Por Luis Gareta
Este año la Dirección del ISSIPU había decidido plantar garbanzo pedrosillano en una pequeña finca de media hectárea situada en el paraje conocido como Costálvaro.
A medida que se iba desarrollando la plantación decidieron evitar que las vainas fueran atacadas por el Gorgojo (Bruchus sp.) ya que es sabido que los daños causados por el gorgojo en los garbanzos son especialmente importantes por la depreciación de la semilla.
Así que se decidió combatirlo con un par pulverizaciones con Malathión , la primera se aplicó en el momento de caída de las flores y procurando que las vainas recién formadas quedasen bien mojadas por el tratamiento para evitar la puesta por la hembra. Y para dar la siguiente, se esperó un tiempo prodencial, quizá excesivo…
Pero, no hubo lugar a ello. La desgracia se cebó sobre la plantación y un ganado ovino cercano a ella, rompió el pastor eléctrico que lo guardaba y en una mañana el campo quedó raso como un amanecer de invierno.
Los responsables del ISSIPU se desplazaron hasta la finca y solo pudieron constatar el desastre.
Pese a ello aún se recogieron un par de calderos que les permitirá saber , a pequeña escala, la calidad del garbanzo de este año.
Y como cuando las cosas no salen como Dios manda, la paciencia ha de ser la norma de conducta de un buen improductivo, los responsables de la plantación decidieron meterse unos huevos fritos entre pecho y espalda con una buena botella de Ribera del Duero para pasar el desagradable trago sufrido en la plantación garbancera del Costálvaro ¡Ánimo y a plantar de nuevo! ¡Y cuidado con las ovejas!