Por Max Alonso
Se habla de la despoblación y no de medidas que la atajen mientras que raro es el día que no se toma alguna taimada para incrementarla. Como muestra un botón.
Desde principio de año rigen nuevas tarifas para Correos. Ya no tiene nada de sorprendente que a comienzo del año empresas y administración revisen sus tarifas para incrementarlas, nunca para reducirlas, con total libertad de acuerdo con sus intereses.
Lo malo es que Correos se ha sacado de la manga Tarifa A y B. Una para las ciudades y capitales de provincia y otra para zonas rurales. Para estas, por despobladas, un 30 % más elevada saltándose a la torera la Constitución. Si Correos es estatal, como todavía lo es, con estas cosas lo que hace es dar la razón a los anarquistas con que el enemigo es el Estado
También ocurre con Correos que si alguien echa en Astorga una carta para una dirección en la misma Astorga la carta viaja a Valladolid, como ocurre en los demás municipios, para matasellarla y vuelve a Astorga para su distribución. A nadie le incumben los problemas de logística de Correos y su organización pero difícilmente competirá con las empresas privadas si no considera el coste del trasporte, ni el tiempo. ¿En qué compite entonces? ¿En organización?
El campo para cultivar. La industria para las ciudades. Este es el principio no escrito que no se debería dejar seguir pero se sigue. Antes al contrario. Debería estar prohibido que los productos del campo se manufacturasen lejos de él. Así ocurre lo que ocurre con la Azucarera de la Bañeza, que su elaboración se desvía hacia Valladolid, en vez de favorecer la zona que produce la remolacha, metiendo por medio un intermediario, que es una cooperativa, para puentear a los sindicatos agrícolas.
Como el lúpulo que en más de un 90 % se produce en León y es elemento indispensable para la elaboración de la cerveza y no hay ninguna fábrica en la zona. Hace años en Nogarejas, pedanía de Castrocontrigo, por ejemplo, como en otros muchos pueblos, existían dos resineras que recogían la resina de los pinares.
Como las patatas que se pagan a los productores un 10% de lo que abonan los consumidores. Los pollos y conejos los han llegado a pagar por debajo del coste de producción en una estrategia comercial impuesta por las cadenas de distribución sin nadie que se lo impida. El problema no está en que los productores produzcan caro sino en los beneficios abusivos que se adjudican los comercializadores.
Si al tren le han asignado la cobertura de las grandes distancias, en clara competencia con el avión que ya las cubría, en detrimento de las zonas rurales a las que se les han quitado los servicios y no se les presta atención y se conciben como el espacio que hay entre las ciudades y que hay que salvar para cubrir esas distancias queda claro que las vías son un necesidad para las ciudades pero solo un perjuicio para el campo. Que las ciudades paguen por ello el portazgo al revés. No por pasar sino porque pasen las vías. Como se paga por los tendidos eléctricos.
De no ser así cada vez serán más las diferencias entre campo y ciudad y todavía peores los servicios que se les preste al campo, como a ciudadanos de segunda que son y se trata a sus habitantes, porque seguirán despoblándolo y así es como lo despueblan. La dualidad campo ciudad se hace cada día más patente y si no corrigen los abusos y se legisla como se debiera para impedirlos, aunque sólo sea por sentido común ya que no se respeta el mandato de la Constitución, será otra brecha cada día más grande y más grave. El riesgo de caer en la pobreza es mayor que en las ciudades en el campo donde ya alcanza al 34 % de la población.
Si la solución son las ciudades y no el campo, propuesta que sería un disparate más propio de Trump, ¿por qué cuando en León se ha acabado con pueblos enteros, más que en ninguna otra provincia, por causa de los embalses para la producción de energía, regadíos y agua de boca, no se les ha llevado directamente a sus habitantes, con la misma justificación del bien común, directamente a las ciudades?
Mirad como despueblan cuando el descaro y desfachatez campean libres. Cuando lo que tenían que hacer es repoblar, como ya lo hacían en tiempos del rey de León Alfonso IX, aunque aquellos eran otro tiempos, el siglo XI, cuando el rey se preocupó de promulgar los Decreta, que hicieron a los leoneses pioneros en el uso del Parlamentarismo, anticipándose a la democracia a la que bastante más de 1.500 años antes ya habían llegado los griegos.
Publicado en : http://astorgaredaccion.com/not/18007/mirad-como-despueblan/