Por Daniel Sevillano
Como se conoce el mito del jefe, él es esa persona que te martiriza, te grita, te mete presión y te impide realizar tu trabajo a la perfección. Cuando esta situación se produce todos los días del año las veinticuatro horas, consigue volver loco hasta el mas pintado.
Este papel lo realiza la prensa, con esa presión mediática que imprime en el Real Madrid. La prensa de la capital se dedica en gran medida, a lanzar piedras contra su propio tejado. Día si, día también sacan alguna polémica, que crea una crispación interna dentro del vestuario o de la institución.
Hay una gran diferencia entre la prensa de la capital y la prensa catalana. La prensa catalana se dedica a apoyar a su equipo, si las cosas van mal no hacen sangre, si van bien intentan que siga esa dinámica. En cambio, la prensa que “apoya” al Real Madrid, cuando las cosas no salen, dan palos, y cuando van bien si que es cierto que sacan pecho, pero cada dos por tres anuncian cualquier tipo de polémica.
Sin ir más lejos, la temporada pasada se dedicaron a enfrentar a Mourinho y Valdano, a Casillas y los españoles contra Cristiano, brasileños y portugueses. Al señor Kaka, no le dejan en paz, juega un día y no le sale, al día siguiente en los medios lo crucifican, pero un día como ocurrió en Zaragoza entra al campo y mete un gol y Kaka vuelve a ser el que era, o realiza un gran partido como el del pasado martes contra el Ajax y lanzan de nuevo las campanas al vuelo. Ni Kaka era tan malo, ni ahora es el mejor.
El Real Madrid ya tiene suficiente presión, con ganar la décima y destronar al Barcelona para que desde su propia ciudad no le dejen respirar con conflictos que no llevan a nada, simplemente a sacar titulares y titulares.
