Italia: Pink más allá del muro


Por José Joaquín Beeme

     Operación en clave Shingle. Enero, 1944. Tropas anglo-americanas desembarcan en Anzio, a una hora de coche al sur de Roma.

Por José Joaquín Beeme
Corresponsal del Pollo Urbano en Italia

     De frente, varias divisiones panzer de la Wehrmacht y una división SS italiana blindando el paso a la capital, objetivo estratégico del mando aliado.

    Al cabo de cuatro meses se cuentan más de 40.000 bajas, entre muertos y heridos, por ambos lados. Uno de los desaparecidos en combate es maestro de primaria, comunista, y ha caído en Aprilia durante el contraataque alemán de febrero con el grado de subteniente, compañía Z del 8º batallón de fusileros reales con base en Londres. Se trata de Eric Fletcher Waters, 30 años, casado, dos hijos; así dice el diploma del gobierno con las condolencias de rigor y un timbre con la firma de Jorge VI. El antifascismo militante de este hijo de un minero del carbón, a su vez muerto en Calais durante la anterior guerra mundial, pudo más que su convicción pacifista, que le había llevado hasta la objeción de conciencia.

    Setenta años después, su hijo Roger visita el cementerio de guerra de la Commonwealth en Cassino (Frosinone), desenfunda su trompeta y rinde homenaje a los hombres allí sepultados. También es nombrado hijo adoptivo de Anzio. ¿Motivo? Haber compuesto una colosal ópera rock bajo el título The Wall, impresa en multimillonario disco doble y promovida en larguísima gira, destinada a llorar a ese padre desaparecido cuando apenas contaba unos meses de vida. Con su compadre Sean Evans rueda además un documental para, ensamblando las sucesivas puestas en escena del undécimo álbum de Pink Floyd,visualizar esa búsqueda del padre ausente.

     Que encarna un profundo alegato antibelicista, obsesión recurrente en otros muchos giros de su extensa discografía (el cabo Clegg, nosotros y ellos, cuando liberaron los Tiger, el muro, el montaje final…) y que han hecho de Waters persona non grata al complejo militar-industrial del viejo Occidente, del que el sionismo es punta de lanza: miembro del Tribunal Russell sobre Palestina, ya hace una década condenó el apartheid que en el último año se ha gangrenado en imparable genocidio, el primero de la historia documentado día a día con luz y taquígrafos.

    Hoy es aclamada villa turística, pero en fotos de época se ve el puerto de Anzio arrasado, las casas del lungomare reducidas a montañas de escombros. Aquello fue una carnicería a cielo abierto; se combatía a una alianza de dictadores, se defendía la democracia; muchos acaso no lo sabían, pero abrieron con sangre un mundo nuevo que, en un necesario ejercicio de optimismo antropológico, iba a acabar con todas las guerras. No deshonremos al soldado desconocido: abuelo, padre, hijo. Hermano. Ashes and diamonds. / Foe and friend. / We were all equal / in the end.

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