Tiempo de festivales


Por Don Quiterio

Tiempo de festivales, certámenes y muestras
En un mundo cada vez más globalizado lo particular adquiere un valor esencial, y el cine es una de las formas de expresión que sirve para reivindicar la identidad localista. La fiesta del cine realizado en Aragón llega en toda su plenitud en los últimos meses del 2012 con un amplio catálogo de festivales, certámenes o muestras en los que tienen cabida las pequeñas producciones, en un verdadero caleidoscopio de miradas, de unos cineastas entusiastas, capaces de lo mejor y lo peor, pero, siempre, hecho con el cariño que se le concede al llamado séptimo arte.

Y es que el cine aragonés vive en permanente estado de buena esperanza, y estos certámenes lo celebran con unos homenajes extensos, e intensos, a tantos y tantos nombres que han compartido su vocación en imágenes con el público. Las muestras giran sus miradas hacia esas personas con nombres y apellidos que han puesto su ilusión, esfuerzo, entusiasmo, intelecto, tesón y sensibilidad al servicio de este oficio, creando centenares de historias con el único fin de deleitar al espectador.

 

Ainzón, por ejemplo, ha celebrado las novenas jornadas de cine de animación, con el pase de cortos aragoneses, una selección de la muestra itinerante del festival internacional de animación Cutout Fest de Querétano (México) y una sesión con la cinta española “Arrugas”, basada en el cómic de Francisco Roca.

Y también del género animado como herramienta social trata el ciclo ‘Amantes de Teruel’, organizado por dicha fundación de la capital turolense, en el que el realizador de cine y compositor de bandas sonoras Coke Riobóo (premio ‘goya’ por “El viaje de Said”) analiza de qué manera la técnica de animación ‘stop-motion’, de la que es pionero el turolense Segundo de Chomón, sigue estando vigente, a pesar de la irrupción de la animación digital, y tiene múltiples usos no solamente en el camino artístico y creativo sino también en el educativo.

El festival de cine de Daroca ha proyectado “De tu ventana a la mía”, y ha contado con la presencia de su realizadora Paula Ortiz y la actriz darocense María José Moreno, quienes se acercaron también al centro penitenciario, siguiendo el esquema de anteriores ediciones de realizar los actos en ambos enclaves: Daroca pueblo y la cárcel. Ellas, además, han sido las intérpretes de un sketch rodado por los reclusos bajo la supervisión de Rubén Pérez Barrena. Se ha incluido, asimismo, la proyección del espisodio piloto de la serie “Jaque”, dirigido por Nacho Rubio y Jorge Asín, y se han premiado los cortos “Je déteste”, de Juan Manuel Aragón, “Un dios que ya no ampara”, de Gaizca Urresti, “Renata y Tiramisú”, realizado por la escuela ‘Un perro andaluz’ y dirigido por Sara Vidorreta, “Dreams”, dirigido por los internos de la prisión César y John, “Corazón helado”, de Jorge Aparicio y Ferrán Queralt, y “¿Hablamos?”, de Javier Macipe.

En Bujaraloz se celebra, asimismo, un quinto certamen de cortometrajes y ha seleccionado catorce trabajos finalistas de entre los casi cuatrocientos presentados, con un aumento significativo de la producciones aragonesas, cuyo director, Darío Villagrasa, presenta este año como novedad el premio a los valores solidarios y el premio del público.

Casi sesenta proyecciones ha presentado la muestra internacional de cine realizado por mujeres celebrado en Zaragoza, en su decimoquinta edición, un certamen que aboga por el maridaje entre feminismo y cine como herramienta más de conocimiento y transformación social, con una variopinta temática y de géneros dividida en cinco ciclos entre largometrajes, documentales, cortos y vídeos de un minuto. Los asistentes han podido disfrutar de la presencia de algunas de las directoras, como es el caso de Mercedes Álvarez, Irene Cardona o Agatha Macieszek, que han ofrecido la posibilidad de mantener un coloquio con los espectadores. Por supuesto, no ha faltado la representación aragonesa en el panorama de los cortos y documentales con los títulos “Tu alma es un paisaje visual”, de Vicky Calavia, “Así se hizo La flauta mágica”, de Ana Torrents Fernández, “Bajo el mismo techo”, un reportaje colectivo, o “Cámping”, de Pilar Gutiérrez. Ni tampoco la presencia de los cortos en femenino con “Ahora no puedo”, de Roser Aguilar, “Cosquillitas”, de Marta Onzain, “Solo sé que no sé nada”, de Olatz Arroyo, “Padres”, de Liz Lobato, “Lone-Illness”, de Virginia Llera, “Machine man”, de Alfonso Moral y Roser Corella, “Heroínas”, de Cristina Trenas, o “Dicen”, de Alauda Ruiz de Azúa.

