Por Marta Remartínez
Uno de los encantos de Nueva York es que puedes perderte cada día en un museo o galería de arte diferente. Todos conocemos el Museo de Arte Moderno, popularmente conocido como MOMA, el Museo Metropolitano o MET para los neoyorkinos, y por supuesto el espectacular Guggenheim, pero más allá de este trío de ases se esconden verdaderas maravillas que cuentan con la ventaja de ser las grandes desconocidas para los turistas y en muchos casos hasta para los propios locales.
Marta Remartínez
Corresponsal del Pollo en Nueva York
http://www.flickr.com/photos/momentosguardados/
Un ejemplo de ello el es Brooklyn Museum of Art, situado a sólo unas manzanas del hermano pequeño de Central Park, el impresionante Prospect Park. A pesar de no ser muy conocido por muchos visitantes se trata del segundo museo más grande de la ciudad de Nueva York, y uno de los más antiguos del país.
En este edificio que anteriormente perteneció a la armada de los Estados Unidos se albergan más de un millón y medio de objetos y documentos referentes a los indios norteamericanos así como una de las colecciones de arte egipcio más extensas e importante del país. Una joya ubicada a sólo media hora del centro de Manhattan que además de arte ofrece al visitante la oportunidad de relajarse paseando por su vecino jardín botánico.
Hasta aquí puedes pensar que se trata sólo de otro museo más, pero no, el Brooklyn Museum ofrece algo totalmente novedoso cada primer sábado de mes. Si normalmente el museo cierra sus puertas a las seis, su horario se extiende hasta las once de la noche, cada principio de mes. Y no sólo eso, de cinco de la tarde hasta cierre la entrada es gratuita. Vale que muchos museos ofrecen algún día de entrada gratis, pero pocos te dan lo que vas a encontrar aquí.
A su colección de arte habitual se le suman una serie de performances, proyecciones y charlas, por nombrar algunas actividades. Todo esto completamente gratis, ya que estás en el llamado Target First Saturdays.
Pero lo que sin duda atrae a miles de personas es la discoteca que organizan en una de las salas de exposiciones más grandes del museo. Allí organizan una Dj Party, con barras de bar, cócteles y música a todo volumen que no sólo hace que vibres tú, si no toda su colección de fotografía, antigüedades, animales momificados… Parece que en cualquier momento una de esas momias egipcias va a salir a bailar al ritmo de Lady Gaga. Rodeando la pista de bailes encontramos obras de Matisse, Picasso e incluso de de nuestro Francisco de Goya. Un espectáculo tan surrealista como divertido.
Visitar un museo con música a todo volumen que, como he dicho antes, hace vibrar a todas las obras y a todas las personas que se dan cita allí es algo que sólo puedes encontrar en Nueva York y Brooklyn es el sitio.
Dicen que en Nueva York puedes encontrar de todo y realmente el poder disfrutar de coreografías perfectas de Michael Jackson interpretadas por un espontaneo teniendo de fondo obras clásicas del Pop Art, es algo que no tiene precio.
Para algunos se trata de un crimen artístico, ya que no puedes usar el flash para fotografiar una obra pero si puede estar vibra que te vibra durante varias horas… sea como sea, nadie puede negar que es una manera efectiva de atraer miles de personas de todas edades al museo cada principio de mes. Una forma original de acercar el arte a la gente.
