Los buenos usos del agua (VII)

Publicamos por capítulos la charla  “Los buenos usos del agua, el ahorro y la gestión del agua en la historia de Aragón”, que el historiador y profesor de la Universidad de Zaragoza, Miguel Ángel Pallarés,  está impartiendo durante el presente año en 35 puntos de la Comunidad Autónoma a inciativa del Instituto Aragonés del Agua.

 

El Instituto Aragonés del Agua es el organizador de esta iniciativa de sensibilización ambiental que pretende mostrar  cómo los aragoneses, de generación en generación, han optimizado un recurso tan escaso como el agua y han aplicado las mejores técnicas y tecnologías disponibles en cada época para este fin, dependiendo de las características del terreno o los usos del agua. El apoyo visual corre a cargo de la fotógrafa Montse de Vega.

Texto: Miguel Ángel Pallarés
Fotografías: Montse de Vega

“Los buenos usos del agua, el ahorro y la gestión del agua en la historia de Aragón”

El Agua como rito (VII)

El agua ha sido un símbolo vinculado a todas las religiones, lo que no es ajeno al cristianismo, que ha utilizado su poder purificador en su liturgia y como elemento iniciático; con ella se bautiza, se bendice, se sana, se sacraliza y se protegen personas, espacios, cosechas y animales. Ese mismo carácter con el que se le ha identificado hizo que existiera la creencia de que el agua era un elemento mágico.

Aún hoy se siguen realizando rogativas para pedir agua en época de sequía, lo que ya se hacía en plena Edad Media. En Castellote se celebra la romería a la ermita del Llovedor y en La Puebla de Castro se invoca a San Román. Los restos incorruptos de San Úrbez eran sacados en procesión en su santuario de Nocito; en el de Monlora, con agua en la que se habían sumergido reliquias, se bendecía a los ganados para su protección.

El agua, que a veces ha separado a los grupos humanos, se ha convertido en un importante articulador de identidades colectivas alrededor del cual se aglutina una gran variedad de voluntades, unidas por la necesidad de unelemento tangible e imprescindible que es capaz de conectar con todo tipo de ideologías y de intereses, tanto en el mundo rural como en el urbano.

En Aragón hablar de agua son palabras mayores.


Acetre para el agua bendita

Los planes de regadío, ejecutados en gran parte en el siglo XX, han hecho variar la economía de algunas de las comarcas aragonesas, creando incluso nuevos núcleos habitados en las zonas de mayor transformación agraria.

Los avances técnicos y la iniciativa del Estado, novedosa respecto a anteriores etapas, hicieron posible la realización de las grandes obras hidráulicas de las que nuestra Comunidad se ha beneficiado desde finales del siglo XIX. El mensaje de Joaquín Costa, la labor de personas como Manuel Lorenzo Pardo

y la creación de la Confederación Hidrográfi a del Ebro en 1926, la primera de España, manifiestan claramente la manera en la que Aragón entró en la modernidad teniendo el agua en su horizonte inmediato.

Sólo el parón de la Guerra Civil y la dura posguerra ralentizaron una serie de actuaciones que cambiarían para siempre nuestro paisaje en comarcas enteras. La activación de los sistemas de regadío que beneficiaron a Alto Aragón, Bardenas, Monegros, la cuenca del Cinca, La Litera y Alcañiz fueron de un extraordinario impacto social y económico.


Canal de Bardenas

La sociedad agraria ha hecho un aprovechamiento integral del agua, reutilizando los retornos por medio de redes de escorrederos y, en la actualidad, ahorrándola con modernos sistemas de irrigación (goteo y aspersión). Los usos humanos han ido evolucionando pero el líquido elemento sigue siendo imprescindible para crear energía, el consumo industrial y el abastecimiento de las grandes ciudades, con obras fundamentales como la de la Acequia de Sora para llevar agua a Zaragoza.

Teniendo en cuenta la sensibilidad medioambiental actual y que la presión humana sobre las aguas ha generado contaminación, las infraestructuras de hoy van encaminadas a que su calidad en Aragón sea la óptima, controlando los niveles ecológicos de los cursos fluviales y construyendo potabilizadoras y depuradoras o tomas de agua contraincendios en el monte.

Se han encontrado fórmulas para que las infraestructuras hidráulicas de impacto sean consensuadas, sobre todo los embalses que en muchas ocasiones provocaron en otros tiempos la desaparición de lugares o la despoblación de sus entornos, iniciativas de mediación que intentan buscar puntos de encuentro a través de la Comisión del Agua. El agua ha generado y genera pactos, leyes, normas y estudios que ahora buscan nuevas líneas de uso.


Río Ulldemó

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