Políticas culturales: más de lo mismo (o peor) / Manuel Medrano

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Por Manuel Medrano
http://manuelmedrano.wordpress.com

    Señoras y señores, ustedes ven muchas noticias culturales en los medios de comunicación, pero fíjense en dos cosas. La primera, que en su inmensa mayoría se trata de eventos organizados por las instituciones, así que se recogerán igual aunque se trate de tomaduras de pelo, porque las instituciones tienen mano a través de sus ayudas, subvenciones y publicidad.

   Hay poca (aunque muy buena) iniciativa privada. Segundo, que hay espacios públicos que han perdido mucho nivel, por su trayectoria de calidad fluctuante y últimamente declinante, errabunda en muchos casos.

  Sucede así con las muestras en el Palacio de Sástago, pero también en las salas municipales de Zaragoza. Que los propios funcionarios municipales hablen de la necesidad de aprobar unos criterios para exponer en estas salas porque “se están colando cosas que no deberían estar” tiene dos lecturas. La primera, que se perjudica a los que sí deberían estar, porque se pone en duda toda la política de selección. La segunda, que no ha habido criterios. Lo mejor es que estos nuevos criterios para exposiciones y eventos se quiere hacer que se aprueben a partir de 2019, año electoral en el que el actual gobierno de ZEC desaparecerá y la vigencia de sus filtros será nula, pese a que los diseñen a medida y conveniencia.

    Hay aspectos preocupantes en otros ámbitos no municipales de Zaragoza, como que se nombre director/a de una sala-museo a alguien que no ha terminado la carrera (me dicen gentes fiables), o que la Cámara de Comercio de Zaragoza, ente semipúblico, haya convocado un concurso de pintura sobre Goya en junio de este año y, quienes entregaron obras para optar a él, no supiesen que se han expuesto en las salas de la Cámara porque nada se les comunicó. Yo, que publicité en mi blog la convocatoria, me enteré por ellos, que a su vez se enteraron de pura casualidad y tarde. Pésima organización y poco respeto a los artistas, aunque a última hora parece que se despertaron y otorgaron los premios, si bien con una opacidad inexplicable.

    Pero a mí lo que más me preocupa es la marcha de la (no) política cultural del ayuntamiento zaragozano, que sesga y se contradice cada dos por tres, con un concejal Rivarés que dice chorradas como que la Recreación de los Sitios no es cultura, en vez de decir claramente que él quiere invertir el dinero en tonterías como Harinera ZGZ. Y digo tonterías porque que Rivarés sacase pecho diciendo que 8000 personas habían participado durante un año en, nada menos, que 70 programas y actividades hechos allí, indica que se gasta pasta ahí para beneficio, consumo y placer muy minoritario.

   La marcada diferenciación de qué se hace y a quién se “engrasa” económicamente es algo que ZEC ha realizado sin pudor, así que espérense a ver maravillas sectarias en el año y medio de mandato municipal que les queda.

   En cuanto al Gobierno de Aragón, creo que ha hecho viajes en el Ministerio del Tiempo. Si no, no se explica que lo que realizan en materia cultural sea una mezcla de la creación artificial de referentes y “estrellas” de la cultura como el PSOE elaboró en los años 80, gestores amiguetes incluidos, y la recuperación de la táctica de funcionar a golpe de carné, es decir, los míos sí, los demás “es que no tienen nivel”. Y eso en casi todos los ámbitos culturales. Han recuperado premios y certámenes pero, como el Ayuntamiento de Zaragoza, todo muy bien controlado, y sin que se generen nunca eventos que proyecten a los creadores de Aragón fuera de nuestros límites territoriales, es decir, sin fomentar de paso la marca Aragón como es su obligación. En la capital del Ebro sucede lo mismo, por cierto.

    Además de que, nuevamente, esta (no) política cultural es de consumo absolutamente interno (porque si preguntas fuera de Aragón, nadie sabe qué se hace aquí), es algo viejo, que tuvo cierto éxito en su momento, pero de eso hace décadas. La generación ficticia de valores culturales (abstractos o con nombres y apellidos) es y será un fracaso en este mundo globalizado, por no hablar del intento de Lambán de producir intelectuales y creadores bendecidos oficialmente, es decir, intelectuales orgánicos. Que lo está haciendo, con la triste realidad de que hay quien, viendo su estrella o la de su actividad declinar, entra en el juego, siendo en ocasiones personas muy valiosas. Pero, la necesidad es la necesidad, y eso lo entiendo.

    En todo caso, lo que más me duele es ver que, con el enorme potencial en talentos e infraestructuras que hay en Aragón y en su capital andamos, como siempre, con la cornucopia institucional inventando genios y genialidades a base de dineros que hacen de bálsamo para evitar las críticas. De esta observación puede salvarse por los pelos el impulso a la industria cultural cuando se produce, caso de las galerías de arte, pero es que esto es muy insuficiente y no compensa a nivel global con chapuzas como la que se hizo este año en La Feria Internacional ARCO.

    Dejo para los políticos en activo investigar otras actuaciones, como determinar a quién y por qué le suelta pasta ZEC desde el Ayuntamiento (no miren solo en sus ámbitos directos, vean también los que afectan indirectamente a su interés de pactos), si las subvenciones recaen en entidades minoritarias en las que los actos que programan están vacíos, si desde Turismo del Gobierno de Aragón se fomenta realmente el turismo o hay cosas que van a otros usos más discutibles e impropios de su ámbito (esto ya pasaba con el gobierno de Marcelino Iglesias, desde Medio Ambiente concretamente), etc.

   Continuará, sin duda.

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