OperaMía: Apuntes de primavera

 
Por Miguel Ángel Yusta

 1- Nebra y nuestros músicos.

     Marzo ha sido un mes muy activo en eventos líricos. Al margen de los acontecimientos en Madrid (Aída en el Real, Elina Garança en La Zarzuela), Barcelona (Romeo y Julieta,  Andrea Chenier con Kaufmann…)…

…y otras latitudes hispanas, Zaragoza se mueve y nos alegra esta actividad porque, además, la participación de valores aragoneses está siendo muy importante.

   Se ha representado la ópera Carmen en el Auditorio, con un extenso elenco y la Orquesta Reino de Aragón y el Coro Amici Musicae, bajo la dirección artística de Ricardo Casero. Es importante acercar al gran público a estos eventos que suponen una buena puerta de entrada para aficionarse a la lírica. La misma Orquesta junto a la Federación Aragonesa de Coros también ofreció a final de mes un interesante concierto que incluía la Misa de la Coronación, de W.A.Mozart.

   También la orquesta residente, Sinfónica Ciudad de Zaragoza, prosigue su actividad incesante. Una excelente trayectoria que nos ha brindado muy buenos momentos de música y que nos interpretó la Sinfonía Fantástica y Oficio de Difuntos de Hilarión Eslava junto al Coro Sinfónico de la Federación Navarra de Coros, bajo la dirección de Juan Luis Martínez. Una muy buenas ocasión para acercarse a la obra del compositor navarro, defensor de la ópera española.

   El interesante Segundo Ciclo de Lied, avanza con buen ritmo. Tras la excelente actuación el pasado febrero del bajo Thomas Stimmel, llegó Belén Elvira una mezzosoprano con amplia trayectoria y que, junto al pianista Juan Antonio Álvarez Parejo, interpretó obras de G. Mahler, R.Strauss y X. Montsalvatge en el Teatro Principal. Hay que destacar la calidad de este ciclo que es un auténtico regalo para el buen aficionado y que debemos apoyar incondicionalmente. En mayo hay una nueva sesión del Ciclo con el tenor canario Manuel Gómez Ruiz, acompañadp al pieno por Joseph Middleton

   En el 250º aniversario de José de Nebra, Al Ayre Español, que dirige Eduardo López Banzo, ofreció un concierto en el Auditorio, alternando obras del propio Nebra y de Haendel. Una ocasión importante también para escuchar a estos músicos que han recuperado y paseado por el mundo la obra del inmortal bilbilitano junto al nombre de Zaragoza y Aragón.

   Toda esta actividad, propiciada y mantenida tanto por la profesionalidad y entusiasmo de los profesionales, como por el creciente interés de las Instituciones, no puede sino causarnos una gran satistacción. Es importante apoyarla, acudiendo a los conciertos. Nosotros, el público, tenemos la palabra.

 2- Aragón, la más famosa.

    Hace unas semanas asistimos a un recital (que podríamos denominar histórico por varias razones), en el madrileño Teatro de La Zarzuela. La gran mezzosoprano Elina Garança, con el coro y orquesta del Teatro de la Zarzuela, bajo la batura del británico Karel Mark Chichon (cónyuge de Elina) y la colaboración del tenor Andeka Gorrotxátegui, ofrecieron un concierto titulado “Un homenaje a España”, con fragmentos de obras de Manuel de Falla, Bizet, Tomás Bretón, Barbieri, Soutillo y Vert, Chapí, Guridi, Luna, Giménez y Fernández Caballero. Emoción, calidad y un teatro repleto con el público entregado. Hay que destacar la presencia de numerosos profesionales y entre ellos, varios cantantes de la Aida del Real, con Gregory Kunde, que actuó en Zaragoza hace unos meses, Alejandro del Cerro y muchos más. Prueba del interés que había suscitado la actuación de la mezzosoprano letona, que manejó el español impecablemente.

   Pero fue en las “propinas” cuando llegó  al máximo, si ello cabía, el entusiasmo del público, ya “calentado” por el manifiesto que se leyó desde el escenario en favor del mantenimiento de La Zarzuela como teatro público y en defensa de la zarzuela como género. Una inmensa ovación y gritos de “Público, público” pusieron la temperatura al máximo.

    Y entonces llegó “No cantes más La africana” con un final espontáneo, fresco, a cargo de Garança y Gorrotxátegui. Y siguió la Jota de La Dolores, con las dos coplas y el coro final. Y, amigos lectores, el teatro entró en ebullición y, uno, aragonés en Madrid, no pudo menos que gritar ¡Viva Aragón!, siendo contestado con un rotundo ¡Viva! por los circundantes espectadores entre los cales, no lo dudo, habría varios aragoneses. Desde el escenario, todos sonreían y recibían una ovación que recuerdo entre las mayores de mi vida, y llevo más de medio siglo viendo y escuchando ópera.

   En fin, ya sé que esto no es una crónica al uso, pero me van a perdonar mis pacientes lectores la licencia de relatarles, muy resumidamente lo que el día once de marzo (fecha tan especial por otro lado) sucedió en el bonito y acogedor Teatro de La Zarzuela.

   Como conclusión hay que considerar que nuestro género, la Zarzuela, tratado con categoría, cariño y buenos protagonistas en el escenario y en el foso, es algo muy especial y que debemos cuidar, conservar y dar a conocer en la mayor medida posible, porque hay verdaderos tesoros musicales que es preciso preservar.

    El Teatro de La Zarzuela, en ese sentido, está haciendo una labor absolutamente encomiable y en este momento sus precios son muy accesibles. Es importante que cualquier medida que se tome con respecto a su futuro sea muy meditada y consensuada (el personal es como una gran familia) y se encamine a proteger y difundir nuestro teatro lírico, que supone uno de los más importantes patrimonios culturales de España.

   Bravo por recitales como el de “Un homenaje a España” y por profesionales que, siendo foráneos, tan bien y con tanto cariño trabajan en la difusión de nuestra música.

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