Ciencia Ficción Feminista. El Hembrismo


Por   Pilar Catalán, artista visual.

     La C. F. feminista  presenta una alternativa creativa a nuestro mundo, vida y creencias, analiza el papel de la mujer en contextos ficticios y reflexiona sobre utopías y distopías, de las primeras surgen sociedades alternativas pobladas por  heroínas…

…que gobiernan el mundo, o comunidades en las que se ha alcanzado la igualdad entre mujeres y hombres, en los mundos distópicos, el hembrismo que es un neologismo utilizado con diferentes acepciones, puede funcionar como sinónimo de misandria, desprecio, aversión, odio a los hombres, elimina los linajes patriarcales, exhibe identidades plurales libres e iconoclastas que solo el feminismo puede acoger, el machismo argumenta que está enfocado para promover doctrinas represivas contra los hombres. El  feminismo no comparte el hembrismo y es consciente de que no es una ruta hacía la liberación, no obstante se puede comprender y asumir que hay una cierta legitimidad en esos anhelos para poder vivir en  paz, sobre todo aquellas mujeres que han sufrido el yugo de la violencia en sus propias carnes. Muchos capítulos debería de recorrer el hembrismo, término totalmente desprestigiado, ridiculizado y mirado con cristales de aumento por la falocracia, para asemejarnos a todas las felonías sufridas y no deja de ser una gran contradicción que esta crítica repose y se ejerza por la mitad de la humanidad, los varones, que no solo han defenestrado y eliminado los derechos de las mujeres durante siglos sino que siguen ejerciendo la violencia de género por rumbos polifacéticos Un libro misándrico por excelencia, con ausencia de cualquier personaje masculino positivo es “El hombre hembra (The Female Man) de la escritora norteamericana Joanna Russ, publicado en 1975, insistimos que comprendemos sus argumentaciones en un contexto cultural en la que la mayor parte de la literatura representa a las mujeres como sumisas, débiles, malvadas, maltratadas escarnecidas, ignoradas, violentadas o violadas.

    Desde la presunción y la posibilidad pero también desde la creencia, la C. F. feminista   elabora otros relatos en un intento de desalojar el credo y axiomas ancestrales y rancios en los que el predominio y hegemonía  es machista, por tanto como no considerar que es un útil poderosísimo del feminismo, enlace y traducción entre su ideología y praxis, puesto que reinscribe y redefine sus principales fines como son cuestionar el papel reproductivo, los roles de género y sexo, que no son más que constructos sociales, las desigualdades políticas, económicas, sociales entre mujeres y hombres y que hace todo un reconocimiento de lo promiscuo y versátil. La incorporación de nuevos registros promulgados por los nuevos feminismos y otros movimientos como el queers, en el que se introducen y barajan otras plataformas sin clasificaciones esenciales en las que se acepta la diversidad del deseo con naturalidad, se repudia la heterosexualidad, se reconoce a las personas por su valía y no por su condición sexual o  de género, se instala la igualdad en la pluralidad y en ella residirán l@s sobrevivientes de una historia posapocalíptica que reestructurará el Arca que ya no será la de Noé, son las futuras semillas primicias de la sinestesia, para eliminar lo heteronormativo que justifica la asimetría entre hombres y mujeres por el/ biopene y la biovagina.

    La imaginación es una herramienta muy potente para crear, si no somos capaces de imaginar el mundo de otra manera nunca podremos exigir algo fuera de lo que existe, enunciar otra elección exige esfuerzo y valentía, no es fácil reducir e incinerar los miedos ancestrales que afloran ante lo desconocido. Para explorar estas situaciones  y ver con qué nos encontramos en las peripecias de este viaje nos adentramos en el género de la fantasía y de la ficción que no son más que el reflejo de determinados cambios políticos, sociales, culturales, científicos o tecnológicos  llevados  al límite o al  extremo  en el marco del deseo o del temor.

    Ahondemos en diferentes ámbitos de la literatura y otros relatos  de la ciencia ficción y hagamos un poco de historia, las primeras publicaciones se hicieron a través de las revistas pulp y en España los hoy apreciados  bolsilibros en los que la aparición de las mujeres dependía de las necesidades románticas del galán de turno, nunca fueron dignas de protagonizar proezas, los héroes eran siempre masculinos cenit de fuerza y de virilidad. Otras configuraciones más sexistas se consolidaron con el género de la novela negra que repartía humillación, maltrato y violencia de género que ha continuando hasta nuestro días y es explicita la frase de Sam Ludwalt gran conocedor desde múltiples perspectivas de la C.F. que en la década de los años setenta del siglo XX se expresaba así, “Los roles sexuales en la ciencia ficción son tan inalterables como el metal del casco de una nave espacial y la emancipación una palabra desconocida”.

    Para empezar el circuito es obligado mencionar la primera novela de C.F. “Franquestein o el moderno Prometeo”, de Mary Shelly, hija de la famosa escritora feminista británica Mary Wollstonecraft, en el que se moderniza el mito de Prometeo, equipararse a  Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y la tierra” y las consecuencias para la raza humana de  su  osadía y arrogancia. Franquestein es una criatura artificial, producto de la ciencia y no de la divinidad y además tiene la capacidad de rebelarse contra su creador, ¡cuidado! entramos en arenas movedizas, la armada celestial siempre está dispuesta a mantener el buen criterio y a utilizar nuestra vulnerabilidad  y  mantenernos exorcizad@s.

    Una  figura relevante es la de Úrsula  K. Le. Guin una de las autoras de C, F. más reconocida, familiarizada con obras feministas como “El segundo sexo de Simone de Beauvoir” o la “La mística de la feminidad” de Betty Friedan, su novela  “La mano izquierda de la oscuridad” es una obra maestra y nada mejor que su versión explicativa, “Se trata de una raza de seres totalmente humanos pero andróginos, la mayor parte del mes son neutros no funcionan sexualmente y durante unas semanas pueden ser hombre o mujer, padre, madre. No tienen elección y no saben lo que serán exactamente

    En el ámbito publicitario y del comic, nos preguntamos, ¿Ha habido un cambio de mirada con este género? ¿Y si es así en qué medida se ha producido? Repasamos los clásicos estereotipos, abundantes todavía hoy, que gozan de fuerza y vigor y siguen en sus viñetas, como puritanas, pícaras y marimachos a los que se les concede su parcela de libertad,  solo hasta que llega su momento de esplendor sexual, en el que se supone que la joven  está preparada para aceptar su papel de esposa, o la científica despistada y loca que no puede compatibilizar su profesión con sus deberes familiares y de cuidadora y se debate en un mar de dudas y la más peligrosa, la mujer castradora, maestra en el arte de la seducción amorosa, obsesa por ser fecundada para luego herir al macho hasta su muerte, siguiendo la conducta de la Amantis religiosa, o la araña Viuda Negra y un largo etc.

    Las superheroínas del siglo XXI han conquistado la fuerza, el poder y la independencia, sin embargo requiere atención especial identificar las sutiles estrategias del patriarcado que nos presenta a las nuevas heroínas o superwoman, con bikinis-armaduras en actitud guerrera y rasgos hipersexualizados, máquinas de guerra, cuerpos objeto del deseo y “ellas las que todo ejercen y  todo lo cubren”.

Fragmento del artículo “Ciencia Ficción Feminista” publicado en el número 12 de la Revista Crisis.

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