Pentagonismo


Por Agustín Gavín

    Juan Boch fue un intelectual, escritor y político dominicano, el primero que acuñó la expresión pentagonismo para referirse a la relación entre las necesidades económicas nacionales de EEUU y el desarrollo de su potencial militar.  En 1967 hizo un análisis al respecto en un trabajo titulado “El Pentagonismo sustituto del imperialismo” en el que…


Agustín Gavin

Corresponsal Internacional del Pollo Urbano y Presidente de www.arapaz.org 

   …hacía referencia al papel de EEUU en los países del Caribe y América del Sur. Fue presidente de la República Dominicana, tras ser elegido en las primeras elecciones democráticas después de la muerte del dictador Trujillo, aunque fue derrocado por un golpe de estado a los siete meses de mandato.

     Trujillo, el Dictador Dominicano, había perdido el apoyo de EEUU por su osada indisciplina nacionalista y fue presa fácil de unos militares conjurados con el apoyo de la CIA que lo ultimaron, como dicen por allí, en un atentado en 1961, hechos que están  relatados en el libro de Mario Vargas Llosa “La fiesta del Chivo”.

    Hasta su muerte Juan Bosch en el 2001 no dejo de intentar sin éxito volver a ganar elecciones dejando una prolífica producción literaria. Escribió su tesis al tiempo que comenzaba la invasión de Vietnam por parte de EEUU y de alguna manera esa situación corroboraba sus planteamientos de que la salida militar norteamericana en Indochina era la misma que se estaba utilizando en Latinoamérica, es decir por encima de todo estaban los intereses económicos nacionales. Todo valía, desde la desestabilización política hasta el mantenimiento de gobiernos títeres y si algo fallaba, la invasión militar como última salida tampoco venía mal para reducir el estocaje de los almacenes de armas y fabricar otras nuevas.

    Es muy difícil asegurar que el Presidente de EEUU, sus ministros, sus asesores y mucho menos las cámaras de representantes, tengan algo que opinar en las grandes decisiones políticas. Desde hace mucho tiempo es el Pentágono quien marca la política exterior de EEUU y después de su negligencia o no en el asalto al Capitolio, hasta se podría pensar en que también tiende redes en la política nacional.

    Hay ejemplos que ilustran cómo la diplomacia estadounidense ha ido cambiando en función de sus necesidades nacionales, unas camufladas por su papel omnipresente en la OTAN y otras simplemente para poner un cordón sanitario a su economía, pero la decisión final ha partido del Pentágono, el FBI y la CIA y alguna vez descoordinados entre ellos poniendo en peligro el equilibrio mundial.

    Varias han sido las situaciones, la última la de Afganistán, donde parte de las tesis de Bosch respecto al papel prioritario político militar de EUU se han cumplido.

    En la última guerra balcánica, en el año 2000 las condiciones impuestas a Milósecic en la conferencia de Rambouillet, en la letra pequeña a la que se tuvo acceso informativo tres meses después, cuando acabaron los bombardeos selectivos de la OTAN  en Serbia, Kosovo y Montenegro, leímos que la OTAN tendría libertad para moverse a sus anchas por toda la región. Alguien había cerrado las gateras para una salida diplomática y el objetivo estaba claro: la base de Camp Bondesteel a escasa distancia de Pristina, la capital de Kosovo, donde una de sus principales avenidas se llama Clinton y donde hasta no hace mucho la bandera de las estrellas de EEUU ondeaba en los edificios oficiales al lado de la kosovar.

     La base de Camp Bondesteel es la mayor base de la OTAN en Europa controlada por el Pentágono. Antes de los bombardeos sobre la zona alguien ya tenía planificado ese punto estratégico en la diagonal Oriente Medio-Moscú para contrarrestar las bases rusas en Siria, el inacabado conflicto en Irak y las diferentes ramas del fundamentalismo islámico y, de paso, vigilar los oleoductos donde las multinacionales norteamericanas poseen acciones como el Trans-Balcanes.

