El indulto del cerdo

Se celebró el indulto del cerdo en la Plaza Santa Cruz
Por Eva Mirinda

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   Cumpliendo con una antigua tradición del barrio, los vecinos se reunen días antes de la Navidad en el «Condumio» de la Plaza de Santa Cruz para celebrar el indulto del cerdo. La celebración consiste en rezar una letanía compuesta por cinco misterios mientras se van comiendo diferentes partes del cerdo que no se indultó y se brinda por la nueva vida del cerdo indultado que, seguramente, andará hozando por las riberas del Gállego (lugar donde presuntamente se soltó).



   Cuando llega el segundo misterio, se comienza a beber exclusivamente vino tinto de Ribera de Duero para hacer más llevaderas las preocupaciones que a estas horas ya tendrá el pobre cerdito indultado
habida cuenta de las fechas en las que se está y lo apetitoso que ha de resultar para los transeuntes toparse con un cerdito bien alimentado.



   En el tercer misterio se saca del horno la piernecita del cerdito no indultado y se comienza a comer lentamente para ver si el otro, el indultado, se arrepiente y regresa al bar para ser convertido en chorizos. Como esto suele ser improbable, se sigue bebiendo y cantando las letanías.  



   Finalmente, cuando ya se ve que el cerdito indultado no va a regresar, se entra a saco con el asado y se come hasta no dejar ni una brizna de carne. ¡Que bonita tradición!

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