La decimoséptima edición de la semana del cine y de la imagen de Fuentes de Ebro, buque insignia de esta consolidada fiesta del panorama audiovisual aragonés, le ha rendido un homenaje al fotoperiodista Gervasio Sánchez por su larga trayectoria profesional y ha arrancado con la proyección “Tengo ganas de ti”, de Fernando González. También se han podido ver “Carmina o revienta” o “Manolete”, y, asimismo, hubo tiempo para los más pequeños de la casa con la proyección de “Madagascar”. Al tiempo, se han homenajeado “El padrino”, en su cuarenta aniversario, con una interpretación con instrumentos de cuerda, y “Nobleza baturra”, a través de la voz de Gema Aibar, que canta ‘a capella’ una de las coplas de la película de Florián Rey. De los cortos aragoneses seleccionados en el concurso, el jurado, compuesto por Manuel Hernández, José Luis Calejero, Ángel Gonzalvo, Aída Ramazánova y Marta Javierre, ha premiado “Reveal” (mejor corto, música original, fotografía y montaje), “Walkie-Talkie” (mejor ópera prima y director), “Declaración de amor” (mejor guion), “Cámping” (mejor actor), “Sobre la misma tierra” (mejor documental), “Saskia” (mención especial), “Mi papá es director de cine” (premio del público) y “La vida inesperada” (premio a los valores humanos).

El colectivo audiovisual Vidéophages de Toulouse (Francia), en colaboración con el Art-Lab de Huesca, ha organizado el festival ‘Viaje alrededor de la imagen’, un evento trienal e itinerante, que ha celebrado sus dos primeras ediciones en Oporto (2006) y en Bruselas (2009) y que este año ha tenido como sedes las ciudades de Huesca y Zaragoza. Un festival en el que se han desarrollado talleres, proyecciones e instalaciones, como los pases de las películas realizadas en los talleres de Huesca, Oporto o Bruselas. Igualmente se ha podido ver una película de animación de Corentin Charpentier, “Les cris”, y otra surgida del taller de Roberto Della Torre. También se han proyectado una selección de los cortos aragones más representativos del año y otra selección de lo mejor del colectivo, con filmes de Jesús Regresa, Marcos Berger, José Manuel Carrasco, Luis Briceño, Arthur de Pins, José Martret, Arno Villenave y Juan Pablo Zaramella.

La muestra de realizadores oscenses, en su decimonovena edición, ha servido para tomar el pulso a la actualidad del cine realizado en Huesca, con el pase del documental “Los colonos del secano”, de Eugenio Monesma, siempre presente en cada una de las ediciones del certamen. También han tenido una importante presencia los centros educativos con “Cuento de hadas” y “Mundo mudo, moderna inconsciencia”, dos trabajos realizados por los alumnos de dos institutos de Sabiñánigo. También se han podido ver un puñado de cortometrajes de todo tipo de temáticas y géneros: “Cuatro preguntas sobre Pura”, de Tomás Generelo (de quien también se ha podido ver “Silencio”), “Paisajes vividos”, de Marta Javierre, “El poema de la luna”, de David Fernández, “Ninguana”, de Alejandro Coradeghini y Eduardo Jiménez, “Los últimos guerrilleros”, de Borja Franco, “Lo saben los bosques”, de Marisa Tajada y César Casanova (autores de “El tren de la comedia”, igualmente proyectado), “Locos…”, de Jesús Bosque (de quien también se ha visto “Karim, non stop”, trabajo codirigido junto a Ramón Día, el cual, por su parte, ofrece “Las mudanzas de Santiago”), “Camille”, de Carlos Tarazona, “El cultivo del tomate”, de Pepe Ballarín (autor de “Nueve pasos”, asimismo proyectado), “Con un sí natural”, de Lorenzo Montull, “Naranjas y medias”, de Gala Gracia, “Sed”, de Roberto Morote y Luis Areñas, “Vamos, bonita”, de Lorena Hernández, “De fiesta”, de Orencio Boix, o “Figura”, de Maxi Campo.