    Curiosamente no fue Clinton sino Obama el que llevó la iniciativa de la independencia de Kosovo apoyado por la mayoría de países europeos de la OTAN y saltándose las resoluciones de Naciones Unidas. Cuando Rusia se anexionó Crimea trece años después ya estaban cargados de razón bajo su punto de vista. El saltarse las resoluciones de la ONU es un deporte extendido entre algunos lideres del G7.

    Unos años antes en 1995 la logística militar norteamericana apoyó la Operación tormenta en la autoproclamada República Serbia de la Krajina. El final de la guerra en Croacia pasó por la expulsión a sangre y fuego de la minoría serbia en dicha región luego reubicada en Kosovo con sus pertrechos militares arrastrados en su éxodo regional. El humillado ejército serbio se sumó por indicaciones de Milosevic en la represión institucional al pueblo kosovar, propiciando el auge del ELK, Ejército de liberación de Kosovo y el posterior bombardeo de la OTAN. Alguien había colocado las fichas en el tablero.

    Después de los atentados del 11 de Septiembre en Nueva York, es complicado creer en las coincidencias, se comenzó a fraguar una actuación militar con objetivos estratégicos y económicos aderezados con brotes de justicia universal o venganza según quien aliñe la ensalada.

   El Trío de la Foto de las Azores, (aunque eran cuatro, el presidente portugués pasó desapercibido como pinche de cocina los otros tres Master Chef, Busch, Blair y Aznar) dio el pistoletazo de salida a uno de los conflictos más largos y sangrientos del comienzo del siglo XXI, basándose en burdas mentiras como la de las armas de destrucción masiva, la invasión de Irak. Lógicamente, el avispero de Oriente se comenzó a agitar y no tardó en llegar la Primavera Árabe que en pocos meses se transformó en la Guerra Árabe, Túnez, Libia y Siria, que aún continua.

    En el 2013 Abdul Fatah al Sisi dio un golpe de estado en Egipto que acabó con el gobierno de Morsi el primer presidente egipcio elegido democráticamente, pero era un partido que representaba al gran lobby de los Hermanos Musulmanes. Faltó poco para una guerra civil como en Siria pero esta vez Obama o el Pentágono fueron diligentes y la economía norteamericana también. A pesar de las dudas iniciales, se mantuvo un multimillonario pedido del gobierno de Morsi de carros de combate M1 Abramms a la gran factoría de Lima en Ohio. No sólo se mantuvo sino que tres años más tarde en Helwan al sur de el Cairo en una cadena de montaje  en la Egytian Tank Plant se estaban ensamblando los M1 Abramms.

    Seguro que ha habido más ejemplos en la historia reciente pero el último al menos de momento es Afganistán y como es un asunto muy próximo en el tiempo y además está hiper-informado dejaremos reposar el tema para hacer un análisis en frío en otra ocasión. Aun así nos gustaría puntualizar un par de cosas. El actual presidente Biden, después desautorizar repetidamente a la administración Trump, mantuvo su compromiso de retirar las tropas según lo pactado con los talibanes en una precipitada salida que se ha convertido en un fracaso lleno de daños colaterales. Será imposible saber quién decidió hacerlo tan rápido y mal. En su reciente discurso en las tablas del escenario de Naciones Unidas Biden dijo que no estaba pensando en reactivar una guerra fría, pero de momento China está atenta a las maniobras estratégicas de Australia y EEUU en los mares del sur. En Kabul se han quedado embajadas de varios países, el ministro de exteriores de Qatar ya les ha rendido pleitesía y el de Arabía Saudí está en permanente contacto. No podíamos acabar sin remarcar algo que es obvio: Pentágonos también hay en muchos países de los que llevan la iniciativa geoestratégica mundial.

    Juan Bosch escribió cuentos y relatos que influenciaron a varias generaciones de escritores caribeños y latinoamericanos, alguno lo reconoció en vida como el nobel Gabriel García Márquez. Quizá su libro más sorprendente y por supuesto no muy conocido es “De Colón a Fidel Castro”, un análisis histórico desde el descubrimiento de América, el colonialismo anglo-sajón, francés y español, el esclavismo y el imperialismo-pentagonismo. Muchas cosas de la historia de los países del Caribe que nos las habían contado de otra manera.

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