Internacional: Mali, más de lo mismo


Por Agustín Gavín

   El 18 de Agosto pasado se produjo un Golpe de Estado incruento en Mali, para algunos solo fue un golpe palaciego, cuyo resultado fue que el presidente Ibrahim Boubakar Keita dimitió forzado por un grupo de militares de mediana-alta graduación que rápidamente aseguraron que lo antes posible se realizarían elecciones libres. Un cambio de gobierno ya de manual que se viene produciendo en África con…

…frecuencia desde que en el siglo pasado la mayoría de los países accedieron a la independencia, unas veces violento y otras no.


Agustín Gavin

Corresponsal Internacional del Pollo Urbano y Presidente de www.arapaz.org

 

    Recordamos todavía como en el 2008 en la vecina Mauritania se produjo un hecho similar por motivos diferentes.  El entonces presidente Sidi Abdallai fue sorprendido cuando regresaba de visitar el pabellón de Mauritania en la Expo 2008 Zaragoza a Nuatchoc, su capital, por un golpe de palacio orquestado por su jefe de seguridad junto con Mohamed Abdelazid, entonces prestigioso general, argumentando la corrupción enquistada en su gobierno y siendo trasladado a su lugar de nacimiento en medio de la nada y fuera de la órbita gubernamental. Mohamed Abdelazid ha sido presidente de Mauritania desde entonces hasta hace poco. Al cumplirse las dos legislaturas ordenadas en la constitución y dejar el poder, una comisión parlamentaria le ha llevado a tener que responder ante los tribunales por corrupción junto con varios de sus colaboradores. El actual presidente es su delfín del cual se había distanciado. Pocas cosas han cambiado, esperemos que en Mali sea diferente.

    El golpe lo vivieron de cerca nuestros compañeros del Movimiento Extremeño por la Paz que trabajan allí  en proyectos de cooperación  y que en esas fechas estaban repartiendo un contenedor de ayuda humanitaria procedente de Zaragoza. La situación estuvo caldeada con manifestaciones en Bamako, su capital, en pro y en contra del golpe. De hecho, eran la continuación de las manifestaciones que venían produciéndose desde hacía tiempo para pedir la dimisión del gobierno. En abril hubo incluso varios muertos. Los cooperantes, cuando la situación se tranquilizó, desapareció el toque de queda y se volvieron a abrir las fronteras, pudieron regresar a España sin ningún problema y tienen intención de mantener la misión.

    Mali es una antigua colonia francesa con una tradicional inestabilidad política, con dos golpes de estado en ocho años desde el 2012. Vive en una situación de conflicto armado en el norte, con varios frentes abiertos con diferentes guerrillas yihadistas sucursales del DAES,  y las tribus nómadas de tuaregs que desde esa fecha aspiran a tener la independencia en la región de AZAWAD.

    La primavera árabe que empezó en Túnez hace ya más de diez años se convirtió en la guerra árabe que como mancha de aceite se extendió por el mapa de Oriente Medio y África. El desastre bélico de Francia en Libia, obsesionada con acabar con su antiguo aliado Gadafi, cosa que consiguió, convirtió a diferentes grupos en señores de la guerra en el Sahel, esa gran franja desértica que va desde el Mar Rojo hasta el Océano Atlántico, con un sofisticado armamento moderno y trasmisiones de última generación procedente de los arsenales franceses, bien porque se los habían dado a los contras de Gadafi o porque los habían capturado a sus enemigos sobre el terreno. Gadafi había creado un Ejército Islámico  compuesto por muchos tuaregs procedentes de Mali que cuando fueron derrotados volvieron a la región de AZAWAD  con todos sus pertrechos de guerra creando un grupo armado independentista, el MNLA. Los enfrentamientos con el ejército maliense, siempre en desventaja, hicieron mella en la moral de los soldados y en la población civil.

