Interiora / José Joaquín Beeme

151BirdmanP
Por José Joaquín Beeme
 http://blunotes.blogspot.it

   Quien más quien menos, todos buscamos la propia redención: en vida, si puede ser. Un taquillero actor hollywoodiense en caída libre quiere reinventarse en Broadway adaptando un cuento de Carver.

   Este escueto pitchsirve a González Iñárritu para culebrear por el vientre de la ballena, doblando en carpintería teatral lo que pudieran ser los oscuros pasadizos de un cerebro en fuga. Teatro del mundo-yo, representación del ánima «por de dentro». Birdman que es Riggan que es Keaton sufre, mientras arma un esqueleto espectacular, alucinaciones de vuelo y telequinesia. Quién (felice di stare lassù) no ha levitado en sueños, forma sublimada de un deseo irrealizado de rescate, de elevación, hasta de venganza contra las injurias de la vida. La vía del superhéroe conduce casi sin remedio al barranco superesquizoide. Ex pájaro cantor entona un Volare melancólico que es, a la postre, un volarse el pico. O la cresta. Esta película, que algunos han querido recorrer como viaje sicótico de principio a fin y lo mismo podría asomarse, en su tumbao surrealista, al interior de un sueño, revela y esconde todo sobre Bird, en la estirpe cinedramática de Mankiewicz o Cukor. Como con aquellos maestros, el plantel de actrices es apabullante, arrebatado de sutilezas. Y el bronco pulsar de una batería diegética, que cose el largo y engañoso plano-secuencia, nos recuerda en todo momento que siguen, seguimos, habitando los intestinos del monstruo.

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