Por su parte, el festival de cine de Zaragoza celebra su decimoséptima edición. Todo empieza en 1995, cuando un grupo de aficionados al cine fantástico y de terror organiza una maratón en un entorno tan apropiado como el antiguo matadero. Diecisiete años después, la criatura ha ido creciendo en formatos y prestigio. Y, sobre todo, en géneros. Los seleccionados van desde el corto de ficción a la de los largometrajes o la serie Z, pasando por los videoclips, la animación y el documental. En este último apartado destacan tres trabajos científicos, elaborados íntegramente por invetigadores de la universidad de Zaragoza: “Historiadores detectives: el profesor Antonio Ubieto y su visión del Cantar del Roldán”, “Ramón y Cajal: viajes, fotografía y memoria” y “Sed de energía”. La nota de glamur a esta edición del festival de Zaragoza la ponen los homenajeados y, claro está, los premiados. Entre los primeros se encuentran la actriz Ángela Molina, por su dilatada trayectoria con más de ochenta largometrajes en su filmografía; Enrique Urbizu, que firma la multipremiada “No habrá paz para los malvados”; María León, premio ‘goya’ a la actriz revelación y ‘concha de plata’ en San Sebastián por su papel en el filme de Benito Zambrano “La voz dormida”; y Enrique Gato, que ha dado el salto del corto al largo en uno de los taquillazos de la pantalla, “Las aventuras de Tadeo Jones”, y es quien más relación tiene con la cita zaragozana, porque hace siete años es cuando recoge el premio al mejor corto de animación por su primer “Tadeo Jones”.

Los premios de este festival zaragozano recaen este año en los aragoneses Germán Roda y Rubén Pérez Barrena. El primero logra con “El encamado” el galardón al mejor largometraje ópera prima y cuenta la historia de un publicista que una nochevieja se mete en la cama para no volver a salir de ella. El segundo consigue con “Walkie-Talkie” el trofeo al mejor corto aragonés de ficción, rodado en los Monegros y que ya se premiara en el fesrtival de Fuentes de Ebro. El resto de los agraciados son Martín Rosete por “Voice over” (corto nacional de ficción), Josema Roig por “Anita” (corto joven realizador), Jaime Maestro por “Friendsheep” y “Vendedor de humo” (corto animación nacional y premio del público, respectivamente), Fernando Borjas por “”A despecho del inglés”(mejor videoclip), Teresa Magallón por “¿Cómo se llamaba la película?” (corto serie Z) y César Pérez por “The only flower” (mejor documental).

Por último, la nueva edición de la muestra audiovisual aragonesa ProyectAragón, que este año cumple seis años desde su inauguración, acerca a Zaragoza cierta producción de cine y vídeo realizada en Aragón durante el 2012, en sus más diversos formatos (documental, ficción, animación, género didáctico, videoclip musical, videoarte…), con un total de noventa y nueve obras de noventa y cuatro autores, de los cuales setenta y seis son aragoneses o residentes en la comunidad: Germán Roda, Gaizka Urresti, José Ignacio Tofé, Miguel Manteca, Cristóbal Vila, Esteban López Juderías, Hugo Llanas, Andrés Cisneros, Ignacio Estaregui, Javier Estella, José Manuel Fandos, Carlos Javier Fernández González, Luis Miguel Burgos Palacios, Saúl Gallego, Lucía Camón, Pablo Aragüés, Néstor Romero, Ignacio Bernal, Paula Ortiz, Carlos Gurpegui, Lorenzo Montull, Yolanda Liesa, Javier Macipe, Yago de Mateo, Emilio Casanova, Vicky Méndiz, Miriam Reyes, Marta Javierre, Graciela de Torres, Marisa Fleta, Lidia Maldonado, Javier Sanz, Orencio Boix, Marisé Samitier, Gerald Filmore, Clemente Calvo, Jorge Blas, David Terrer, Elia Ballesteros, Javier Mesa, Vicente Reig, Jorge Aparicio…

