Desde mi carpa: El circo en el cine (8)


Por Germán Oppelli

    Siempre arriba, el gran John Wayne, duque por antonomasia de las películas del oeste, también hizo sus pinitos circenses en ‘El fabuloso mundo del circo’ (1964), dirigida por Henry Hathaway,…

…otro de los grandes del wéstern, sobre un argumento de Philip Yordan y Nicholas Ray, adaptado en un guion escrito por Ben Hecht, Julian Halevy y James Edward Grant. Con este último, por cierto, el propio Wayne le produjo su único filme como director, ’El ángel y el pistolero’ (1947), un wéstern con aciertos de tono y de cadencia, excelentes diálogos y una magnífica fotografía. Y John Wayne, nunca abajo, trabaja con Hathaway en cinco títulos más: ‘The shepeherd of the hills’ (1941), ‘Arenas de muerte’ (1957), ‘Alaska, tierra de oro’ (1960), ‘Los cuatro hijos de Katie Elder’ (1965) y ‘Valor de ley’ (1969).

  Pero vayamos al asunto que nos interesa, por el amor de dios, que no me quiero poner estupendo. ‘El fabuloso mundo del circo’ se basa en la catástrofe que sufre la troupe del Circo Americano. A su llegada a Barcelona, durante el curso de una gira europea, pierde todo el material al hundirse el barco que lo transporta y mueren decenas de artistas de la compañía. En la ficción se trata del Circo Americano de Matt Master (el duque), del que es estrella de primera clase Tonia Alfredo (interpretada por la sensual Claudia Cardinale).

  Para filmar la catástrofe de Barcelona que corresponde a la secuencia secreta del filme, fueron necesarios tres meses de preparación, un equipo de treinta y cuatro técnicos de efectos especiales, seiscientos extras (uno arriba, uno abajo), casi trescientos tripulantes y patrones de embarcaciones auxiliares de salvamento y siete hombres rana para vigilar bajo el agua la posibilidad de un naufragio real.

  Se utilizaron, además, cuatro grúas de cincuenta toneladas cada una, setecientos chalecos salvavidas (uno arriba, uno abajo) y tres juegos de trajes para cada extra. Merecen destacarse anécdotas como la de la carpa del circo que arde al final de la película. No se trata de un truco, aunque lo parezca, sino de un toldo de más de catorce mil kilos de peso que fue adquirido en el Circo Ringlin y trasladado a España, país donde se efectuó el rodaje en los estudios Samuel Bronston, antiguos Estudios Chamartín.

 Junto a los mencionados John Wayne y Claudia Cardinale, el reparto se completa con Rita Hayworth, Richard Conte, John Smith, Lloyd Nolan, Henri Dantes, Wonda Rotha, Kay Walsh, Miles Maleson, Billy Hunt o Earl Curley. Si la fotografía corresponde a Claude Renoir y Jack Hildyand (en technicolor y technirama en setenta milímetros), la banda sonora corre a cargo del gran compositor Dimitri Tiomkin.

  Los números de ‘El fabuloso mundo del circo’ pertenecen a los del espectáculo circense de Franz Altohff, con sus famosos sesenta caballos amaestrados de color blanco. La película, a pesar del esfuerzo desarrollado, no obtuvo el éxito esperado. Es difícil, desde luego, conectar con el público, pero esta superproducción en la que Hathaway bucea en las interioridades del mundo del circo, y que rinde culto al espectáculo, es muy floja. Y responde a todos los clichés del cine con circo dentro, sin proponer nada nuevo de especial interés. Al final, ya ven, me he puesto estupendo. Arriba y abajo.

Artículos relacionados :