Taiwan: Una aproximación a su reciente historia (II)


Por Héctor Muñoz

    Nuestro corresponsal en Taiwan continúa con la segunda parte de esta aproximación a la reciente historia de esa singular isla.

 
Por Héctor Muñoz
Corresponsal del Pollo Urbano en Taiwan

TAIWAN Y CHINA EN EL SIGLO XXI: AVIONES, ARMAS, CATOLICISMO, COMERCIO Y DIPLOMACIA DEL PANDA

    En 2008 el Kuomintang regresó al poder tras dos legislaturas con el PDD, de tendencia independentista, al poder. Su nuevo y actual presidente, Ma Yingjieou se posiciona más cerca de Pekín, habla de una era de cooperación, pero no por ello deja de alabar su propio sistema democrático ni renuncia al autogobierno de la isla. Pretende acercar posiciones entre los daluren y los benshengren, dos facciones claras dentro de Taiwan, renegando de la retórica agresiva de su predecesor Chen Shuibian y el PDD. Pero lo que Ma más teme en estos momentos es la falta de visibilidad internacional de Taiwan, el aislamiento político y económico de la isla. Él se define como un pacificador. Por un lado quiere beneficiarse del progreso económico de China, pero su firmeza en asuntos internos chinos como el Tíbet ponen de manifiesto qué no quiere que suceda en la isla. Asimismo, China exige al gobierno tibetano en el exilio que reconozca a Taiwan como parte de ésta. Todos los grandes conflictos están interrelacionados, como se puede ver.



    Estos esfuerzos conciliadores se han quedado plasmados en los distintos encuentros entre políticos de ambas partes durante los últimos años. Ha habido muestras de disconformidad por parte de la población: un diputado del político chino Chen Yulin recibió un empujón en un templo y acabó en el suelo durante su visita a finales de 2008; el propio Chen llegó a la isla un mes después entre protestas populares. La población ve en la cooperación económica una forma de control político por parte del continente. La clase política, sin embargo, ha siempre recibido entre sonrisas y eslóganes optimistas a los mandatarios chinos. No fue una excepción la visita de Hu Jintao en 2008, un hito en la historia de las relaciones sinotaiwanesas. La agenda traía sólo temas económicos: una mayor cooperación, la posibilidad de establecer vuelos directos así como la creación de estrategias para afrontar conjuntamente el declive económico europeo.

    En el plano político, el Consejero de la Embajada China en Reino Unido Pan Hejun ha dejado en sus intervenciones las cosas claras. Taiwan nunca ha tenido entidad propia, y el imperio chino desde el s.XII disponía de cuerpos administrativos en la isla. Recalca que, según la resolución de Naciones Unidas de 1971, la República Popular China es el único representante de China en la esfera internacional, y del mismo modo se congratula de que Ban Ki-moon contemple el caso de Taiwan como un asunto interno en el cual Naciones Unidas no debe intervenir. Pero los taiwaneses, por su parte, sienten cierto temor ante la ascensión China, algo que comparten con otros países de la zona como Vietnam, y algo que no nos debería sorprender; las potencias hegemónicas nunca han sido queridas por sus vecinos. A este dibujo sólo falta añadir el papel que EEUU desempeña y puede desempeñar en el futuro como aliado de Taiwan. Muchos se plantean si EEUU realmente apoyaría a Taiwan en un clonflicto armado, enfrentándose a su propio «banco de crédito». También especulan qué ganarían y qué perderían China y EEUU tras una hipotética reunificación si introducimos el factor de Corea del Norte: ¿renunciaría EEUU a Taiwan a cambio de ganar Pyongyang?

   Estados Unidos también se vio envuelto en uno de los conflictos más agrios entre la isla y el continente: la venta de armas a Taiwan. La respuesta por parte de Pekín fue dura, las protestas no se hicieron esperar. China, quien por su parte tiene alrededor de 1.300 misiles delante de la costa Taiwanesa, no vio con buenos ojos los 6.400 millones de dólares en armamento que Taiwan compró a empresas estadounidenses como Boeing. De hecho, China se ha quejado sistemáticamente en todos los casos de venta de armas por parte de EEUU a Taiwan. Sin embargo, muchas voces apuntan a que algo ha cambiado esta vez: básicamente el declive de la hegemonía estadounidense y la emergencia imponente de China en la escena internacional. El continente, por su parte, no se ha quedado corto en cuanto al gasto militar, aunque lo ha moderado en los últimos años. Ante esta tesitura, algunos afirman que la conquista de Taiwan y el Mar del Sur de China provocaría un colapso indeseable en la República Popular. Otros especialistas por su parte admiten que China tiene derecho a armarse para defender su territorio continental, sobre todo si se tiene en cuenta que, sin querer entrar en carreras armamentísticas, el país tiene frontera con 14 países, algunos antiguos enemigos, y varios conflictos no resueltos. Dicho esto, no conviene olvidar tampoco el peso del ejército en la política china a lo largo del siglo XX y la influencia que éste pueda querer ejercer de cara al relevo en el poder en 2012.

   En el ámbito de las tensiones, es obligatorio mencionar, aunque brevemente, las tensiones que la Santa Sede ha provocado entre la isla y el continente. Del poderoso politburó de nueve miembros situado en la cúspide del poder chino, Jia Qinlin (junto con el Party Foreign Department) se encargan curiosamente de los asuntos religiosos (en los que entra indefectiblemente el Vaticano) y de las relaciones con Taiwan. Pekín guarda cierto sentimiento de recelo hacia los católicos taiwaneses, quienes se deben al Vaticano y no a la Asociación China Patriótica de la República Popular. Pekín los culpa de apoyar al candidato independentista Chen Shuibian y de ejercer presión a su favor. Mientras el Vaticano y Pekín van acercando posiciones en diversos encuentros, la Santa Sede sigue siendo uno de los 28 estados que reconocen Taiwan. La permisividad de Pekín ante esto no debería sorprendernos. Primero, porque el Vaticano no tiene ningún peso económico en el mundo, y segundo, porque permitiéndolo China enmienda la plana al actual presidente taiwanés Ma Ying-jeou, tan temoroso del asilamiento político y de su repercusión entre los votantes.

Continuará: Taiwan: Una aproximación a su reciente historia (III)

Nota: Este artículo es una adaptación de un trabajo realizado para la Universitat Oberta de Catalunya, y cedido exclusivamente a El Pollo Urbano para su publicación.

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