Por Al Caponi
Como ya viene siendo habitual desde los tiempos de Caín y Abel, cada vez que hay movimientos “pasteleros” en las instituciones que beneficien a Izquierda Hundida….
…..las ambiciones personales saltan el dogmatismo marxista y comienza la batalla por el control del partido. En esencia el principio que anima estas batalles tiene el siguiente enunciado: “Yo aporto la pasta, yo soy el Jefe”.
Barreno Barrena que ya está sufriendo el síndrome del gorrón-flauta que suele afectar a los políticos de izquierda que se oxidan en el poder y que ha llegado a admitir que no prescindirá del chofer porque se quedaría en paro, como si su conductor fuera una adjudicación personal, está desorientado y nervioso ante este inusitado ataque del “Pirata Enamoratto”….
Caponni: ¡Enhorabuena por su éxito electoral, Mister Barreno!….
Barrena: ¡No sé, no sé qué decirte….Caponi!….Casi hubiera preferido que ganara Lou Suarezzi…..¡No veas cómo se ha puesto la Izquierda Hundida de Extremadura con el pacto pepero! ¡Rafaello Monagotti los ha puesto en casa! Porque, aquí, esa negociación municipal la hubiera llevado yo y no el “Enamoratto”….
-Pero, entonces, Faro del Monegro, ¿usted era partidario de haberle dado la alcaldía a Don Eloy?….
-¡Naturaca! ¡Mira lo que me va a pasar ahora con toda la gasolina que va a manejar “Il Pirata!” Me va a poner mirando a la Meca…Y además, por si faltara algo, creo que su boda va a ser el final de nuestra aguerrida organización…..
-¿No me diga, Esencia de Stalingrado?
-Lo que te cuento, Al. Si no me cargo al “Pirata”, la inmersión en el Psoe va a ser de libro…..
-¡Jodo, petaca! ¿Inmersión u absorción?
-¿Qué más dá? Yo, secillamente, creo que abducción. ….Empezara siendo una mamada y luego nos darán por el trasero….Pero claro, algunos tendrá el tajo asegurado hasta la jubilación….
-¿Se está su Eminencia refiriendo al camarada Berdiatti?
-Más o menos, ¡Ay! ¡Que falta hace que vuelva el Padrecito!
-¿Marxilenin?
-¡No, Stalin, leche! Hay que joderse, que mala es la envidia…Yo que lo recogí exilado de Valencia y así me paga…¡Búaaaaa! ¡Quiere acabar conmigo! ¡Buáaaaa!
-Pero Soga del Obrero ¿no puede el partido prohibir la boda?
-¡Quiá, Caponi, ya no es como antes! El partido se ha convertido en un club de caprichosos son conciencia leninista ni moral marxista…Aquí todo el mundo lo que quiere es vicio….vicio y desenfreno…Toda una vida de revolución, de lucha y pelea por la clase obrera y que ahora se quiere tirar por la borda por el puro sexo….¡Ah, si Marxilenin levantara la hoz y el martillo!
-¿No puede el Comité de la Presidencia de la Secretaría General del Politburó ordenar la castración del camarada Alonsetti?
-Ya lo hemos estudiado Caponi, pero es complicado. En Cuba si podríamos intentarlo, aquí en Aragol, lo tenemos más complicado….¡Búaaaaa!
-Bueno, pues nada, camarada….¿Asistirá el Molotov de la Monegrada al enlace?
-¡Síiiiii! ¡No me queda más remedio que asistiiiir! ¡Búaaaaaa! ¡Ojala Marxilenin me enviara un rayo que acabara con este sufrimiento tan atroz! ¡Búaaaaa!
-Y entonces, Kamarada, ¿qué sería de su chófer?
– ¡Aaaaag! ¡Cagon el frente del Este y Estalingrado y la puta madre de la estepa rusa! ¡Búaaaaa!