Rumanía: El Parlamento (Bucarest)


Por Adrian Iepure

   Palacio del Parlamento “Palatul Parlamentului”

   Conocida popularmente todavía con su nombre originario de Casa Poporului (“Casa del Pueblo”), este edificio es la obra personalísima del dictador Nicolae Ceauşescu.

 
Adrián Iepure
Corresponsal del Pollo Urbano en Rumanía

   Conocida popularmente todavía con su nombre originario de Casa Poporului (“Casa del Pueblo”), este edificio es la obra personalísima del dictador Nicolae Ceau?escu.

     Todos los guías turísticos del faraónico edificio, y casi podríamos aventurarnos a decir que gran parte de los habitantes de Bucarest, saben recitar casi de memoria la retahíla de cifras y datos que atesoran su (tal vez enfermiza) magnificencia: segundo edificio del mundo en cuanto a superficie (tras el Pentágono), con 330.000 metros cuadrados; tercer edificio en cuanto a volumen (tras Cabo Cañaveral y la Pirámide de Quetzalcoztl), con 2´55 millones de metros cúbicos; el edificio posee 3.000 habitaciones y 200 baños; en su construcción se emplearon 222.000 metros cuadrados de alfombras, 3.500 toneladas de cristal, 200.000 bombillas, 3.000 metros cuadrados de cuero, 1 millón de metros cuadrados de mármol…todo ello con materias primas rumanas, como obligaba el comunismo nacionalista practicado por el régimen de Ceau?escu.

    Pero para formarse una opinión que no quede en lo meramente superficial, es necesario comprender los motivos de su construcción, y los efectos concretos que ella provocó sobre el conjunto de la población del país (la obra absorbió durante años el 20% del PIB del país, en un momento en el que la población sufría múltiples penurias) y sobre la faz de Bucarest. Si no, caeríamos en el mismo error que cometen aquellos que visitan en España el Valle de los Caídos y sólo son capaces de decir que tiene una cruz inmensa.

   El matrimonio Ceau?escu, al regreso de su gira asiática de 1971 (en la que visitaron China, Vietnam y Corea del Norte) quedó impresionado por la arquitectura basada en amplísimas avenidas y enormes plazas, en especial por la ordenación urbana de Pyongyang.

   El catastrófico terremoto de 1977 (de 7´2 grados en escala Richter) que provocó el derrumbe de más de 35.000 viviendas en Bucarest (sin contar con el drama humano de más de 1.400 muertos), hizo fraguar los nuevos planes urbanísticos de Ceau?escu.

   Se decidió la construcción de un inmenso palacio que sería el nuevo centro de la ciudad (el eje de la ciudad dejaría de ser Norte/Sur para ser Este/Oeste, con el epicentro en el palacio), de una dimensiones superlativas que honrasen y dejasen en la memoria imperecedera al dirigente que mandó su construcción.

   El primer paso para su construcción era obtener el espacio en el cuál realizarla; para ello, se procedió a la destrucción de más de 10.000 viviendas (con el traslado forzoso y súbito, a realizar en unas pocas horas, de más de 100.000 personas, algunas de las cuáles optaron por el suicidio) y multitud de monasterios e iglesias en el barrio judío, y se levantó una pequeña colina artificial de 20 metros de altura para realzar la visión del futuro palacio.

   Desde el inicio de las obras en 1984 y hasta diciembre de 1989 trabajaron en su construcción más de 300 arquitectos y 20.000 trabajadores, en turnos ininterrumpidos de ocho horas; la mano de obra estaba compuesta de trabajadores poco cualificados, especialistas obligados a hacerlo a un ritmo de trabajo incansable y salarios paupérrimos, reclutas del ejército obligados a ello por sus mandos, y un número nada despreciable de presos (tanto comunes como políticos) tratados casi como esclavos. El edificio se construyó con todas las medidas de seguridad para poder soportar un terremoto de 8´5 grados en escala Richter.

   Al mismo tiempo que se construía el palacio, se construyó un enorme bulevar de más de 3´5 kilómetros de largo, llamado entonces Victoria del Socialismo y hoy día denominado Bulevar Unirii (“De la Unión”), y lo que debería ser dos Ministerios y la nueva Biblioteca Nacional (todos estos edificios quedaron inacabados al suspenderse los trabajos tras estallar la revolución de diciembre de 1989). Ceaucescu visitaba las obras al menos una vez por semana, corrigiendo todos aquellos detalles que él considerase erróneos.

   Desde un punto de vista artístico, los expertos dividen sus opiniones entre quienes lo consideran “el edificio kitsch más grande del mundo”, y aquellos que alaban su estilo neoclásico (aunque con añadidos estilísticos diversos) inspirado en el barrio “Antigone” de Montpellier, obra del arquitecto español Bofill.

   Como descripción formal del edificio cabe decir que éste es de planta rectangular, con 270 metros de largo por 240 de ancho; posee 6 niveles con una altura total de 84 metros, y el conjunto está constituido por hasta 21 cuerpos.

   El estallido de la revolución en diciembre de 1989 interrumpió unos trabajos que estaban muy avanzados; éstos se reanudarían en 1997 (todavía hoy día no está totalmente terminado), tras decidirse que sería la sede de numerosas instituciones del Estado (se llegaron a rechazar ofertas tan surrealistas como la de un empresario estadounidense que deseaba comprarlo para instalar en él un casino).

   En la actualidad el edificio acoge en su interior al Parlamento (de ahí su actual nombre), el Tribunal Constitucional, doce salas de conciertos, otras doce salas de teatro, juzgados de bodas, un Centro Internacional de Conferencias, el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo de Trajes Folclóricos.

 Fuentes: www.google.com
www.panoramio.com
www.wikipedia.org
www.cdep.ro
www.miculparis.ro
www.travelworld.ro
www.cityplanet.org
http://romaniaesoterica.blogspot.com/

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