Por Jorge Marqueta
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Un concejal de CHA recibió una propuesta de una sustanciosa suma de dinero a cambio de cambiar el PGOU de la localidad y, no solo rechazó la propuesta, sino que denunció los hechos; un consejero comarcal de CHA paga con la asignación que le corresponde las visitas de los chavales y chavalas de su comarca a edificios del patrimonio histórico-artístico.
Los vocales de CHA en Juntas de Distrito y Vecinales participan en cuantas actividades del Distrito pueden, dedicando tiempo y dinero personal, sin esperar nada a cambio. Cuando te lo narra, siempre quien lo recita termina diciendo: “claro, es normal, es uno de los nuestros”.
Pero lo que es normal en CHA, es decir, lo que se ajusta a la norma, no es lo que es normal en otros lares.
Veo un debate televisivo. En él, el candidato a la Alcaldía de Madrid por el PSOE, en un momento dado, le espeta al contertulio de Podemos: “tú estuviste en el PSOE, eres uno de los nuestros”. El periodista de un medio conservador lo reafirma: “sí, sí, estuvo en el PSOE, se fue porque no lo incluyeron en un puesto de salida en las listas electorales”. El representante de Podemos, con una demostrada incontinencia verbal, capaz de recitar de un tirón los típicos tópicos y “lugares comunes” a los que nos empiezan a tener acostumbrados los de su partido, como un alumno empollón que recita la lección memorizada sin crítica alguna, el hombre que habla sin parar como una radio encendida con las pilas recién puestas, calla. No sabe qué decir. Se queda descolocado. Y es lógico. Al margen de lo que significa abandonar un partido solo por no ir en las listas electorales, ser “uno de los nuestros”, no siempre es positivo.
Ser “uno de los nuestros” en el PSOE significa ser del partido de los “EREs”, ser del partido de Asín (el exalcalde de Mallén, imputado en el “caso naves” fervientemente apoyado por Lambán), de Carlos Escó (Viceconsejero del Gobierno Iglesias y, hoy, imputado por el “caso Plaza”),….
Ser “uno de los nuestros” en el PP significa ser del partido de Bárcenas, de Correas, de Camps, de Fabra, del partido de la “trama Gürtel”, de la “operación Púnica”, de Rodolfo Aínsa, ex presidente de la Diputación de Huesca e imputado en la “operación Molinos” y un largo etcétera ominoso.
Ser “uno de los nuestros” en IU , significa ser del partido, por ejemplo, de Antonio Rodrigo, ex primer Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Sevilla e imputado en el caso “Mercasevilla”.
Ser “uno de los nuestros” en el PAR, significa ser del partido de la “Operación Molinos”.
Y así se podría seguir “ad nauseam” hasta completar una cartografía cercana a los 2.000 imputados y 170 condenados en 130 causas. De todos ellos, ninguno de CHA, que con 1000 cargos públicos en su historia no cuenta con ningún caso de corrupción. Los ha habido mejores y peores, pero todos y todas honrados.
UNA CASTA DE INTOCABLES
El hinduismo, obviando la Igualdad natural de los seres humanos, estratifica éstos en castas, dependiendo de la parte de su dios de la que fueron creados. Dentro de ese sistema social aberrante y basado en la superchería, los “intocables” son aquellos que no nacieron de su dios y pueden ser esclavizados y oprimidos. Si bien en ámbito urbano esta reprobable organización social se va superando, en el ámbito rural hindú sigue existiendo con fuerza produciéndose segregaciones y discriminaciones que no pueden sino despertar el desprecio más absoluto, como el trato y el papel de la mujer en esa mitología y la sociedad que genera.
Desde hace unos años, el término “casta” se ha trasladado al lenguaje político en el Estado español por parte de fuerzas políticas emergentes que lo utilizan para “marcar” distancias con el resto.
