ELECCIONES 20-N
El próximo día 20 de Noviembre los españoles tenemos una cita importantísima con las urnas para decidir quién se va a poner al timón de la nave nacional en este borrascoso mar en el que nos hallamos inmersos y –por si la cosa fuera más divertida- sin salvavidas, sin botes de salvamento, sin apenas vituallas y con una negra y lluviosa noche encima de nuestras cabezas.
Con la marcha de Zapatero hace mutis por el foro, el peor presidente que hemos tenido en la historia de la democracia. Un hombre de apariencia simpática pero corto y torpe hasta la saciedad e incapaz de saber que los españoles somos personas que entendemos -¡y de qué manera!- las dificultades, que sabemos arrimar el hombro y pelear hasta la extenuación cuando se nos pide el esfuerzo de frente y con franqueza. Mentiroso compulsivo lideró un gobierno soberbio y que deja un rastro de miseria y paro del que será muy difícil salir.
Las alternativas las representan dos viejos lobos del mar político hispano, ambos bregados en anteriores gobiernos el uno y el otro, hasta ayer mismo, ministro de Interior del torpe en cuestión.
Y dada esa circunstancia para el socialista, parece increíble que pretenda en 20 días hacernos creer que él no sabía nada de lo que nos ha acontecido. Que el paro y el puferío generalizado que campa por el país es tan solo una actuación continuada del ilusionista Criss Ángel. Es, por decir algo gracioso, como si viviéramos un trasunto del “rey desnudo” y tuviéramos que alabar el oropel de su figura cuando de todos es sabido que Rubalcaba va en pelota picada y que lo han puesto para que se coma el marrón como último acto de servicio al partido.
Parece, pues, que la cosa canta y pinta PP. Y ya veremos que saben hacer con la tostada ennegrecida y ardiente en que se ha convertido nuestro país.
En todo caso, los nacionalistas tienen sus opciones, los ecologistas las suyas vía Equo, los creyeron que el 15-M era una floración espontánea ya saben que se han alineado con IU, y, por fin, ahí rueda y lucha UPyD. Así pues hay papeletas para todos los gustos. Son las cosas de la democracia: cada cuatro años nos dejar asomar el morrito ¡Qué contentos estamos!
