Saludos desde España / Fernando Sancho

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Por Fernando Sancho

   España dejó hace muchos años de ser una nación para convertirse en una estructura administrativa al servicio de las nacioncitas más poderosas que conforman lo que aquí se conoce como el Estado de las Autonomías, que no deja de ser un moderal federal asimétrico, en el que los privilegios de unos pisotean los derechos de otros ante la inacción permanente de los sucesivos gobiernos de turno.

   Esto ha generado aberraciones en diversos órdenes. El sanitario, por ejemplo, con casos demenciales.

   El presidente de la Asociación de Trasplantados Hepáticos de Aragón relataba un episodio vivido en primera persona cuando la ambulancia que lo trasladaba en coma hacia el hospital de Vinaroz desde Cataluña se paró en la “frontera” con Castellón, bajando la camilla a la calle para esperar a la ambulancia da la comunidad valenciana. Es la locura de las diecisiete nacioncitas, reinos de taifas, que actúan por libre con total impunidad. Algo que no se conoce en ningún estado federal del mundo desarrollado.

   Desde el gastodescontrolado hasta las reiteradas mentiras históricas en la educación de los niños, España, la otrora gran nación es víctima de sus propios gobernantes, preocupados del bienestar propio y del de su entorno más próximo y allegado.

    Los políticos españoles de cualquier signo (todos socialdemócratas por supuesto) han convertido el país en una agencia de colocaciones públicas, bien sea con instituciones nuevas creadas sobre todo para ese fin, bien con empresas privadas con adjudicaciones ad hoc para externalizar servicios, bien con las miles empresas públicas, con presupuestos tan desmedidos e incontrolados como sus deudas. Hasta gran parte de las ongs se crean de acuerdo con el departamento correspondiente para recibir suculentas subvenciones con las argumentaciones “sociales” más peregrinas.

    Todo un tinglado inmenso a costa del bolsillo de los ciudadanos de a pie. En este contexto, en España es cada vez más difícil crear una empresa, porque otra de las consecuencias de haber extendido tanto el espectro administrativo para seguir colocando amigos, amiguetes y etcéteras es la necesidad de justificar puestos públicos con nuevos organismos reguladores que no hacen más que entorpecer la iniciativa privada por encima de la necesaria regulación para mantener unos parámetros legales adecuados en las diferentes esferas: inmobiliaria, ambiental,competencial…

    En España, los impuestos son de champions league y los salarios y pensiones de tercera división. Lo peor es que este escenario diabólico lleva camino de radicalizarse todavía más porque ni en las Administraciones de las 17 nacioncitas ni en la Administración del Estado cuadran las cuentas. Es más, España lleva, desde que Aznar dejó el gobierno en 2004, subsistiendo económicamente a base de incrementar la deuda de forma enloquecida. ¡Sin que ello le sirva además para controlar el déficit! Como consecuencia, al no querer plantearse la inviabilidad de este descontrolado modelo/negocio autonómico, la única viabilidad que nuestros padres de la patria ven clara es la de seguir saqueando el bolsillo del ciudadano de a pie y seguir emitiendo deuda con el beneplácito del Banco Central Europeo y de Merkel, asustados antes las consecuencias para la UE de un “default” de España. Pero todo eso tiene un fin a medio plazo por dos motivos esenciales:

    Uno. Los recursos de la gente están bajo mínimos, con lo que por mucho que se suban impuestos y tasas de toda naturaleza, directos a indirectos, ya no se va a recaudar más.

   Dos. Los mercados, por mucho aval político interesado que haya, llegará un momento en el que dejarán de comprar las emisiones de deuda de un país con tanto riesgo, con déficit incontrolable y con deuda creciente de forma exponencial.

   Pero, hasta que explosione , en forma de default, este modelo autonómico, insolidario, basado en los privilegios de las Comunidades más fuertes, la casta política seguirá aprovechando la grandeza del Estado de SU bienestar.

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