Rinconcito latino: La rumba, de las esclavitud en Cuba al Bronx neoyorrkino


Por Felipe Sánchez

  Qué sentimiento me da
cada vez que yo me acuerdo
de los rumberos famosos
qué sentimiento me da
oh, oh Chano, murió Chano Pozo
    La muerte de Andrea Baró
Malanga también murió
cayó Lilón y Pablito
murió Mulense y René
oh, oh Chano, murió Chano Pozo etc.

Rumberos de Ayer, de Benny Moré  : https://youtu.be/ihtD7kcTOdk

   Este tema musical de Benny Moré nos muestra un listado de rumberos famosos. Lo publica como Rumba en homenaje a Chano Pozo, en realidad es un son-montuno según aparece en el Cd. Semilla del Son, en edición de Santiago Auserón de 1991, y la rumba aparece en esos coros finales muy repetitivos, prueba del influjo de la rumba en los distintos géneros de la música cubana.

    «Pablito» es Pablo Duarte pareja de baile con Georgina Fernández «Lilón»  a principios de 1940, como nos cuenta también Miguelito Valdés en su conga «José Isabel», antes de este tema del Benny.

   Pablito ocupa el lugar preferencial que tenía René al morir prematuramente y que también hacia pareja con Estela saliendo como tantos rumberos de las actuaciones en sus círculos más íntimos al mundo del espetáculo, como Pablito y Lilón lo hacían ya a finales de 1930 en el cabaret Eden Concert, en lo que hoy queda del cine Actualidades, enfrente de ese edificio art decó, el Bacardí de La Habana, actuando asimismo en películas musicales de la época con el Septeto Jóvenes del Cayo. Y esta salida al exterior no le fue muy bien a la rumba, perdiendo pureza original a cambio de espectáculo mundano y un ritmo de vida de bajo cabaret que algunos lo pagaron hasta con sus vidas. Sin llegar a tanto lo mismo le ocurrió al danzón y al mambo cubanos, no tanto a sus intérpretes, como fueron la vedete Ninón Sevilla y Pérez Prado respectivamente, los dos en Méjico, como vimos en la entrega «Las Giras orquestales, la revista Musical» del año pasado en esta misma sección del Rinconcito Latino y todavía consultable en el Buscador.

   Lilón y Pablito también actuaron en espectáculos musicales de Ernesto Lecuona. Y por su cuenta viajaron por distintos paises como pareja de baile. En 1949, en Nueva York, unos meses antes de que ocurriera la muerte trágica de Chano Pozo en los bajos fondos del Bronx neoyorquino, fueron encontrados también muertos en su pequeño apartamento de Nueva York. Parece ser que fue el mismo Pablo Duarte, Pablito, quien ya había establecido relación de pareja, el autor del trágico suceso.

   Chano Pozo es el rumbero más mundialmente conocido, que llegó a actuar en grandes orquestas de jazz como las de Charlie Parker y Dizzy Gillespie. También tuvo un final trágico.  Apoyó a los bailadores flamencos como a los Amaya que llevaron a España la rumba flamenca y que popularizaron El Gato Pérez, Antonio González » El Pescailla», Peret, Las Grecas o Rumba Tres. A mezclar la rumba con estilos suburbiales llegaron los Chunguitos y Los Chichos que influyen en Lolita y Rosario Flores, Azúcar Moreno o Ketama.

   La Rumba es un término que puede significar cosas muy variadas, como vemos. Para centrar el tema vamos a los diccionarios cubanos. El Diccionario más antiguo del siglo XIX de Esteban Pichardo, dice sencillamente, en expresión colonial muy despectiva , que es «un baile y canto de la gentualla». El de Helio Orovio de 1981 se extiende mucho más y la trata con más respeto : «Género cantable y bailable nacido de la vertiente Afro-española, con orígenes en el marco urbano donde abundaba la población negra humilde de cuarterías y solares y en el rural en torno a los ingenios azucareros. Se interpreta percutiendo tambores o cajas de bacalao y velas. Carece de elementos rituales, es completamente profana. Hay canto solista y coral y la salida de bailadores que muestran sus habilidades. La rumba fue llevada al teatro típico cubano».

   Argeliers León, musicólogo cubano, insiste en que siendo de procedencia africana no es música que obedezca a un ritual mágico o religioso, sino popular o profana, música de entretenimiento, creada en el entorno de una sociedad salida del esclavismo, pero que no rechaza a la etnia blanca que ha pasado por parecidas circunstancias opresivas.

