Ha muerto Jordi Pinar, titiritero


Por Dionisio Sánchez

     El pasado domingo 5 de Febrero y como consecuencia de una fulminante enfermedad murió Jordi Pinar, amigo y maestro titiritero.

 

    Jordi Pinar además de cubrir un espacio irrellenable en la escena artística aragonesa, acometió muchos proyectos con nosotros. Primero en Zaravisión (la primera televisión local de Zaragoza) donde hizo famoso a su títere “Groucho”, luego grabando, ejerciendo de técnico de sonido e, incluso, durante una buena temporada llevando la continuidad de la emisora.


En una recepción a los periodistas del Gobierno de Aragón

    Durante su penúltima etapa vital, tenía un puesto en El Pollo Urbano desde el cual estuvo enseñando a manejar el viejo programa de maquetación Dreamweaver a los jóvenes colaboradores .Y cómo no, desde aquí se hizo adicto enfermizo al Facebook, donde contaba con infinidad de amigos


Asando tostadas en Hinojosa del Campo (Soria)

    Participó en todos los cabarés que organizó la Asociación Independiente de Periodistas (AIPEP) y que yo dirigí. Le puse la voz a sus títeres, me enseñó a comprar bocadillos de chorizo ibérico por un euro. Hemos plantado carrascas en Soria a cuatro bajo cero en mitad de una de sus épicas crisis de identidad y abotargado de pastillas. Le compré unas botas de caña en un chino porque andaba casi descalzo y le regalé mi cazadora más querida que apenas le duró una semana pero que con ella se hizo su mejor foto. Durante muchos días siempre hubo 10 o 20 euros en su bolsillo para ir navegando la ciudad hasta que conseguimos arribarlo, gracias al desprendimiento de Manolo Hernández, al puerto de la Fundación Rey Ardid para frenar definitivamente la ansiedad de sus amigos por verlo organizado y caliente. Nos fumamos ingentes cosechas de maría. Y sobre todo, fuimos amigos.


En la redacción del Pollo Urbano

   Y siempre caminó por la vida educado y generoso hasta la saciedad. Y muchos de sus “amigos” de la farándula a los que él les enseñó todo, jamás le guardaron la recíproca cundo vinieron los malos momentos. Y le llegaron a negar el pan y la sal. Y lo peor de todo es que esa banda de cuatreros del hilo, el guante y la varilla tienen nombres y apellidos y algunos ciudadanos -yo entre ellos- jamás olvidaré su egoísmo y sus malas artes para con un artista que les convertía en pequeños aprendices sorbemocos y tuercetíteres.

    Jordi, un abrazo con el alma.

JORDI PINAR
Por Luis Felipe Alegre

    Está mal, Jordi. No volverá a subirse a los zancos. Difícilmente moverá una marioneta.

    Hombre desmesurado en casi todo, dentro de un desorden que alguien creería controlado, a Jordi hay que mirarlo como entornando los ojos, para atisbar el eje de su razonamiento y de su comportamiento; aislando, unas veces, el desparrame vocinglero y, otras, su presencia taciturna.

    Hoy la ciudad soy yo, porque reúno el pensar de ,otros amigos y, además, porque me da la gana. Y la ciudad le da las gracias por todas las novedades que aportó en su día aquí. Con él aprendimos el arte de los zancos y tuvimos modelo para imitar la construcción de marionetas de hilo. También formas nuevas para hacer pasacalles.

   La presencia de Jordi en Zaragoza es la conexión con la primera generación catalana del teatro de calle.

    ¡Para! Ahora soy Aragón y también le doy las gracias por haber pensado con otros colegas (Teatro de Medianoche y Pajarola –luego Arbolé-) ideas tan luminosas como fueron las primeras programaciones escolares del Gobierno de Aragón, o la Feria de Teatro. Ambas iniciativas las ha comentado Adolfo Ayuso en Para un público menor:

   “En los cursos 1984-85 y 1986-86, el Gobierno de Aragón emprende una de las campañas más interesantes que se hayan realizado en el marco escolar. La iniciativa había surgido de un grupo de compañías de títeres (Momo, Pajarola y Teatro de Medianoche) que reunidos en la casa que Jordi Pinar tenía en la Plaza de Santo Domingo de Zaragoza, elaboran un proyecto para llevar el teatro de títeres a las más pequeñas escuelas de todo Aragón (…)

(…) Fue a mediados de los 80 cuando Luis Felipe Alegre, tras una conversación en Ateca con el director de Momo, Jordi Pinar, plantea a Juanjo Vázquez, que entonces trabaja como técnico o asesor cultural de la DPZ, la posibilidad de montar una Feria de Teatro en Aragón. En las noticias que he recopilado en la prensa aragonesa, hasta en la más actual, siempre se hace referencia a que la la Feria de Huesca es importantísima porque es la segunda feria de todo el estado español, tras la Fira de Teatre al Carrer de Tàrrega. Esta idea no es del todo cierta, ni mucho menos.(…) Cuando Juanjo Vázquez pregunta en el verano de 1985 qué se pretende hacer en esa ‘Feria’, la respuesta que recibe de los mencionados impulsores es ‘hacer igual que la Feria de muestras de Zaragoza, pero lo que venden los stands es teatro.’ Esta idea es absolutamente nueva en España en el año 1985. (…)”

 

    Y cuántas más ideas habrá regalado, grandes y pequeñas! Es el hombre que mira el ensayo y si te dice que esto sobra o que allí falta, te resuelve el montaje. Cierto que luego hay que sufrir sus crisis y sus paranoias, el precio que Zaragoza y Aragón pagamos a cambio de sus destellos.

     Hay rumores de que el tratamiento de su enfermedad se va a llevar a cabo en Barcelona. De ser así, sus amigos aragoneses echarán de menos ese viajecito en tranvía para estar un rato con Jordi en la 608 del Miguel Servet. Pero disfrutarán viajando al Clínico de Barcelona para verlo recuperar el gesto y la palabra

Fuente: http://elsilbovulnerado.blogspot.com/2011/12/jordi-pinar.html

Artículos relacionados :