La primera vez que un partido político habló de “casta” para referirse los demás partidos fue en 2012 por parte de la extrema derecha catalana. Por ejemplo, en el enlace que adjunto, refiriéndose a un debate en Osona, el 26 de abril de 2012 Josep Anglada declaraba “la casta política de la comarca no tiene argumentos para debatir conmigo”.
http://www.plataforma.cat/es/noticias-municipales/vic/1272/www-taronjadigital-osona-cat-26-04-2012-josep-anglada-la-casta-politica-de-la-comarca-no-tiene-argumentos-para-debatir-conmigo.html
Pero el término se ha popularizado recientemente por algunos partidos que han aparecido, y enriquecido, el tablero político y que, por su novedad o por lo que quiera que sea, pretenden estar al margen y, curiosamente, no sujetos a la crítica política, como si fueran una “casta intocable”, no en el sentido hindú del término, sino en el primero que da la Real Academia de la Lengua Española: “que no se puede tocar”, porque quien lo hace parece defender no sé qué espúreos intereses.
Pero yo, que soy de izquierdas e hijo de la tradición ideológica grecorromana, humanista e ilustrada, considero que nada ni nadie está fuera de la crítica.
Ese querer ser “intocables” no es la única similitud que comparten estos nuevos partidos nacidos en el siglo XXI: Citadans (2006), UPD (2007) y Podemos (2014). Veamos:
Dicen ser totalmente nuevos, pero sus principales (o casi únicos) dirigentes, en muchas ocasiones, proceden de diferentes partidos: Rosa Díez (PSOE, donde ocupó relevantes cargos institucionales desde 1983 hasta que decidió crear UPD), Albert Rivera (PP), Pablo Iglesias (asesor de IU), Juan Carlos Monedero (PSOE). Lo cual no es nada malo, pero no parece que hayan estado al margen de la política ni que nacieron ayer, como se podría deducir de algunas de sus declaraciones.
Dicen no ser ni de izquierdas ni de derechas, incluso que no son un partido: afirman ser fruto de la “reacción ciudadana” (Citadans), “un método para el protagonismo popular” (Podemos) y algunos incluso se denominan “Partido de la Ciudadanía” (Citadans), algo bastante pretencioso (ciudadanos somos todos, hasta la inmensa mayoría que no forman parte de ninguno de los tres partidos). Además, a pesar de querer aparentar no ser un partido, –curiosamente- no solo funcionan como tal o, como hemos visto, muchos de sus integrantes tienen experiencia, directa o indirecta, en distintos partidos políticos o incluso un partido –Izquierda Anticapitalista- está en la base de la creación de alguno (Podemos), sino que tienen estructuras fuertemente centralizadas, jerarquizadas y basadas en el liderazgo personal: Albert Rivera (Ciutadans, Presidente indiscutido del partido desde su fundación hace una década); Rosa Díez (que llega a identificar el color del partido con su propio nombre) o Pablo Iglesias (cuyo rostro sustituyó en la papeleta electoral a la del logotipo del propio partido. Algo que hasta entonces solo había hecho en el Estado la “agrupación de electores Ruiz Mateos”, candidatura personalista al parlamento europeo conformada en los ochenta por Ruiz Mateos y su entorno)
Pero hay cuestiones más preocupantes, a mi juicio:
Con un discurso bastante simple y maniqueo suelen despreciar la labor política de los demás partidos y sus integrantes. Es cierto que hay y ha habido escandalosos casos de corrupción, que la actitud de dirigentes de algunos partidos dista mucho de ser ejemplarizante (Rajoy en los múltiples casos como Bárcenas, Gürtel,…; Lambán en el caso naves de Mallén), pero no se puede tomar la parte por el todo y afirmar que todos los demás, “los que no son de mi partido” son “casta” corrupta. No. Olvidan que en Aragón, sin ir más lejos, hay un partido –CHA- que ha tenido 1.000 cargos públicos de diferentes niveles sin ningún caso de corrupción. Olvidan y desprecian la labor de vocales en Juntas de Distrito y Vecinales, concejales de municipios pequeños y medianos y consejeros comarcales que ejercen su labor política dedicando su tiempo personal y, no ya sin corromperse, sino sin remuneración alguna en muchos casos o con mínimas dietas de asistencia a plenos.