    No es una vulgarización o populismo de ritos culturales superiores provenientes de Africa, es una manifestación expontánea en una nueva situación social liberada de la opresión que supuso el esclavismo, mantenido, por cierto, por la política española durante casi todo el periodo colonial del siglo xix por gobiernos conservadores y liberales, así la independencia cubana estaba más que cantada. El baile en pareja o por libre manifiesta esta liberación en formas espasmódicas y gesticulantes sin control alguno, que causa más o menos admiración en el auditorio, y en donde se improvisan todo tipo de gestos de acuerdo con las habilidades de cada bailador.

   Y en la parte cantada no hay tanto una influencia del coplerío español como le ocurre a algún género musical cubano, y eso que allá señalan la influencia española en la rumba como se dice en algunos videos explicativo de You Tube, como Rumberos Documental sobre Rumba Cubana (https://youtu.be/HXbbvgg6_NM). La Rumba es algo nuevo, espóntaneo, si acaso salido de la ancestral cultura ritual africana paralizada en el largo periodo esclavista.

     Hasta es difícil hallar el origen de la palabra Rumba. Aparece porque sí, en contacto con otras expresiones como tumba, tambo, macumba, de origen africano, que aluden a fiesta, algarabía o juerga festiva. En el término Mambo ya lo vimos, surgió el apelativo al jalearse los músicos para acelerar el ritmo, «dale mambo», expresión todavía en uso.

    Y el ambiente de la rumba está en el barrio suburbano, en el extrarradio, en solares y cuarterias donde la población de color malvive con su pobreza ya liberada de la esclavitud, en donde a pesar de todo, se organiza un jolgorio rumbero por cualquier motivo y de cualquier manera. Una sarten u otro utensilio casero sirve para sacarle ritmo, asi como botellas y cualquier cajón simulan un güiro o un tambor africano. Las cajas que traían el bacalao de importación parece que iban muy bien para la percusión del cajón, o las cajitas que traían las velas de alumbrar hacían el sonido agudo del requinto.

   También el doble juego de palos tomados de los pasadores de madera de los barcos negreros pueden ser el origen de las claves o palitos con que la voz cantante marca el ritmo adecuado, muy común en todos géneros musicales cubanos.

   La rumba comienza con un canto expositivo a modo de propuesta temática al que contesta el estribillo muy repetitivo del coro, muy propio de la música africana. Luego empiezan a salir improvisados bailadores, por parejas o solos, cada uno con su coreografia particular en clara competencia y alarde de pasos y giros insólitos en buena parte estudiados o improvisados en el frenesí contagioso de la percusión. No falta la escenificación de situaciones domésticas aludiendo al que no quiere trabajar, a la mujer que no sabe hacer las faenas de la casa, al carácter huraño o alegre de una persona, y cualquier otra ocurrencia de carácter popular.  Escenas de que se ha servido el teatro cómico cubano colonial y muy aprovechado en el teatro español para ridiculizar el carácter cubano en las figuras del negrito zumbón y la mulata graciosa. No faltaban tampoco las escenas obscenas que iban más allá del puro galanteo amoroso en el llamado paso del «vacunao», y que contribuyó a denigrar el género para regusto de la sociedad clasista y calificar a la rumba como «un baie y canto de la gentualla», tal como se despacha alegremente en su definición el Diccionario Cubano del s. xix de Esteban Pichardo.

   Hay distintos géneros de rumba. La llamada «Columbia» parece que tiene influencia de la música campesina mezclada con elementos afrocubanos. Desarrollada en un medio rural, es baile sólo para hombres, cuestión ésta muy respetada por sociedades rumberas como la Abakuá. El baile es muy frenético haciendo los bailadores auténticas acrobacias, donde no falta la competencia entre el bailador y los tocadores de la percusión.

