
Fotografías: Fred Pons y Philippe Fleury
Dispuesta a cumplir con lo prometido en el primer artículo, donde os decía que los colores bajo el agua merecían un artículo en sí mismo, podéis ahora disfrutar de las fotografías y apreciarlo por vosotros mismos, gracias a la colaboración de mi amigo Fred Pons.
Esta vez he pedido a Fred que nos aporte su material porque cuando fotografiamos bajo el agua con un aparato de calidad media, el resultado es pobre, los colores desaparecen y permanece solo el azul. Es necesario una cámara de alta calidad y una técnica de buceador experto para poder obtener imágenes merecedoras de nuestra revista.
Fred se dedica de forma profesional a fotografiar buceadores y la vida marina desde hace 4 años. Nació cerca de Avignon, en Pierrelatte, y con solo 27 años ya ha obtenido un premio de fotografía en la Reunión. Sus imágenes me parecen fascinantes, muestra el punto de vista real del sujeto que está en el agua viéndolo desde una tercera persona espectadora. También me atrae mucho la fotografía de detalle, pues el macro es difícil de utilizar bajo el agua ya que hay que tener un buen dominio de la flotabilidad y por último resaltar su capacidad para captar momentos inauditos.
Si hay algo que realmente merece la pena destacar en la vida submarina de estas aguas del Pacífico es la abundancia de fauna de gran tamaño como la ballena, rayas manta y napoleones y del uno de los últimos eslabones de la cadena alimenticia, es decir el tiburón.
Esto es debido a la existencia de una gran riqueza en los eslabones inferiores, pues en la desaparición de los tiburones tiene en gran parte que con este hecho, aunque la razón fundamental es la caza de unos 100 millones anuales para el aprovechamiento exclusivo de la aleta.
Los tiburones nos acompañan frecuentemente en nuestras inmersiones de buceo de botella. Las especies más frecuentes por aquí son el tiburón de punto blanco, el de punto negro, el tiburón gris el tiburón durmiente, el tiburón limón con su particular aleta dorsal doble, los tiburones martillo, tiburón sedoso y esporádicamente tenemos la visita de algún solitario y más impresionante tiburón tigre.
En Tahiti el encuentro con tiburones es de escasos individuos, pero en otras islas como Rangiroa y Fakaraba las colonias de tiburones grises se nos presentan como grandes paredes de unos 300 o 400 a la vez. Así mismo te encuentras de frente con mantas, barracudas, delfines y el majestuoso vuelo de un grupo de rayas águila gracias a las corrientes de “los pasos” de las lagunas. Estas islas son un atolón, una formación coralina que crece a lo largo de cientos o miles de años alrededor de un cráter volcánico que sobresale de la superficie del mar. Cuando el volcán termina su fase activa, la erosión actúa sobre él y con el paso de los años y gracias a movimientos constantes de la tierra, se termina hundiendo lentamente hasta que desaparece por completo bajo las aguas, dejando en la superficie un gran anillo de coral. Este anillo encierra una laguna alimentada por grandes cantidades de agua que discurren a través de amplios canales, conocidos como “pasos”, que le permiten al mar ingresar y recular el agua de la laguna central. Por increíble que parezca, toda la población de la isla vive literalmente sobre un gigantesco anillo de coral. Estos pasos tienen una riqueza enorme y las corrientes entrantes y salientes forman diferentes configuraciones en la fauna.
Las ballenas nos visitan de mayo a noviembre. Vienen a parir y amamantar a sus ballenatos en aguas calientes y protegidas, aunque no tengan alimento para ellas priorizan la protección de sus crías. El espectáculo, esta vez desde la superficie o en buceo libre, es impresionante. La forma en que ayudan a sus crías a respirar y mantenerse en la superficie, la comunicación entre ellas, o los saltos sobre su dorso saliendo a la superficie no tiene parangón.
Los delfines de naturaleza juguetona no dudan en acercarse a los barcos y los buceadores para deleite de todos.
Por supuesto que los corales, estrellas, anémonas, nudibranquias (como unas babosas marinas), esponjas, porcelanas y espirobranquias (gusanos cuyas branquias salen y entran de su agujero con preciosos colores en forma de árboles de navidad ) presentan tal variedad y gama de colores que no existe vocabulario suficiente para describirlos. A veces, cuando intercambiamos información sobre algo que hemos observado en nuestra inmersión, utilizamos nominaciones diferentes de colores, incapaces de determinarlos con precisión.
A esta explosión de colorido se añaden los peces tropicales como los peces loro que pueden tener turquesas, fucsias y verdes intensos cada uno. El amarillo rayado de peces ángel o la variedad de cirujanos, nasones y peces mariposa nos permiten ver el movimiento de los bancos como ráfagas de luz en el agua.
Los peces payaso merodeando por las anémonas pueden ser diminutos azules fluorescentes, naranjas a rayas cuales “Nemos” o negros elegantes contrastando con el rosa intenso de la parte envolvente de la anémona. Tengo debilidad por el pez ballesta en su variedad Picasso y payaso. El primero con un antifaz cual el zorro y el segundo con unos topos propios de…un payaso. Sin embargo defiende su territorio con agresividad y la variedad Titán hay que observarla con distancia.
Otros utilizan sus colores para camuflarse entre corales o rocas, como los peligrosos peces escorpión y peces piedra y los pulpos que despliegan frente a ti toda clase de cambios en color y textura conforme se desplazan hasta encontrar un lugar seguro.
Los colores pueden ser también como en la superficie, avisos de defensa como los peces león o rascasa con sus antenas cual plumas de pavo real, siempre rayados pero variados: naranjas, marrones, negros o azules.
Los corales son abundantes formando arrecifes alrededor de los atolones, gracias a ellos existen tal cantidad de peces tropicales, Sin embargo es en otras zonas del mundo donde el colorido de los corales me ha impresionado más. Tormentas o fenómenos como “El niño” han castigado estos fondos marinos.
Otras veces, son las formas las que nos hipnotizan. El pez cofre y el tetrodón como prismas o el pez vaca con cuernos y el puercoespín o el pez trompeta tan alargado y extraño o el lenguado que además de plano apenas se distingue entre los fondos arenosos o el espadón con su sierra, o el pez globo que al estresarse se hincha como un globo, rompen los esquemas de la forma de los peces tradicional, y es que en el mar la variedad es tan amplia que no hay estereotipos y parece que la naturaleza ha desarrollado toda su capacidad creativa para poblarla. No en vano es el mar la cuna de la vida y al que algunos mamíferos volvieron. Me pregunto si el ser humano tendrá también que volver al mar para sobrevivir. A mí se me antoja más bella esta fantasía futurista que la de naves espaciales, aunque algunos buceadores y apneítas adictos a las inmersiones, sé que les gustaría cambiar sus pulmones por branquias o al menos, ser anfibios. Me apunto.