Por Martín Ballonga
¡Un éxito sin igual del Pollo Urbano! Una sección con píldoras, runrunes y comentarios que nos llevaran por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros lectores.
Cuando todavía sigue abierto –de nalgas- el debate depórtivo entre la afición zaragocista y la prensa, la comunidad científica local permanece dividida a la hora de analizar las causas del fracaso del equipo aragonés en la terminada liga de segunda. Mientras unos investigadores afirman que la enfermedad que aqueja a jugadores y cuerpo técnico tiene su origen en la picadura de la mosca Trinca-Especulata, introducida por la clase política en la celebración del 75 aniversario del club, otros, en cambio, aseguran que el grave estado de la entidad está provocado por los órganos asesores infectados por el temido Melerus-Alegre, miope ilustrado de la ribera del Ebro que, a la hora de pontificar de fútbol, confundió el pito del árbitro con la flauta de Agapito.
Nuestro director, Dionisio Sánchez, siempre nos sorprende. Cenábamos con él un grupo de colaboradores de este ‘pollo urbano’ y llegó la hora de los postres. “Me apetece un pedazo muy pequeñito de queso de vaca, de vaca que ría, con una barrita de pan de Viena, y Viena también”. El ‘maitre’ no pudo complacerle del todo, pero le sirvió el queso y el pan. “Este pan no es de Viena, se nota en su mirada”. Y ahí terminó la charla con aquel ‘maitre’ estirado y sin ningún sentimiento del humor.
En esta campaña electoral, los partidos políticos han dado náuseas. ¿No será el reino de España un estado fallido? ¿Por dónde se puede reconstruir algo de moral política y ciudadana? Todo han sido balones fuera, frases repetidas, alabanzas de fe. Como Iñaki Gabilondo, quien, de repente, deja de ser un justiciero para ser un amigo de los imputados por los EREs, asegurando que ellos no han robado nada. Lamentable intervención que le resta credibilidad.
Y el presidente de la academia de televisión, el aragonés Manuel Campo Vidal, se quedó más ancho que largo en la ejecución del debate a cuatro de los líderes políticos (Rajoy, Rivera, Sánchez e Iglesias). Los equipos de asesores plantearon un debate atascado, mortecino, una suerte de entretenimiento audiovisual en diferido aunque sucediera, supuestamente, en directo. El escenario para el debate fue malo de solemnidad. La realización televisiva, penosa, de primero de escuela privada de vídeo aficionado. Los tres conductores –Ana Blanco, Pedro Piqueras y Vicente Vallés- estuvieron de adorno, como no queriendo molestar y sacar de sus ensueños a los cuatro jinetes del apocalipsis, sabiendo que la presidencia del reino de España no sale de las urnas, sino de los despachos de los bancos, servicios secretos y patrocinadores varios. Al final, ir a votar se convirtió en un acto de buena voluntad. O esquizofrénico.
Ante el éxito clamoroso del documental ‘La ciudad de las mujeres’, se rumorea que su directora, Vicky Calavia, prepara ‘La ciudad de los machotes’, una segunda parte con la intervención especial de Jorge Negrete, la legión y la cabra. “Soy valiente y leal”…
Enhorabuena al patólogo oscense Elías Campo Güerri, galardonado con el premio Rey Jaime I de 2016 a la investigación médica por sus estudios para clasificar distintas leucemias, lo que ha permitido diversificar los tratamientos.
La decimotercera edición de los premios Buero de teatro joven ha reconocido la labor, en la categoría escolar, del colegio San José de Sevilla, el instituto Jaime II de Alicante y la compañía Clásicos Luna del Pedro de Luna de Zaragoza. En el ámbito no escolar ha sido premiada la compañía Otro Mundo, de Navarra. Los cuatro han representado su obra en el teatro María Guerrero de la capital del reino. Felicidades a todos ellos.
Y otra enhorabuena a la violinista zaragozana Natalia Ferreró, premiada en el primer concurso de violín celebrado en Barcelona. Natalia, de nueve años, fue la participante más joven de su categoría e interpretó la ‘Sarabanda’ de Carl Bohm y la ‘Danza húngara’ de Brahms. Es alumna del conservatorio superior de música de Aragón, con el violinista Jordán Tejedor de profesor.