   Se aliaron con grupos yhihadistas fracciones del DAES que llegaron a controlar casi toda la situación durante un tiempo, destruyendo monumentos emblemáticos por ejemplo en Tombuctú,  Patrimonio de la Humanidad y pretendiendo imponer la sharia en todo Mali. Se enfrentaron con sus socios tuaregs del MNLA que fueron derrotados.  Ya entonces el presidente del momento Ibrahim Bubakar Toure, derrocado posteriormente  por golpe militar en el 2012, pidió ayuda a Francia.

    La Unión Europea tomó cartas en el asunto a instancias de Francia y  con apoyo logístico militar de EEUU, Canadá, España etc se estableció en la zona. Los tuaregs se avinieron a negociar pero la situación está estancada desde entonces por los inconvenientes esgrimidos por los países limítrofes donde también viven tuaregs que se niegan a que se cree un nuevo estado en la región, y las bien armadas milicias yihadistas.

   Las fronteras de Mali con estos países por el norte y por el este  Mauritania, Níger, Argelia o Marruecos, fueron como otras de África trazadas en despachos europeos con escuadra, regla y cartabón en el proceso de descolonización sin tener en cuenta ni las etnias, ni las costumbres ni la religión, dejando un caldo de cultivo para irremediables conflictos fronterizos, priorizándose desde entonces el expolio de la riqueza y el valor estratégico del territorio.

    Un sector de malienses progubernamentales hablaron de que los golpistas eran militares acusados de corrupción a punto de ser detenidos, cosa más que posible y hasta normal, acusación también muy manida en estos casos probablemente influenciada por  otros corruptos.

    Quizá también podría haber sido el detonante del golpe las permanentes derrotas  militares y sobre todo el aumento de familias destrozadas por los enfrentamientos armados y los atentados indiscriminados  con la consiguiente desmoralización de la sociedad civil.

      Los primeros en condenar el golpe y pedir la restauración de la democracia fue la CEDEA-Comunidad Económica de Estados de África Occidental- formada por 15 países casi todos con la misma moneda, el franco CFA de África occidental. También surgieron condenas de Francia y luego de la comunidad internacional.

      Comentamos por teléfono el golpe con nuestros compañeros cooperantes, sabiendo por otras ocasiones similares que cuando se producen estas situaciones, a pesar que aquí no llega mucha información, siempre es más que la que tienen ellos allí porque los golpistas suelen oscurecer las redes.

     Hablamos de cómo era posible que los acontecimientos del 18 de Agosto se les hubiesen pasado por alto a Francia. Es sabido que casi todo lo que se mueve en la francofonía africana es controlado por los servicios de información franceses,  máxime cuando hay destacados en Mali gran cantidad de efectivos militares en el norte que también han sufrido bajas en enfrentamientos armados y atentados.

    La contestación estaba en función de lo que vivieron, enfrentamientos los primeros días de civiles en las calles de la capital Bamako, férreo control de los medios de comunicación, toque de queda, detenciones de algún dirigente gubernamental y poco más, el presidente Keita dimitió argumentando que quería evitar un baño de sangre y como casi siempre en estas situaciones,  Keita acaba por razones médicas en un hospital de Emiratos Árabes.

    En fechas recientes los golpistas han dado un paso adelante haciendo caso al mediador de la CDEAO y poniendo al frente del país al militar retirado Bah Ndaw como Presidente y de primer ministro a Moctor Ouane, exministro de asuntos exteriores, con el encargo de formar un gobierno de transición hasta las próximas elecciones. Es más que posible que la diplomacia francesa, por no decir sus servicios secretos, hayan estado detrás de la operación de barnizado político.

    Lo cierto es que, aunque la esperanza es lo último que se pierde, mientras los focos de los guerrilleros yihadistas del  DAES sigan campando a sus anchas y continúe la reivindicación nacionalista de los tuaregs, da la sensación de que sólo se ha abierto un paréntesis en esa región marcada por la violencia y la hambruna.

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