Al mismo tiempo, esta muestra ofrece talleres, mesas redondas (y cuadradas), actuaciones de música en directo, un espacio para la formación en las nuevas tecnologías aplicadas a la imagen y una exposición a cargo de las instantáneas del desaparecido José Luis Pomarón y la fotógrafa Lara Albuixech, compuesta por ochenta y nueve fotografías de personajes del cine y la cultura en Aragón en el siglo XX y en el XXI. En esta edición de ProyecAragón, además, se rinde homenaje al francotirador Antonio Artero (Zaragoza, 1936-Madrid, 2004), dentro del espacio ‘Señas de identidad’, reservado a las proyecciones de autores de especial relevancia. Director de cine, guionista y ensayista, Artero, que nace en la cárcel, de madre anarquista y en plena sublevación franquista, opta por un cine experimental y de vanguardia, y es muy crítico con la representación cinematográfica clásica, por lo que le gusta manejar algunos recursos como colas de sonido y velos en el montaje.

Autor de los largometrajes “El tesoro del capitán Tornado” (1967), delirante comedia con fotografía en blanco y negro de Raúl Artigot, “Yo creo que…” (1975), experimento de denuncia sobre la manipulación a través de la imagen en el que interviene el historiador Julio Pérez Perucha, “Trágala, perro” (1981), estrenado en el desaparecido Dux, una crítica a la iglesia con la “troupe” de “El Grifo”, música de Luis Fatás y producido por Nicolás Astiárraga (el mismo de “Arrebato”), o “Cartas desde Huesca” (1993), su filme menos conceptual que trata la memoria histórica, Artero vale más como exponente de una época que como cineasta de valores intrínsicamente fílmicos, en los que predominan las situaciones forzadas, la pobre técnica, el ritmo irregular o las incidencias ramplonas. En cualquier caso, se trata de un apasionado del cine, un loco en el sentido más poético de la palabra, un quijote, y se inicia con los cortometrajes independientes “El sifón sangriento” (1955), “Contrapunto” (1956), codirigido junto a José Luis Pomarón, “La herradura” (1957) o “Lunes” (1959). Al poco tiempo, cursa estudios en la escuela oficial de cine de Madrid, donde realiza las pruebas “Adolescentes” (1962), “Viaje de bodas” (1963) y “Doña Rosita, la soltera, o el lenguaje de las flores” (1964). Después lleva a cabo diversos filmes publicitarios y varios cortos y documentales, entre los que se encuentran “Manzaneda” (1964), “Forzada” (1965), “Monegros” (1969), “Blanco sobre blanco” (1971), “Del tres al once” (1972), “Significante y significado” (1974), “Olavide” (1976), “Furia libertaria” (1977), el primer mitín tras la guerra civil del que hay testimonio en el cine con montaje final en 2010 del extremeño Pablo Nacarino, “Pleito al sol” (1979), sobre el libro “La vida de Pedro Saputo”, de Braulio Foz, rodado en Echo y dialogado en cheso, o “Vivir en el bosque” (1984), basado en “El hombre del aire libre”, de Rafael Gastón, dentro del programa televisivo dirigido por José Luis Rodríguez Puértolas “Vivir cada día”. Crítico cinematográfico para varias revistas y colaborador en algunos de los guiones de Eloy de la Iglesia y Santiago San Miguel, Antonio Artero se muestra como un cineasta totalmente atípico, a la manera de los también aragoneses Antonio Maenza o Alejo Lorén, libre de cualquier estructura industrial, política o burocrática. Todo un personaje que juega en sus documentos con las texturas para despertar en el espectador la curiosidad de qué es lo real y qué lo ficticio y del que la muestra ProyecAragón rinde homenaje.

Y desde estas páginas de “El pollo urbano”, por lo que nos toca, también le brindamos el nuestro.

 

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