Un Pollo en Ciudad Poema: «Galeano en el Día mundial de la poesía nazi»

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Por Daniel Rabanaque
 
      El 21 de marzo, en sincronía con el inicio de la primavera y desde 1999, la UNESCO invita a celebrar el Día mundial de la poesía. Que si la poesía es una herramienta de diálogo, que si la poesía es una contribución al progreso de los pueblos, que si es diversidad, identidad, expresión, difusión de valores,…
   Es un día como tantos otros para sacar a pasear las grandes palabras y no decir nada.  El mensaje de la directora general de la organización en este 2014 es ejemplo más que suficiente, y está al alcance de cualquier internet si alguien siente una irrefrenable necesidad de documentarse.
 
    También hay quienes celebran con éxito internacional una fiesta de la palabra en esta fecha, con sencillez, profundidad, interés y participación. E incluso parece que existen quienes no se arreglan con sólo un día para tanto de bueno y dedican todo el mes de marzo a la poesía, los poemas y los poetas. Pero claro, serán gentes que, con seguridad, durante todo el año, están atentas a lo que se cuece en las calderas más poéticas, de trabajo paciente e informado, y no los gestores del deprisa-corriendo-y-mal a los que estamos acostumbrados. Instituciones, personas y agrupaciones solventes y dedicadas, previsoras y serias, no parches voluntariosos, repetitivos y desbordados.
De todas formas, hasta quienes huyen del verso de manera sistemática corren el riesgo de tropezar con un par de cuartetas en este día, y poco importa que habiten una de esas regiones bárbaras en las que todxs dejamos que a esta fecha la cubra un ominoso silencio. Pues los telediarios y las radios suelen hacer alguna mención de las suyas, ya saben, rellenar contenidos: “Hoy se celebra el Día mundial de la poesía, y en Camaral de la Sierra, han elegido esta forma tan curiosa de celebrarlo” (siguen unas imágenes de disfraces caseros del siglo XVI mientras de fondo se adivinan unos versos de un Lope, de un Manrique, de un Machado). La cosa no tendría que pasar de ahí y tampoco sería asunto de gravedad, ni rasgón de vestiduras, ni grito a las alturas. Que la poesía aquí desde donde escribo sobrevive a fuerza de mendicidad no despeina ya a nadie. 
    Si gasto unas líneas en introducir este asunto es por lo siguiente: el único acto verdaderamente especial, sobresaliente y atrayente que encontré entre la oferta cultural zaragozana (y casi regional) de este pasado 21 de marzo fue un recital de “Poesía rebelde” que, con nombres de admirados poetas, se anunció profusamente a fuerza de cartel y cinta adhesiva, avenida san José arriba, doctor Cerrada abajo. A punto estuve de ir. El evento estaba organizado por y tenía lugar en la sede de Nueva Acrópolis. Y esta es la cuestión peluda que presento: una organización de origen filonazi y largo historial de denuncias por su peligroso sectarismo y violencia, no sólo se sitúa como la única opción poética en el día exacto, sino que además lo hace exhibiendo los nombres y aprovechando el tirón de benedettis, galeanos y girondos, quienes, lo aseguro, nada tienen que ver con el saludo romano ni con el esoterismo teosófico ni con las ansias irreprimibles de poder mundial de las élites. Se podía elegir entre este recital o llevar a lxs niñxs a la biblioteca del barrio para que ilustrasen poemas famosos(sic). No mucho más. Nueva Acrópolis se lava la cara en la escuálida fuentecilla de la cultura. Lxs poetas la esconden, la escondemos, cada cual por sus motivos. Lxs niñxs siguen garabateando en los márgenes del poema.
 
Nora de la redacción: 

Daniel Rabanaque (Zaragoza, 1976) toma un autobús hasta Ciudad Poema por cuenta del Pollo. Ha dejado atrás un cuaderno de apuntes recién terminado (http://aquariablog.wordpress.com) y tiene por delante el horizonte habitual: poemas polimórficos, voces en su mente, lecturas prohibidas. Alterna la pollería con Resón (http://www.resonpublicidad.com) y los talleres de escritura más o menos poética (http://www.paraescribirunpoema.wordpress.com).

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