Por Agustín Gavín
Arapaz lleva trabajando con refugiados sirios desde hace siete años atendiendo más de veinte campos de refugiados, aproximadamente diez mil personas, en el valle de la Becaa, en la frontera de Siria con el Líbano. La mayoría son mujeres viudas de guerra que llegaron con sus hijos y muchos de ellos ya tienen dieciocho años o más. También hay, ancianos, desertores y heridos de una guerra que dura ya trece años.
Agustín Gavin
Corresponsal Internacional del Pollo Urbano y Presidente de www.arapaz.org
En los dos últimos repartos, el último hace poco más de un año, también teníamos que distribuir ayuda por indicaciones de las organizaciones sociales locales entre los propios libaneses. Hace ya tiempo que la inflación se ha adueñado del país, sólo hay luz unas horas al día, se corta con mucha frecuencia produciéndose fallecimientos en operaciones simples en los hospitales. Líbano sigue con sus desacuerdos políticos entre maronitas, drusos, sunís y siís, y todavía sigue recuperándose de la catástrofe del estallido fortuito de un almacén en el puerto de Beirut el cuatro de agosto del 2020 que produjo más de treinta víctimas y grandes destrozos y para colmo se han agudizado los hostigamientos de Hezbola el partido-milicia suní contra el norte de Israel desatando la guerra abierta.
Hemos hablado estos días con nuestros compañeros locales de la asociación Al-Abrar, con la que estamos trabajando desde el principio preocupados por los últimos acontecimientos. Israel ha decidido bombardear el Líbano y amenaza con una invasión terrestre. Efectivamente lo tenían fácil. El partido político- milicia Hezbola no ha dejado de hostigar desde el sur del Líbano al norte de Israel. Desde prácticamente su creación en 1982, ha contribuido en la guerra de Siria ayudando a Al Assad y es un enemigo declarado con sus drones iranís, algún misil tierra-tierra, sus obsoletos tanques y sus treinta mil combatientes, aunque ellos dicen que son muchos más y está considerado un grupo terrorista por EEUU, Francia, Inglaterra y muchos países occidentales. La excusa perfecta para prolongar y extender la guerra por la región por parte de Israel y, quien sabe, poder agrandar su minúsculo estado en un futuro como quieren hacer en Palestina desde la creación de su estado postizo en 1948 después de la Segunda Guerra mundial, primero ocupando con colonos poco a poco territorio y después de la masacre de Hamas, a través de un genocidio.
Los bombardeos en territorio libanés han producido muertos, heridos y destrucción y si no fuera por el apoyo de parte de la comunidad internacional dirigida por EEUU a Israel en otro momento serían catalogados como crímenes de guerra. Para asesinar a dirigentes de Hezbula se han llevado por delante a familias enteras no sólo en la frontera también en la capital Beirut, aparte de los destrozos colaterales en infraestructuras de un país arruinado desde hace varios años donde el 1% tiene el 45% de la riqueza. En uno de los últimos bombardeos en la frontera entre Siria y Líbano, en la provincia de Chtaura, con la excusa de que es un lugar de entrada de armas sirias para Hezbola, la aviación israelí, que desde siempre ha volado a sus anchas con drones u aviones por espacio aéreo libanes, aparte de producir muertos y heridos, ha dañado un ambulatorio donde se atendió en la pandemia de la covid-19 a cientos de enfermos tanto refugiados sirios como ciudadanos libaneses. Fue un proyecto financiado por la Diputación Provincial de Zaragoza que consistió en compra de medicinas y aparatos relacionados con enfermedades respiratorias.
Los refugiados sirios que se establecieron el valle de la Becca y que fueron de los primeros en huir de la guerra que empezó en el 2011 están teniendo que elegir entre ser bombardeados por Israel o volver a Siria. La gran mayoría de ellos son familias de combatientes contra el régimen de Bashar al- Asad y su vuelta está llena de incertidumbre como nos comentan desde la misma frontera sirio- libanesa cerca de nuestra misión en Chtaura. En muchos casos los niños de la guerra que ahora son jóvenes en edad militar después de trece años y que no conocen otro horizonte que las tiendas de campaña de plástico de las ongs, pueden ser apresados o movilizados en el ejército de Bashar el-Asad corriendo el riesgo de carecer de cobijo porque sus propiedades o hayan sido destruidas o incautadas.
Netanyahu, ya lo dijimos hace unos meses, está muy interesado en internacionalizar el conflicto. Primero extendiéndolo a sus vecinos libaneses, no sería la primera vez ya lo hizo en el 82 y bombardeo infraestructuras en el 2006, nunca han dejado de hacer incursiones periódicas en Siria, otro enemigo ancestral, violando su espacio aéreo. Han mandado recados a Irán en su propio territorio asesinando a enemigos de Israel y amenazando al país con la utilización de misiles anti- bunker proporcionados por EE. UU. en sus instalaciones nucleares bajo tierra y sobre todo tiene preparada una invasión terrestre del Líbano en su frontera norte con armamento de última generación mientras las encuestas en su país siguen aumentando su prestigio cuanto más territorio ataca. Ya se empiezan a olvidar de su procesamiento por corrupción y las familias de los rehenes que todavía siguen en manos de Hamas, cada vez están más solas. Netanyahu ya ha dicho en varias ocasiones que la supervivencia de Israel pasa por la destrucción de Palestina y sabe que es imposible.
Si se llega a producir la invasión terrestre hay que pensar en una respuesta por parte del Líbano, no sólo de Hezbola sobre todo después del asesinato de su líder el ayatola Hassan Nasrallah. Como pasa con todos los eliminados por los “buenos” en las guerras, el sustituto suele ser peor, parece ser por las noticias que nos llegan desde allí los contrarios a Hezbola también se están radicalizando contra los bombardeos indiscriminados y la posible invasión terrestre. También hay que tener en cuenta el medio millón de palestinos refugiados que hay en el Líbano, Cuando estuvimos en Sabra y Chatila, el campo estaba protegido por palestinos parapoliciales con su correspondiente kalashnikov. Quiere decirse que puede ser otro elemento más para tener en cuenta en la deflagración de la invasión. Por cierto, después de la matanza en dicho campo de la que se cumplieron cuarenta y dos años este septiembre, después de la condena internacional a Israel que había ocupado el país permitiendo la venganza de una fracción libanesa, iluminando el ejército israelí con Ariel Sharon al frente. Durante dos días se cometieron violaciones y atrocidades contra refugiados palestinos, hombres mujeres y niños, a pesar de que el autor del asesinato del líder de la fracción rival no era palestino. La investigación hizo caer al presidente de ese momento Menajem Beguin, no se condenó a nadie en la comisión investigadora, uno de sus miembros era el joven Netanyahu.
Me dice mi amigo libanés desde la Corniche de Beirut que mira con sosiego el Mediterráneo porque a pesar de la incertidumbre, el mar es el mismo y lo seguirá siendo. Refugiados sirios, palestinos, armenios y los propios libaneses acabaran saliendo a flote. Y es que desde la independencia de Francia en 1946 han pasado de ser la capital económica de la región, la Suiza del Oriente, lo llamaban, a un banco de pruebas de la diplomacia agresiva internacional con sus correspondientes guerras. De fondo, en el teléfono se oye un F19 israelí rompiendo la barrera del sonido, ahí ya están acostumbrados desde hace tiempo.
Sirios huyendo del Líbano: