Un poema y un fotopoema

162MarisaLanca-EL IMPULSO-P
Por Marisa Lanca

Un ángel caído

Te llamaré.

Mañana o pasado un cierto tiempo.

No siempre estoy ciego,
a veces también respiro
y maldigo lo que siento.

 

Te esperaré.

Las horas siembran distancia
a medida que transcurren,
pero no sé mentir

¡qué audacia!

Ojalá no me derrumbe.

 

Te echo de menos, carne,
vena, hiel y ternura,
a todas juntas,
alguna vez equivocadas
pero nunca perdidas,
nunca.

 

Te presiento,
con el goce del que llega
a saborear el aliento
de la tristeza suma,
un punto feliz
en la eterna locura.

 

Te nombro,
sin voz y apenas quieto.

Y me inquietas
hasta morder el cielo,
hasta perder la inocencia
en el infierno.

 

Te encuentro,
no reconozco el perfume
de tu silencio.
Palidez desenterrada,
tu presencia en una nube.

No lo entiendo.

 

Te he sentido,
entre sombras y carmín,

pupilas dilatadas,
calientes,
he creído vivir
por un momento en tu frente.

 

Me he perdido,
y no acierto a salir
de este delirio de vida
enredada en tus dedos
que me invita a sufrir.

 

Me caí.

Ya no te veo, mi aliento,
mi espina, mi sueño.
Estarás entre lienzos y gente gris
otra vez.

Pero recuérdame. Y sé feliz.
Te llamaré.

 

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