    Si en la Columbia el ritmo es rápido, todo lo contrario ocurre en el «Yambú», donde parece que el ritmo lento y sosegado está hecho para gente mayor y con coreografías lejos de alusiones al tema de conquista amorosa, muy común en los otros géneros, sin que falte el tono cómico, «en el yambú no se vacuna, caballero», dice la letra que oimos en el tema, así como alusiones al origen del yambú. Esta rumba se toca con la participación del cajón. Oimos al Conjunto Folklórico Nacional de Cuba en el tema Ave Maria Morena : https://youtu.be/lWZXwwU_36U

   Donde sí se vacuna es en el El Guaguancó. Es la rumba de mayor difusión en el panorama musical cubano. Plantea una situación, un relato de un suceso o situación dada con carácter descriptivo. Por supuesto es un ritmo más rápido que el Yanbú. No quiere decir que sea siempre provocativo, pero sí combate a ultranza toda situación o comportamiento injusto. Su tono muy «echao palante», llega casi hasta nuestros días, y si no que se lo digan al taxista que, en una noche de inocente curiosidad mía, se negó a llevarme a la sala La Tropical de La Habana, donde el guaguancó y el alcohol hacen estragos, además de estar en barrio alejado. El Guaguanco es un género muy habanero, de La Habana y Matanzas, en contra de los otros que son más de zona rural. Tampoco se conoce mucho la rumba en el Oriente de Santiago de Cuba, pero puede presumir del Son y tantos otros géneros musicales.

   Los cantantes de la rumba se alternan, a veces en clara competencia añadiendo nuevos aspectos del tema principal o haciendo aparecer otros nuevos que tratan de superar la atención creada por el anterior, es decir, que han «arrebatado» el canto a otro competidor, lo que puede dar lugar a un pequeño conflicto sobre todo con el abuso del alcohol, pero que no suele ir muy allá. Lo mismo que ocurre en la «Controversia» del cantar guajiro o campesino, donde ese canto dialogado en clara disputa, de respuesta en respuesta, no da lugar a problemas sino que acaba en estrecho abrazo entre los cantadores en todas las ocasiones.

    Esa marginalidad de la rumba no la hace ser elitista o partidista de ningún colectivo social o cultural. En seguida se hace con el sentir nacional cubano hasta el punto de influir en todas sus manifestaciones artísticas. Teniendo esos orígenes humildes y marginales, contagia por méritos propios y por sentimiento a toda la cultura cubana y a su música. Casi podíamos decir que la transforma, que le da ese toque final que la distingue, que le pone salsita y especias a ese cocido cubano (ajiaco) que es la música cubana, según expresión del musicólogo y literato Alejo Carpentier. Es algo que puede resultar contradictorio. Nace en la soledad de la marginalidad y acaba tiñéndo toda expresión artística cultural cubana. Y es que es la expresión de la enorme injusticia de la opresión de la población de color arrancada de su tierra africana sin posibilidad de manifestarse y desarrollarse, y obligada a transculturalizarse, otra expresión esta vez de otro musícologo, Fernando Ortiz,  de adquirir otra cultura ajena completamente para ellos, pero que por los giros que da la vida iba a encontrar un apoyo y comprensión en la nueva política cubana enfocada en derechos de igualdad social y racial.

   Esas manifestaciones rumberas salen de la clandestinidad y adquieren derechos ciudadanos en las comparsas callejeras de Navidad o para el Carnaval, haciendo de esa transculturación hacia sus culturas nativas todo un derecho y un aporte a la cultura cubana. Allí vemos al «decimista» que improvisa los cantos, siempre vigilado por el «censor» que los supervisa valiéndose incluso de diccionarios para una correcta expresión; a la «clarina» o voz aguda femenina que se impone con su fuerte y aguda voz al estruendo de la fanfarria, vemos también al «tonista» que marca el tono adecuado a los cantantes, según nos cuenta Argeliers León, otro musicólogo cubano, en su Del Canto y el Tiempo.

   Pero saliéndonos de las sociedades rumberas donde se conserva el espíritu puro de esta música rumbera y que no buscan tanto comercializar con ella, tenemos hoy a agrupaciones que la difunden con pureza, como son Los Muñequitos de Matanzas, o en versiones más populares como las de la «reina del guaguancó», Celeste Mendoza, con tanto genio o más que Celia Cruz, de quienes hay en You Tube grabaciones, así como  de otros muchos grupos rumberos.

   La rumba parece querer mantenerse en el pasado, en la tradición. Su influencia en la música cubana es un reflejo nada más, por eso no tiene un evolucionismo como ocurre en los géneros musicales de raiz europea como el danzón con raices en las contradanzas coloniales europeas, y que luego evoluciona hacia los otros géneros del Mambo y el Cha cha cha. La Rumba tiene sus origenes en Africa pero influye en todos estos géneros de raiz europea haciendo que al hablar de toda la música cubana se la defina como música Afrocubana, como vimos en las entregas del año pasado en esta sección del Rinconcito Latino.

Fuente: https://rumberosdeayer.blogspot.com/

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