“El ojo atónito”, exposición de Ignacio Mayayo

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Por Manuel Medrano

      Ignacio Mayayo inauguró esta exposición el pasado 13 de febrero en la Sala Caja Rural de Aragón (Edificio c/ Cuatro de Agosto nº 4, de Zaragoza), y allí iba a estar para nuestro disfrute hasta el 3 de abril.

    Pero, como ya saben, no ha podido ser, al cerrarse todos los lugares donde puede haber concentración de personas.

     Ignacio publicó en Facebook fotografías de sus 37 obras que constituían la muestra, y el enlace a un vídeo que presenta este evento artístico de una forma breve pero atractiva. Todo ese material, lo he empleado aquí.

   Comenzaré por decir que la última vez que pude asistir a una exposición de Mayayo, aunque ha habido otras después, fue a la titulada días de verano, en el Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, en diciembre de 2013 (pulse aquí).

  Ignacio Mayayo es un perfeccionista, de los que tras finalizar una obra la analiza posteriormente con unos ojos distintos y la retoma, para modificarla con una visión nueva o, a veces, para dejarla tal cual.

    Los cuadros de esta exposición continúan el realismo naturalista que adoptó desde 1983, cuando abandonó su anterior etapa surrealista.

   La luz, el color y la hermosa representación de las texturas de las aguas, la vegetación, las nubes o la piel de los personajes humanos, son las principales características de Ignacio, autor de largo recorrido expositivo que comenzó en 1975.

   En cuanto a los temas, y dentro de un especial enfoque escenográfico característico del artista, siguen siendo sus favoritos los paisajes, interpretados a la luz de su visión. Pero no se pierdan sus retratos, realmente originales y profundamente teatralizados, al igual que las pinturas de grupos y escenas humanas de interiores.

 En la exposición montada en sala estableció dos partes, una con cuadros de paisaje, con la luz como elemento fundamental, y otra con tema de figura. Yo se lo voy a servir visualmente a ustedes en un solo conjunto, y así podrán ver también las  coincidencias en el tratamiento del que son objeto ambos temas.

   Sirvan estas líneas y las imágenes que están viendo como humilde apoyo a la difusión del gran trabajo realizado por Ignacio Mayayo, puesto que las circunstancias nos han impedido a muchos acudir a deleitarnos con él presencialmente. Pero todo pasará, e Ignacio nos volverá a sorprender con sus creaciones.

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