Conferencia de Alfredo Cajal


Por Marisa Sarmiento
Fotografías: Rafael Esteban

El pasado martes, 3 de julio, tuvo lugar una conferencia «Los recursos hídricos» que fue impartida por Alfredo Cajal Gavín, Director del Instituto Aragonés del Agua.

El aprovechamiento de los recursos hídricos, a través de proyectos locales e internacionales quiere ser para el Rotary Club, organizador de la conferencia, el nuevo reto y el proyecto estrella, después de la erradicación de la polio en el mundo. Y es de su interés conocer más de cerca la problemática y el aprovechamiento del agua. ¡Enhorabuena al conferenciante y a los organizadores!

 

Discurso del Director General  del Instituto Aragonés del Agua.

«La colaboración entre las instituciones siempre es positiva para los ciudadanos. Y más en esta época, en la que es fundamental que cada uno aporte su granito de arena para optimizar instalaciones, propuestas culturales, etcétera.

La colaboración entre las instituciones siempre es positiva para los ciudadanos. Y más en esta época, en la que es fundamental que cada uno aporte su granito de arena para optimizar instalaciones, propuestas culturales, etcétera.

Es para mí una satisfacción presentar este acto, que creo que tiene mucho interés.

Dentro de los actos con motivo de nuestro décimo aniversario, desde el Instituto Aragonés del Agua hemos puesto en marcha un ciclo de 35 charlas por todo Aragón que busca un doble objetivo:

Sensibilizar sobre la importancia de la adecuada gestión del agua.
-Al tiempo que divulgamos la riqueza del patrimonio cultural de Aragón ligado al agua.

Con ello, queremos demostrar que los aragoneses, de generación en generación, hemos estado siempre sensibilizados con la óptima gestión del agua.

Podría parecer que esto de las sequías, del ahorro, de la preocupación por el medio ambiente… sea algo más bien reciente, a raíz del cambio climático y la conciencia conservacionista. Y no es así.

Por supuesto, la sensibilidad social varía, mejoran las tecnologías, se modifican leyes… Pero la preocupación por aprovechar cada gota de agua es algo que viene de antaño.

Yo diría que el amor por el agua forma parte del ADN de los aragoneses.

Por eso, son muy ilustrativas las charlas que imparte Miguel Angel Pallarés: historiador, erudito en la materia, y profesor de la Universidad de Zaragoza, que ilustra sus contenidos con fotografías de Montse de Vega, excelente fotógrafa, hija ya de uno de los más conocidos fotógrafos de Zaragoza. De raza le viene al galgo.

Ambos son autores de varias publicaciones en diversas materias, siempre relacionadas con la historia de Aragón. Una de las áreas que más han abordado es precisamente la del patrimonio histórico ligado al agua.

Es impresionante cómo, en cada territorio, se las han ingeniado para buscar soluciones imaginativas: neveros, aljibes, fuentes, azudes, lavaderos…

Todo, hasta llegar hasta nuestros días, donde se invierten fuertes cantidades en tecnologías muy avanzadas, tanto en potabilización como en depuración, por parte de los ayuntamientos (como el de Zaragoza), y por supuesto, del Instituto Aragonés del Agua.

De hecho, Aragón tiene a gala contar con los planes de depuración más ambiciosos de Europa, lo cual demuestra el compromiso de los aragoneses por preservar la calidad de los ríos.

Espero que todos aprendamos mucho hoy. Y lo que es más importante: que salgamos sensibilizados de que ese gran esfuerzo que han hecho nuestros antepasados, lo sigamos haciendo cada uno de nosotros, mediante el ahorro y buenas prácticas en materia de agua.

Todos, sobre todo los que tenemos ya alguna edad, tenemos vivencia cotidianas que conviene no olvidar para valorar lo que supone disponer de agua en cantidad y calidad.

Este monegrino que les habla siempre recuerda, de una manera entrañable, que en Alcubierre bebíamos agua de balsa. No había otra manera de abastecimiento. Y supongo que anécdotas de este tipo podríamos contar muchos.

En cuanto a los más jóvenes, es emocionante comprobar que, a menudo, en las casas, son ellos los que riñen a sus padres o abuelos si ven que malgastan agua. Es buena señal de que la educación ambiental va en aumento, y que tenemos un prometedor futuro por delante.

Es para mí una satisfacción presentar este acto, que creo que tiene mucho interés.

Dentro de los actos con motivo de nuestro décimo aniversario, desde el Instituto Aragonés del Agua hemos puesto en marcha un ciclo de 35 charlas por todo Aragón que busca un doble objetivo:

Sensibilizar sobre la importancia de la adecuada gestión del agua.

Al tiempo que divulgamos la riqueza del patrimonio cultural de Aragón ligado al agua.

Con ello, queremos demostrar que los aragoneses, de generación en generación, hemos estado siempre sensibilizados con la óptima gestión del agua.

Podría parecer que esto de las sequías, del ahorro, de la preocupación por el medio ambiente… sea algo más bien reciente, a raíz del cambio climático y la conciencia conservacionista. Y no es así.

Por supuesto, la sensibilidad social varía, mejoran las tecnologías, se modifican leyes… Pero la preocupación por aprovechar cada gota de agua es algo que viene de antaño.

Yo diría que el amor por el agua forma parte del ADN de los aragoneses.

Por eso, son muy ilustrativas las charlas que imparte Miguel Angel Pallarés: historiador, erudito en la materia, y profesor de la Universidad de Zaragoza, que ilustra sus contenidos con fotografías de Montse de Vega, excelente fotógrafa, hija ya de uno de los más conocidos fotógrafos de Zaragoza. De raza le viene al galgo.

Ambos son autores de varias publicaciones en diversas materias, siempre relacionadas con la historia de Aragón. Una de las áreas que más han abordado es precisamente la del patrimonio histórico ligado al agua.

Es impresionante cómo, en cada territorio, se las han ingeniado para buscar soluciones imaginativas: neveros, aljibes, fuentes, azudes, lavaderos…

Todo, hasta llegar hasta nuestros días, donde se invierten fuertes cantidades en tecnologías muy avanzadas, tanto en potabilización como en depuración, por parte de los ayuntamientos (como el de Zaragoza), y por supuesto, del Instituto Aragonés del Agua.

De hecho, Aragón tiene a gala contar con los planes de depuración más ambiciosos de Europa, lo cual demuestra el compromiso de los aragoneses por preservar la calidad de los ríos.

Espero que todos aprendamos mucho hoy. Y lo que es más importante: que salgamos sensibilizados de que ese gran esfuerzo que han hecho nuestros antepasados, lo sigamos haciendo cada uno de nosotros, mediante el ahorro y buenas prácticas en materia de agua.

Todos, sobre todo los que tenemos ya alguna edad, tenemos vivencia cotidianas que conviene no olvidar para valorar lo que supone disponer de agua en cantidad y calidad.

Este monegrino que les habla siempre recuerda, de una manera entrañable, que en Alcubierre bebíamos agua de balsa. No había otra manera de abastecimiento. Y supongo que anécdotas de este tipo podríamos contar muchos.

En cuanto a los más jóvenes, es emocionante comprobar que, a menudo, en las casas, son ellos los que riñen a sus padres o abuelos si ven que malgastan agua. Es buena señal de que la educación ambiental va en aumento, y que tenemos un prometedor futuro por delante».

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