El (Des)orden mundial en 2024.


Por José Antonio Díaz

  2024 se encamina a su fin con más guerra, más extrema derecha en los parlamentos y gobiernos. Se incrementan las migraciones.


Por José Antonio Díaz Díaz
Corresponsal del Pollo Urbano en Santa Cruz de Tenerife. Islas Canarias.

     No parece que los gobiernos e incluso gran parte de las poblaciones mundiales, –ya somos más de ocho mil millones de habitantes– se tomen en serio las consecuencias de nuestra forma de producir y reproducir la vida. Y la distancia entre pobres y ricos no hace más que aumentar.

     Este trabajo es una breve aproximación a los conflictos que cursan con violencia organizada y se ha redactado a partir de fuentes abiertas en internet, lo que trae consigo un número considerable de enlaces a fin de que el lector pueda hacer las verificaciones que estime pertinentes. La información proviene de fuentes occidentales dado nuestro desconocimiento de publicaciones alternativas. No es que no hayamos buscado, es que no las hemos encontrado. Valga el excurso, hay mucho que criticar a Occidente, no vivimos en el mejor de los mundos posibles, en realidad parece empeorar cada día, pero no cabe obviar que una de las condiciones para mejorar es la libertad de expresión, edición y comunicación que por ahora existe en Occidente. Ello no es garantía de veracidad e incluso desde una perspectiva cínica, podría entenderse como una prueba de la mayor eficacia de la industria informativa occidental en la construcción de relatos aparentemente diversos. Pero sea cual sea la razón resulta obvia nuestra ventaja para intentar explicar y comprender el mundo que nos ha tocado vivir.

    Lo que sigue está en el siguiente orden: Oriente Medio, Ucrania, resto del mundo y un conjunto de observaciones a modo de conclusiones que deben ser entendidas como pretextos para nuevos textos.

Oriente Medio

En Oriente Medio una parte de la comunidad internacional mira hacia otro lado, otra no quiere ver y los más invocan el derecho de defensa de Israel frente a las milicias de Hamás (Gaza desde 1987), Hizbulá (Líbano desde 1992) y Hutíes (Yemen desde1994). Cada una de las facciones con su narrativa convergen en una estrategia cuyo único objetivo es promover la guerra abierta entre EEUU e Irán. Israel ha dado el segundo paso en esa línea invadiendo Líbano  en la segunda semana de octubre de 2024  amén de bombardear Siria.

Tal estrategia tiene tres derivadas y una consecuencia oportunista. La primera, unos y otros son sabedores de su incapacidad para resolver militarmente a su favor el conflicto. Segunda, confían unos en las capacidades de USA y otros en las de Irán para imponer un orden regional (nuevo punto de equilibrio) favorable a sus intereses. Tercera, por si no ocurriera, Israel que ha olvidado su pasado reciente, aprovecha para limpiar étnicamente Gaza y profundizar en la anexión real de Cisjordania. Y Netanyahu se encuentra con un regalo político en forma de sufrimiento, destrucción y muerte que le permite sobrevivir a sus dificultades judiciales y deslizar en Naciones Unidas la idea de que algo parecido al Gran Israel es la solución a los problemas de la región.

Ilustración 1 El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, muestra dos mapas ante la Asamblea General de la ONU en la que no aparecen los territorios palestinos. Préstese atención al uso del color y los rótulos de los mapas.

Si toda guerra es sinónimo de barbarie y crueldad en grado sumo, la guerra en Gaza ocupa por derecho propio un puesto de salida en esa lista a tenor de dos indicadores: civiles asesinados y destrucción de infraestructuras sin uso militar.

A fecha del siete de octubre de 2024, en un año de guerra, el 2% de la población de Gaza, ha muerto por acciones del ejército de Israel, 41.909 fallecidos y 10.000 personas desaparecidas. En promedio mueren cada día 31 niños y 84 adultos. Si comparamos las cifras de víctimas en las guerras de Irak, Yemen, Siria, Afganistán y Ucrania, estas se multiplican por tres con respecto a Siria, 3,5 en Ucrania y solo se acercan a la guerra de Yemen en la que mueren 109 personas cada día e Irak en que morían de media 94 personas; en Afganistán nueve. A título comparativo “a principios del siglo XX la proporción entre bajas militares y civiles era de 8 a 1 (…) en las guerras de los años 90 la proporción es de 1 a 8”. Para más datos vea el Anexo de Wikipedia, o también “Millones de personas han muerto en conflictos desde la Guerra Fría; la mayoría de ellos en África y en conflictos intraestatales”. Otra fuente: el explorador de datos de países en conflicto .

