I … comme Icare / Jorge Álvarez

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Por Jorge Álvarez

    Me tengo que concentrar para escribir el comentario, el primero de 2015, y no es una tarea fácil. Estoy frente a mi PC portátil. Suena el móvil. No lo atiendo. “Baby, We Better Try to Get it Together” suena en la voz ronca de Barry White. Lo escucho. Es la siesta de una tarde de verano húmedo y caliente en este lado del mundo.

     Amigos lectores de El Pollo Urbano no sé por dónde empezar. No es que perdí la práctica de escribir, de narrar una historia. No, nada de eso. Sucede que yo, como la inmensa mayoría de los argentinos no podemos, no sabemos cómo enfrentar la realidad del momento que vivimos. Hace unos días no sólo a un fiscal federal lo mataron de un tiro en la cabeza sino que ese disparo artero y cobarde nos mató a todos. Desde entonces la incipiente democracia, alcanzada en 1983, se tambalea como un boxeador que recibió un golpe tremendo y trata aguantar el cimbronazo para no caer. Ese disparo no sólo se llevó la vida del fiscalAlberto Nisman. Atravesó la epidermis de todas las instituciones de la República devastando su funcionamiento. La cronología de tan desgraciado suceso recorre el mundo. La prensa se hizo eco de la tragedia y ocupa las portadas de los diarios del mundo. Lo encontraron muerto en el piso que habitaba en unos de los lugares más exclusivos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En el piso 13. Abajo, a la entrada, 10 custodios asignados no se sabe aún qué hacían para protegerle. ¿Por qué se preguntará usted? Porque el fiscal 24 horas más tarde se debía presentar ante el Parlamento a entregar las pruebas de su investigación que conectaban a la Presidenta y al Canciller del país con los autores del atentado, ocurrido hace dos décadas, más sangriento que se recuerde. Nunca pudo hacerlo. Entonces me recuerdo de un filme ” I… comme Icare” que un lejano 1979 el director Henri Verneuil llevó a la pantalla. Allí el recordadoYves Montand daba vida a un fiscal que investiga la clave del funcionamiento de una organización secreta que ha acabado con la vida de un jefe de Estado. Y al igual que Nisman tiene el final deIcaro por acercarse a sol de la verdad que quema, que mata a quien lo desafía.

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