Goleadas políticas / Guillermo Fatás

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Por Guillermo Fatás.
Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Zaragoza

Asesor editorial del Heraldo de Aragón
(Publicado en Heraldo de Aragón)

  En fútbol hay victoria por goleada si la diferencia a favor de uno de los competidores es muy grande. Las goleadas políticas no son diferentes.Goleada catalana: 248 a 91

   La primera goleada es la que ha metido el Tribunal Supremo a la Generalitat de Cataluña. El partido se ha celebrado en la Carrera de San Jerónimo. La contienda es si se puede hacer o no referéndums cuando, como y para lo que le dé la gana a una autoridad.

  En junio de 2006 hubo en Cataluña un referéndum que tenía de todo: urnas, papeletas, mesas electorales (ocho mil) con presidentes y vocales, interventores, censo actualizado para identificación de los votantes, convocatoria regular, plazos para remediar posibles deficiencias y campaña sujeta a norma, tasada en gasto y tiempo. Entre otras cosas.

  La celebración de esa ceremonia cívica no acarreó sanciones ni encausamientos. Todo fue legal, todo fue normal. (En un estado de derecho, lo legal es normal). La autoridad catalana convocante, Pascal I el Incierto, no desafió a los tribunales.

  La única restricción la dictó la Junta Electoral Central: no debía haber campaña en pro del voto, pues ello ponía en desventaja a los partidarios de no votar, opción también legítima. El Tribunal Supremo (TS) ratificó el criterio y no hubo publicidad institucional en pro de la participación. Aquel Estatuto, luego famoso, fue aprobado por 1,9 millones de catalanes. Otros 3,3 se abstuvieron o lo rechazaron.

  El 9 de noviembre de 2014, la autoridad catalana (Arthur I el Menguante) convocó a su aire un referéndum ilegal y el Tribunal Constitucional (TC) prohibió su celebración. El TS va a enjuiciar al entonces consejero Francesc Homs por haber desobedecido y prevaricado, porque los diputados han autorizado el procesamiento. No se le encausa por nada referente a su calidad de diputado –no lo era en 2014-, sino por actuar formalmente contra una disposición expresa del TC, que había vedado actuar como él lo hizo. La acusación no es que hubiera o dejara de haber un (remedo de) referéndum catalán, falto de toda garantía, sino de la desobediencia directa y consciente a un mandato legal y legítimo.

  Como es preceptivo, el TS, a través de su presidente, ha pedido al Congreso de los Diputados su venia para el procesamiento. Y este la ha otorgado, por goleada de 248 a 91, reflejo de la proporción entre defensores y enemigos de la Constitución de 1978. Podemos, que, no sin motivos, venía motejando el aforamiento de privilegio de ‘la casta’, ha votado en favor de mantener el privilegio que pone al político por encima de la justicia.

Goleada vasca: 8 a 3

La socialista vasca Idoia Mendia ha marcado un golazo en la puerta de la gestora del PSOE, que no podía vigilar la jugada (aún intenta averiguar en qué liga compite). El tanto ha sido aclamado por la burguesa afición ‘jeltzale’.

  El PSE, que Patxi López dejó en los puros huesos, ha aceptado la agenda del PNV: nación, un Estatuto-Constitución en 2017, derecho a decidir y trato de igual a igual entre Euskadi y el Estado (nadie habla allí de España). Eso sí, todo legal. Como ello es imposible, es obvio que hay trampa. Prueba añadida es lo satisfecho que se muestra Joseba Egibar, el albacea de Arzalluz y autor del aforismo “Hay que temer más a España que a ETA”. Por lo demás, la legalidad autonómica vasca la decide un parlamento donde las familias abertzales (PNV y Bildu) y Podemos apoyan el ‘derecho a decidir’. Por ahí va el guion. Todo por un precio a lo Madrazo (¿recuerdan?): ocho consejerías de primera (PNV) por tres de segunda (PSE). Goleada, pues, y con tanto de Mendia en propia puerta. Redondo Terreros lo ha visto nítidamente. El PSE ha aceptado lo peor del nacionalismo, la conceptualización.

Goleada aragonesa: 15 a 0,5

   La más abultada lleva la firma de veintiún miembros de Podemos Aragón. En su reciente ‘Lurte (Alud). Documento político’, se hace remembranza de lo que despectivamente llaman ‘régimen del 78’. A lo largo de 43 folios se menciona una y, como mucho, dos veces, a algunos políticos recientes (Iglesias, Rudi, Rajoy, Santiesteve). Con Javier Lambán rompen la regla y lo nombran nada menos que 15 veces, 15. Ninguna para bien. Y eso que le votaron.

  También alude el documento a las fuerzas políticas de Aragón. Se (des)califica y critica a PP, PSOE, PAR y Ciudadanos. Lógicamente, IU está retratada con rasgos fraternos. Al revés que Lambán, la CHA está castigada al silencio. Para ser preciso: aparece una sola vez, en minúsculas y a guisa de apéndice o complemento de su socio gobernativo (así: “PSOE-Cha”). O sea, media vez, un vicegol.

  Lambán 15-Cha 0,5. Traducido: hay un malo al que desgastar y un bocado que engullir. Eso sí es transparencia. Se les nota mucho.

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