 

 

Ilustración 2 EL País, 7 de octu

 

En materia de infraestructuras dos de cada tres edificios han sido destruidos, 493 de 564 centros educativos, 125 demolidos por completo. La planta hospitalaria ha sido dañada en más de un 50%, 19 de 36 hospitales en la Franja ya no funcionan y el resto lo hacen de manera parcial. Más de 600 mezquitas han sido arrasadas. Un 68% de la red viaria ha sido destruida. Y la Universidad de Oregón calcula que entre el 64% y el 70% de los campos de los cultivos de árboles han sido destruidos.

La ONU estima que hay más de 42 millones de toneladas de escombros lo que supera al total de materiales generados en todos los conflictos del mundo desde 2008.  La reconstrucción de la Franja costará alrededor de 40.000 millones de dólares y podría demorarse hasta 2040. Fuentes consultadas: RTVE, 2024 y Grasso, Daniele y Clemente Pomeda, Yolanda en EL País.

 

 

      Para terminar este apartado, una fuente poco sospechosa de antijudaísmo como “El ex jefe de la CIA Leon Panetta calificó de “terrorista” la explosión de los miles de aparatos de comunicación de Hizbulá”. Algunos medios de comunicación señalan que se están reescribiendo las reglas de la guerra y otros analistas simplemente consideran que lo que se está haciendo es acabar con la noción de que existen reglas.” En La Guerra más allá de las reglas: evaluación de la guerra y de los métodos de guerra en la era de la globalización de Qiao Liang y Wang Xianghui oficiales de la Fuerza Aérea China (1999) se dice que “si alguna vez China se ve obligada a defenderse, debería estar preparada para llevar a cabo una guerra más allá de todas las fronteras y limitaciones (Benedicto Salmerón, págs. 32-33) e Israel parece haberles dado la razón.

     Y Jurgen Jensehaugen señala que la lógica de los conflictos anteriores del gobierno israelí ha cambiado en la creencia de que cabe destruir a Hamás empleando para ello instrumentos claramente contrarios al derecho humanitario como “el uso del hambre como método de guerra” y la destrucción masiva de las infraestructuras civiles.

La Guerra en Ucrania

No cabe entender la Guerra en Ucrania si la focalizamos en 2022 en el momento en que Rusia invadió el país, ni siquiera retrocediendo a 2014 y los sucesos de Maiden, hay que situarse en 1990 y considerar las peticiones de seguridad de Rusia en 2009 (Véase Múnich, el Occidente autista). La Guerra en Ucrania la libran Rusia y Ucrania, la paga Occidente y Rusia y la última y la segunda ponen los muertos. Los únicos beneficiarios son las grandes corporaciones armamentistas y a la espera de que termine la guerra los oportunistas de la historia. La razón de ser de este conflicto es enterrar cualquier posibilidad de Casa Común Europea, el proyecto de Gorbachov para Europa avalado por USA en 1990 a cambio de la histórica retirada soviética de Europa en un contexto de orden de seguridad europeo normalizado y desmilitarizado.

La situación en la actualidad solo tiene una salida, una negociación que le dé a Rusia la seguridad estratégica que demanda o la posibilidad de la extensión de la Guerra a toda Europa o el mundo, sin obviar que Rusia por su torpeza estratégica y diplomática, le ha regalado a la OTAN una razón existencial que había perdido por sus errores en la ex Yugoslavia y Afganistán. Véase Reventando el polvorín ucraniano (Poch, 2022)

Los medios especulan con presuntas presiones de USA y la UE al Gobierno de Ucrania  para que negocie con Rusia un alto al fuego. Más allá de las elecciones a la Presidencia de USA 2024 hay un hecho: Ucrania no podrá ganar la guerra sin que Occidente la pierda. En palabras del noruego Glenn Diesen“Es el momento de restablecer la diplomacia y volver a las negociaciones, aunque llevará algún tiempo invertir la propaganda de la última década y preparar al público para una nueva narrativa. Como vimos en Afganistán, las élites político-mediáticas nos asegurarán que estamos ganando, hasta que huyamos de forma desorganizada con gente cayendo de los aviones”.

Aquí como en Gaza, como en todos los conflictos del mundo, solo hay una posible conclusión, una salida negociada, un nuevo equilibrio o la destrucción absoluta de la otra parte y en estos tiempos solo hay una parte, nosotros.

Los otros conflictos del mundo.

Según el Programa de Datos de Conflictos de Uppsala (UCDP) en 2022 se han registrado 311.325 muertes por violencia organizada. En comparación con el 2021 las muertes han aumentado un 97% siendo el año más mortífero desde el genocidio de Ruanda en 1994. En 2023 disminuyeron las muertes relacionadas con conflictos hasta 154.626.

A continuación, mostramos tres miniaturas de mapas que deben ser vistos en el sitio del UCDP a fin de que pueda verse gráficamente la distribución de la violencia organizada en el mundo a tenor de su tipo.

Davies, Shawn, Garoun Engstrom, Therese Pettersson & Magnus (2024). La violencia organizada 1989-2023 y la prevalencia de grupos del crimen organizado. Revista de Investigación para la Paz 61 (4).

