Crónicas broquelianas


Por Lucio Lanzan

                Hace unos días, mi amigo Lacámara me hizo un acertijo y me preguntó por qué al Casco Viejo le llaman la Viagra.

                 Como esa mañana no andábamos demasiado espabilados rápidamente tuve que rendirme. “Porque está todo levantado”, contestó.

                La verdad que uno no sabe, ni entiende, como de necesarias son algunas de las obras que tienen partida en cuatro partes la ciudad, ni uno consigue por ejemplo cual es la dirección correcta para ir a trabajar.

                El que escribe estas letras vive en Santa Isabel y para llegar a la calle Broqueleros en moto solamente encuentra dos recorridos relativamente rápidos, entrar por la Zalfonada a coger el puente de la Almozara o Coger el autopista para ir al mismo sitio.

                El recorrido más aparente para llegar al Gancho es desde la avenida Cataluña es por la  calle Mayor que estaba cortada hasta hace cuatro días y ahora que está abierta Don Jaime se nos prohíbe acceder por Espoz y Mina a la calle Manifestación. 

                Desde el puente de Santiago ahora se puede ir recto siempre y cuando cargues, descargues o vivas allí.

                No contentos con tener todo los accesos capados para llegar al trabajo, desde principio de verano la calle de las Armas está levantada  para poner cuatro tubos, cuatro tubos que han de poner desde César Augusto hasta la Plaza Santo Domingo y que a día de hoy y pasado medio año, sólo han acabado, bastante regular, el tramo hasta Pedro Dosset.

                Si calculamos que para esa distancia han tardado, sin acabar, seis meses, cuando lleguen a Santo Domingo estaremos en el verano de 2020.

               Además de que  la calle está en obras con unas zanjas que tapan con unas tablas cuasi rotas amarillas, tienen ocupadas varias aceras de las calles contiguas y ocupadas, como no, la zona azul y la zona naranja.

                No es extraño que mi amigo Javier Lacámara  y los muchos invidentes que se acercan a la sede de la ONCE estén que trinen, porque cualquier día acaban en la zanja.

               Para más regocijo del vecindario, el sábado pasado, día uno de diciembre, era noticia en la prensa aragonesa  que, además, se  levantaban la Calle San Blas y la Calle San Pablo y para seguir cachondeándose de la peña, dicen que acabarán el día 21 de diciembre, no dicen de que año.

                 Como ya decía antes, uno no sabe, ni entiende porque hay tanta afición por parte del consistorio en cargarse el Gancho, menos aún cuando el enjambre de los malpeinaos éstos nacieron y tienen a la avispa reina en él.

                 Hoy, lunes 3, están abriendo Broqueleros.

                Posiblemente, al final todo se arregle y  tengan razón, el día 21 acaban las obras, porque el día 22 nos tocará  la lotería y podremos mandarlos definitivamente a tomar turrones con sus familias.

              Feliz Navidad y feliz 2019

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