En manos de ellos / Jorge Álvarez


Por Jorge Álvarez

    Hoy le quiero hablar a usted sobre algo que lo sufrimos desde que tenemos uso de razón. No, no es el resfrío. Ni la gripe, volvió a fallar.

    Piense por un minuto en ¿qué lo hace renegar cada vez que los ve o los siente hablar? Ahora sí acertó: los políticos. Pero a modo de ensayar una coartada para ellos y su comportamiento le quiero hablar, hacerlo recordar que ellos padecen el Síndrome de Hubris.

    Es un trastorno que se caracteriza por generar un ego desmedido, un enfoque personal exagerado, la aparición de excentricidades y delirios varios y un desprecio absoluto hacia las opiniones ajenas. Comenzaré a enumerar algunos de los rasgos distintivos de estas personalidades, y de inmediato a usted le vendrán a la memoria políticos de ayer, de hoy y del momento de la historia que prefiera.

    Todos tienen una confianza exagerada en sí mismo no exenta de impulsividad y malos modales unido a un sentimiento de superioridad sobre el resto de los mortales. Padecen una desmedida preocupación por su imagen y por ostentar lujos. El rival, en cualquier terreno, debe ser vencido a cualquier precio para no perder el mando, lo que puede sumirlos en el descontrol, la rabia por dejar de ser populares, deseos de venganza alimentados por el rencor.

    Existen en la actualidad personas con estos rasgos que ostentan puestos de responsabilidad muy importantes, cuya gestión puede afectar al bienestar de los demás. Estamos en sus manos.

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