Finalmente, son partidos que presentan alternativas fuertemente centralistas. Citadans habla de la necesidad de “cerrar el modelo competencial garantizando la capacidad de las instituciones nacionales (se refiere a las estatales)”, e incluso califica las reformas estatutarias como respuesta a “intereses particulares: los específicos de los partidos nacionalistas y los caciquiles de los gobiernos en el ámbito autonómico”. UPD habla de “atribuir al Estado un conjunto de competencias fundamentales (por ejemplo educación y fiscalidad, además de las que tiene actualmente) que no deben ser delegadas”. Quizá en este punto “Podemos”, en proceso de formación, sea más indefinido, como en tantas cuestiones. No aparece la cuestión territorial en sus textos. No obstante, en sus declaraciones públicas la cuestión territorial o la evitan o contestan con evasivas. Como ejemplo, recientemente, preguntada por twitter la secretaria general de Zaragoza sobre su postura en relación con la lengua aragonesa, contestaba que su postura era “aquella que demanden los ciudadanos a través del programa colaborativo q se desarrolle en las plataformas ciudadans de desborde” (sic).
LA CRÍTICA Y SUS LÍMITES
Una ola de indignación recorre Europa y lo que llamamos “civilización occidental”. No se entiende lo ocurrido en París, cuando unos yihadistas asesinan a sangre fría para “vengar al profeta”, en un terrorífico ataque a la libertad de expresión contra un medio satírico. Defendemos la libertad de expresión y el derecho a la crítica y a la sátira. Y … “todos somos Charlie Hebdo”. Pero…¿siempre? ¿o solo si se satirizan los símbolos “de otros”? ¿somos igual de tolerantes ante cualquier crítica hacia cualquier símbolo o institución?
Pensemos, ¿qué pasaría en Aragón si un medio satirizara la Virgen del Pilar?
Evidentemente, no creo que hubiera acción terrorista alguna, en ningún caso y bajo ningún concepto encuentro la menor justificación a la violencia, no establezco paralelismos, ni minusvaloro el peligro yihadista en Europa. Solo me planteo si la civilización occidental es igual de tolerante siempre, en todo caso y lugar con la sátira, la crítica o, incluso, una opinión no acorde con su religión mayoritaria o sus instituciones.
Recordemos la reacción de la Iglesia Católica ante películas como “la mala educación” (2004), la reacción del Opus Dei ante la película “Camino” (2008).
Recordemos que cuando se estrenó la película “Agora” -2009- (ganadora de varios premios “Goya” y, quizá una de las mejores películas de la Historia del cine del Estado Español, que narra -de forma deliciosa, aunque con algunas licencias históricas- los últimos días de la filósofa y astrónoma Hipatia de Alejandría, que fue descuartizada e incinerada por los seguidores del Santo Cirilo de Alejandría en 415 d.C.), ésta tuvo problemas de distribución en EEUU e Italia por su “promover el odio a los cristianos” en palabras del Observatorio Antidifamación Religiosa.
Recordemos que en el Estado Español un juez de la Audiencia Nacional, a petición de la Fiscalía General del Estado, prohibió la difusión y ordenó en 2007 retirar de los quioscos una revista satírica (“el jueves”) por incluir en su portada una caricatura de los entonces Príncipes de Asturias, Felipe Borbón y Letizia Ortíz.
Recordemos que en junio del año pasado, algunos de los principales dibujantes de la misma revista dimitieron después de que la empresa editora decidiera la retirada de una portada que mostraba una caricatura del Jefe del Estado y su hijo con motivo de la abdicación del primero.
Satiricemos a los demás, pero aprendamos a satirizarnos a nosotros mismos.