Por Marta Remartinez
Tanto si eres un amante del deporte como si no, hay una cita que no puedes perderte cuando visitas Nueva York. Y es que si realmente quieres conocer la esencia de la ciudad, de sus gentes y sentirte americano por un día, debes visitar el Yankee Stadium.
Por Marta Remartínez (Corresponsal del Pollo en Nueva York)
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Tanto si eres un amante del deporte como si no, hay una cita que no puedes perderte cuando visitas Nueva York. Y es que si realmente quieres conocer la esencia de la ciudad, de sus gentes y sentirte americano por un día, debes visitar el Yankee Stadium.Puede que pienses que no te gusta este deporte, pero ¿no te gusta? o ¿no lo entiendes? En este caso no importa la respuesta, tanto si no estás familiarizado con este juego como si pasas de todo el panorama deportivo, visitar la casa de los Yankees no te dejará indiferente. Te lo aseguro.
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El Yankee Stadium está situado en el Bronx, pero tranquilos que pocos sitios habrá tan seguros en Nueva York como los alrededores y el propio estadio. Es aconsejable llegar a la zona un par de horas antes de que empiece el partido ya que el ambiente que se respira en las inmediaciones es increíble. No importa la hora que sea, tanto si se juega a la una como a las seis de la tarde los bares y pubs, que se mezclan con tiendas de recuerdos y merchandising, están hasta arriba de fans enloquecidos bailando al ritmo de música disco y del compás que marcan sus cervezas.
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Hay quien se pide vacaciones con el único objetivo de seguir a sus queridos bombers. Y es que al igual que el fútbol causa furor en España el baseball en Nueva York, es mucho más que un deporte. Es una religión. Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, fue este juego el que comenzó a despertar sonrisas en los neoyorkinos, durante semanas no hubo fans rivales, toda América estaba con los Yankees. Los Yankees representaban a Estados Unidos. El documental Nine Innings From Ground Zero: The 2001 World Series hace un recorrido por ese fatídico día y los meses siguiente desde un punto de vista diferente, desde una perspectiva tan original como conmovedora. En cierto modo, el Yankee Stadium se convirtió en la casa de todos neoyorkinos, donde ir a llorar y donde comenzar a vivir de nuevo. Y es que como decía anteriormente, el baseball es una religión.
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Un partido dura una media de tres horas, pero no os penséis encontrar a aficionados animando a su equipo durante todo ese tiempo, no, no es así como funcionan las cosas allí. La gente parece tener un entretenimiento mucho mayor, y este es comer. Desde nachos con queso hasta un chuletón, todo cabe en esta caja mágica gastronómica que llaman Yankee Stadium. Helados, palomitas, perritos calientes, comida china… puedes encontrar de todo. Puedes incluso no mirar el campo si te dejas llevar por esos olores que invaden el estadio.
Te puede gustar más o menos, pero de lo que no hay duda es que hay algo mágico en el ambiente, tal vez sea la emoción de quien visita esta casa por primera vez tal vez sea el exceso de grasa que flota en el ambiente pero quien va, repite.
Se pueden conseguir entradas muy baratas, yo no recuerdo haber pagado nunca más de 10 dólares, con los cual si la experiencia te agota siempre te puedes ir sin que se resienta el bolsillo. Además de comer se puede visitar el museo de lo Yankees, que se encuentra dentro del propio estadio. Fotografías, trofeos, videos… un verdadero santuario.
Y si eres de lo que con tener la foto ya está satisfecho y quiere seguir saboreando la gran manzana, no hay problema ya que no hace falta salir del Yankee Stadium para disfrutar de un buen margarita con vista al maravilloso skyline de Manhattan. Ver el Empire State Building acompañado de cientos de fans y un cóctel en la mano es una experiencia que hay que vivir. Nueva York no deja indiferente y visitar la casa de los bombers de El Bronx tampoco.
¿Cuándo te vienes?
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Conoce más del estadio http://newyork.yankees.mlb.com/index.jsp?c_id=nyy