     En la misma línea usamos otra fuente informativa el rastreador global de conflictos del instituto de investigación “Consejo de Relaciones Exteriores” (CFR) en cuanto se declara como parte interesada en la defensa de los denominados intereses nacionales de USA. Tal perspectiva se formaliza a través de una metodología que podemos enjuiciar por las ausencias y presencias de los conflictos que señala y por otra en cómo valora los escenarios de estos en críticos, significativos y de alcance limitado para los intereses nacionales de USA. Por una cuestión de extensión y dados los fines de este trabajo, nos limitaremos a listar los escenarios y sus enlaces.

     Escenarios críticos: Ucrania, Irán, Corea del Norte, Taiwán y Mar de China.

     Escenarios significativos: México, Guatemala-Salvador-Honduras, Haití, Israel-Palestina, Líbano, Yemen. India-Pakistán
Escenarios de alcance limitado: Venezuela, Libia, Sahel (Malí, Burkina Faso, Níger, Chad) , Siria, Iraq, Turquía, Nagorno-Karabakh, Sudán del Norte, Sudán del Sur, Etiopía, Somalia, República Centroafricana, CongoMyanmar (antigua Birmania), Pakistán y Afganistán.

     Según el Consejo de Relaciones Exteriores, las preocupaciones inmediatas cabe resumirlas en posibilidad de violencia electoral relacionada con las elecciones presidenciales (Harris’s Positions vs Trump’s Positions); la escalada de la guerra entre Israel, Líbano e Irán; las migraciones en la frontera suroeste de Estados Unidos y el riesgo de un enfrentamiento militar directo con China o Rusia.

    Las observaciones que siguen no pretenden ser un análisis sobre toda la información relacionada, escapa de nuestra competencia y capacidad. Simplemente señalamos desde el conocimiento mundano algunas consideraciones propias del común, en la medida que no aceptamos el paternalismo tan propio de la clase política cuando señala que “el orden internacional es muy complejo y tiene muchas derivadas”. Tenemos tiempo, así que somos todo oídos, cuéntenos lo que saben, tal vez podamos ayudar. En cualquier caso, creemos que:

  1. Ningún conflicto militar soluciona nada, si acaso establece un punto de equilibrio, que durará lo que la otra parte tarde en romperlo.
  2. Las guerras son un negocio, la ciudadanía pone los recursos económicos y los muertos y los mercaderes de armas, constructores, tecnológicas, etc. hacen la caja.
  3. A título del sesgo de la información mostrada compárese el listado de conflictos del Programa de Datos de Conflictos de Uppsala (UCDP) con el listado del CFR.
  4. Preguntar porque se “olvidan” conflictos como Colombia o no se mencionan otros como el Sáhara Occidental puede ser un camino a explorar.
  5. Las guerras del siglo XXI encuentran su causa en el colapso de las relaciones entre Occidente y Rusia y la creciente competencia entre China y USA (elecciones presidenciales (Harris’s Positions vs Trump’s Positions).
  6. Aquí no hay enfrentamientos entre sistemas alternativos, cosmovisiones, ideologías, religiones, derechos humanos, etc., es simplemente una lucha por la hegemonía entre dos bloques, ambos capitalistas, la OTAN de mano de USA y la BRIC+ (BRICS) de mano de China-Rusia.
  7. El mejor espacio de resolución de los conflictos sigue siendo Naciones Unidas, pero las grandes potencias, especialmente aquellas que tienen derecho a veto, boicotean la multilateralidad a fin de controlar los procesos y mercadear con las soluciones en formas de altos el fuego y armisticios con fecha de caducidad en un cuasi eterno ciclo de guerra perpetua.
  8. Sospechamos que el complejo militar industrial del que ya advertía el presidente de USA Dwight Eisenhower en 1961, hoy ampliado e hiper desarrollado, es el gobierno mundial en la sombra y sostén de la ecuación del circuito destrucción-reconstrucción, en un ciclo de guerra perpetua en una especie de ruleta rusa de alcance mundial.
  9. La ciudadanía, la sociedad civil, tiene que trabajar por acercar posiciones en materia guerra y paces. El esfuerzo bélico amén de promover la guerra, nos distancia de la justicia social. El dualismo económico y la polarización política son las perfectas coartadas que necesitan los belicistas.
  10. Y queremos acabar con una referencia literaria, llamando a la lectura de Los Mongoles en Bagdad de José Luis Sampedro (2003) que ejemplifica la sentencia de Erasmo de Roterdam en los Príncipes: «Primero deciden lo que quieren y después buscan una razón para encubrir su acción» En esa línea cabe preguntarse por el papel de cooperantes necesarios de terroristas e insurgentes de todo tipo a la hora de dotar a los gobiernos de excusas para la guerra.

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