Por Luis Gareta
La Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza publica en un libro el primer estudio completo sobre la obra de Víctor Mira.
Su autor, el doctor en Historia del Arte David Cortés Santamarta, mantuvo amistad con el artista, investigó en sus talleres de Barcelona y Alemania y aporta datos, referencias e interpretaciones inéditas que ayudan a contextualizar y comprender todo lo que envuelve a la subyugadora y dramática obra de Mira.
El libro ‘La obra de Víctor Mira’ plasma por primera vez toda la trayectoria profesional de este autor, que encarna el modelo de artista maldito, de genealogía romántica, y que se suicidó a finales de 2003. A ello se suma una visión original y desconocida del propio Mira, como ha explicado Cortés en la presentación de la obra, que ha tenido lugar esta mañana en la Diputación de Zaragoza coincidiendo con el 72 aniversario del nacimiento del pintor. “La obra de Víctor Mira tiene un inmediato poder dramático y trágico, con una intensa e impactante potencia plástica. Pero detrás de todo ello hay una enorme variedad y complejidad de sentidos, una gran riqueza conceptual e intelectual. Eso es lo que hasta ahora no se había investigado y es lo que hace a su obra aún más atrayente e interesante”, ha destacado.
Por su parte, el director de la Institución Fernando el Católico, Carlos Forcadell, ha subrayado que esta institución viene constituyendo desde su nacimiento “un albergue de estudios académicos indispensables”. “Cuando se haga una obra antológica de Víctor Mira este libro será la mejor guía para la selección y comprensión de una obra que parece estar ganando con el paso del tiempo”, ha expresado. “Como decía Baltasar Gracián, “no hay cumbre sin cuesta”, y la obra de Mira todavía está pendiente de llegar a esa cumbre tras haber atravesado, el propio autor, una vida esforzada y dramática”.
Cortés comenzó este trabajo a finales de 1990. Junto a Mira, se documentó en sus talleres de Barcelona y Alemania, donde el artista acumulaba “miles y miles de obras”. “Pude contemplar creaciones inéditas, que en su mayoría nunca se habían mostrado al público. Además de una posibilidad extraordinaria, esta experiencia supuso ser consciente de la enorme labor que iba a exigir el estudio de esta amplia producción”, ha apuntado Cortés.
En el año 2003 Víctor Mira se suicida y el proyecto de Cortés queda paralizado. “Su muerte me impuso la necesidad de dejar el proyecto, porque a la dimensión intelectual y académica se añadía un vínculo de amistad. Aunque siempre me mantuve reflexionando en torno a su obra, retomé definitivamente el estudio en torno a 2015”, ha señalado el autor.
La obra está disponible para su compra en la página web de la Institución Fernando el Católico de la DPZ.
La obra, en tres capítulos
El proceso creativo de Mira se organizaba a partir de la realización de extensas series sobre un único y sencillo motivo o un asunto iconográfico de mayor complejidad (estilitas, hilaturas, naturalezas muertas…), cuyas posibilidades plásticas y expresivas exploraba con diferentes técnicas y soportes. En este libro se investigan sus pinturas monumentales, y son analizadas esculturas, ‘assemblages’, dibujos o estampas. El estudio examina pormenorizadamente las series y proporciona una visión ordenada de una creación que se caracteriza por una gran “profusión y complejidad”.
La investigación se ha estructurado así en tres grandes capítulos, cada uno de los cuales abarca aproximadamente una década de la producción de Mira. Estos capítulos se subdividen a su vez en secciones donde, con un planteamiento deliberadamente monográfico, se estudian tanto la iconografía de las distintas series como sus transformaciones formales.
Un primer capítulo (1969-1983) está dedicado a las obras realizadas entre 1969, fecha en la que tiene lugar su primera exposición individual, y las series ‘Caminantes’ e ‘Hilaturas’, pintadas a comienzos de la década de 1980.
El segundo capítulo (1983-1992) aborda los conjuntos fechados entre 1983 y 1992, entre los que se cuentas sus célebres ‘Estilitas’, sus crucifixiones, las ‘Bachcantatas’ o sus naturalezas muertas. En estos ciclos se sustentó el reconocimiento internacional del artista, al mostrarse en numerosas exposiciones individuales que se celebraron en Alemania, Suiza, Noruega, Holanda o Estados Unidos.
El tercer y último capítulo (1992-2003) se ocupa de la década final en la que Mira plasma trágicas visiones como las de los ‘Antihéroes’ o transcribe sus recuerdos personales.
“Aunque había bastantes textos sobre Mira, aparecidos principalmente en prensa o en catálogos comerciales, faltaba un análisis en profundidad de la totalidad de su creación que estudiara sus motivos, organizara las series y la dispusiera en el horizonte del arte español y europeo de su momento”, ha recalcado Cortés. “Uno de los objetos de este estudio es examinar la densidad simbólica y sufriente de la creación de Mira, pero empleando, junto a los criterios psicobiográficos, unas coordenadas interpretativas más amplias”.
La amistad de los artistas
La amistad entre Víctor Mira y David Cortés Santamarta, que se inició a mediados de la década de 1990 y que fue especialmente estrecha durante los años comprendidos entre 1999 y 2002, fue decisiva no solo para que el historiador conociese sus talleres y lograra una visión conjunta de su producción, sino también para que percibiera las relaciones que se establecían entre sus procesos creativos y una “exasperada subjetividad en conflicto”.
Según ha explicado Cortés, la práctica totalidad de la bibliografía sobre Mira se ha apoyado mucho en los textos del propio artista. “Él también escribía y lo hacía muy bien. En sus textos potenciaba mucho, con compulsiva obstinación, la cuestión del artista maldito y atormentado, su concepción del dolor y de su profundo tormento existencial. Muchos críticos han recogido tan solo esa imagen, dejando en segundo término lo que he intentado destacar en el libro: la idea de la enorme complejidad significativa y de sentidos que hay tras la obra, y que lo convierten en un artista básico e imprescindible del arte de las últimas décadas”.
David Cortés Santamarta
David Cortés Santamarta es Doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid. En su trayectoria investigadora ocupa un lugar central el estudio de los vínculos e intersecciones de distintas disciplinas y prácticas artísticas a lo largo de la Edad Contemporánea. Entre sus publicaciones destacan su labor como editor de los libros ‘George Benjamin’ (2005) y ‘Sofia Gubaidulina’ (2009), coeditor de los catálogos ‘Samuel Beckett. Obra para cine y televisión’ (2006) y ‘Con y contra el cine. En torno a Mayo del 68’ (2009), o sus textos sobre la obra de Víctor Mira. Ha sido asimismo comisario de diversos proyectos en el Museo Nacional Reina Sofía.
Víctor Mira en el CAEE
El Centro de Arte y Exposiciones de Ejea (CAEE) de la Diputación de Zaragoza reabrió sus puertas el pasado 16 de abril con una exposición antológica y atormentada de Víctor Mira, que podrá verse hasta finales de año. La muestra permite disfrutar de la ‘Colección Juglanss’, una de las más destacadas sobre la polifacética y subyugadora obra de este reconocido pintor, grabador y escultor zaragozano que reúne 43 creaciones de diferentes formatos caracterizadas por el dolor y su angustia existencial.