Después de cada estreno, en círculos teatrales se comenta la gran pasión que Paco Ortera siente por Molière. Es tal su devoción que, antes de cada representación, el director zaragozano invoca al espíritu del galo por medio de la ouija, para recabar su opinión en un chapurriaú ininteligible. Mas, en el último encuentro, Molière, harto ya de tanta insistencia, ha reprendido a Paco en perfecto acento aragonés: “¡Jalá, maño. Deja ya de hacerte el francés… Vas a aacabar con el espinazo roóto. Esto sí que es una poollería!”.
Doce mujeres sin piedad: María Pérez Heredia, Aloma Rodríguez, Irene Vallejo, Eva Puyó, Laura Bordonaba, Patricia Esteban, Olga Bernad, Ángela Labordeta, Cristina Grande, Ana Alcolea, Magdalena Lasala y Teresa Garbí. Y la número trece, de portada: Ana Bendicho. Solo los gatos negros farfullarán de vosotras…
Los diseñadores zaragozanos Miguel Frago y Samuel Aznar han conseguido el premio del cartel de las fiestas pilaristas 2016. Se titula Tragadoquines y es eso, un Tragachicos zampándose adoquines que caen del cielo, como aquellos hombrecillos del cuadro de Magritte. Si el cartel ganador se ha llevado 4000 euros, los dos de accésit se han premiado con 500. Son las propuestas de Antonio Ponti (‘Prisma’) y José Antonio Lozano Alejandre (‘Pilartízate’).
La actriz Luisa Gavasa será la pregonera de estas fiestas pilaristas 2016, con la única condición de que cambie de peluquero. Para extravagancias ya están los de ZeC. Con pelos y a lo loco.
Sea como fuere, los comerciantes del caramelo están de enhorabuena, pues con la publicidad del cartel oficial van a incrementar las ventas de los famosos ladrillos. José Luis Melero también se va a poner las botas, pues suyas son las coplillas, en clave musical jotera, que aparecen en los envoltorios de los adoquines, que los niños aragoneses degustan por kilos, mientras las tararean sin atragantarse: “Con la jota grande de amor / al cielo subió a rondar / nuestro Melero mayor / a la virgen del Pilar”…
A Víctor López Carbajales, el segundo de a bordo de Fernando Rivaflex, le recomendamos desde esta casa la lectura del libro de memorias de Buñuel, ‘Mi último suspiro’, a ver si se motiva y deja de dar el tostón macabeo: “Puesto que existe la tentación de creer en la realidad de lo imaginario, acabamos por hacer una verdad de nuestra mentira”. El nuevo gerente del patronato de artes escénicas del consistorio zaragozano ha entrado en el cargo como un elefante espantando moscas. La dignidad, decimos nosotros, era verde y se la comió un burro.
Aunque la frase que más nos gusta de Luis Buñuel, que también aparece en ‘Conversaciones con Max Aub’, es esta: “No me gustan los poseedores de la verdad, quienesquiera que sean. Me aburren y me dan miedo. Yo soy antifanático (fanáticamente)”. Ya lo dijo el sargento Romerales, no se fíen del recluta Carbajales.
Un recuerdo póstumo para Manuel Bueno Sánchez, maestro de la pediatría y elegido decano en la facultad de medicina de la universidad de Zaragoza en varias ocasiones. Aparte de dirigir la revista ‘Anales españoles de pediatría’, su ingente labor puede resumirse en la dirección de cuarenta y seis tesis doctorales o la autoría de dieciséis libros y medio millar de artículos científicos.
Y otro recuerdo para el perro Buñuel, que no era andaluz y sí turolense, y que apareció muerto en una cuneta, ensangrentado, con varios golpes en la cabeza y hematomas por todo el cuerpo. Su dueño, nuestro compañero y amigo Javier Millán, está de luto. No obstante, la otra noche se le apareció en sueños y le soltó con su habitual socarronería: “¡Ah de aquellos que no tengan la conciencia tranquila!”…
Últimas novedades sobre la polémica del CBC. “¡Nunca un muerto dio de comer a tanto vivo!”, exclamó, indignado, don Luis Buñuel. “Voy a tener que levantarme de la tumba, enfundarme mis guantes de boxeo y empezar a repartir hostias consagradas a diestro y siniestro”, susurró a continuación, harto de tanta utilización de su nombre en vano. ¡Abajo las caenas!
