Presentacion de la garCeta de la Ribera


Por Guillermo Garceta

   Días pasados se presentó en el Espacio Vortice de Zaragoza la revista “La gaRceta de la Ribera” que contó con la colaboración de Dionisio Sánchez, director del Pollo Urbano,quien actuó como ponente desglosando las peripecias que, desde su…

…nacimiento, ha tenido nuestra revista hasta llegar al día de hoy.

    «El azul del mar inunda mis ojos, el aroma de las flores me envuelve, Contra las rocas se estrellan mis enojos, y así toda esperanza devuelven.

    Es la primera estrofa de la canción de Golpes Bajos, Malos tiempos para la lírica.

    La canción asomaba en el año 83 al abrigo de la movida viguesa, movimiento que arrancaría cinco o seis años antes y coincidiría en el calendario con la movida madrileña. España vivía entonces tiempos convulsos, tenía hambre de cambio. En el 75 moría el dictador y empezaba la famosa y controvertida transición española. El destape, sería inaugurado por un pecho de perfil visto de espaldas de Ana Belén y el primer taco del cine español en el 74 en la película «El amor del capitán Brando». Este género acapararía casi el 50% de la producción española del 76, año en el que en enero Balbín hacía su aparición en la UHF con el programa «La Clave«. En el año 77 coincidirían en los cines «Perros Callejeros» de De la Loma, «Estoy hecho un Chaval» con Paco Martínez Soria o «La mujer es un buen negocio» con un Manolo Escobar fumando maría. La cartelera de ese año es un claro ejemplo de lo que era la piel de toro, lugar donde se entremezclaba lo cateto, la frustración y represión sexual de 40 años en forma de destape, el cine quinqui que evidenciaba una economía precaria y los parias que ésta fabricaba en serie, y como comenzaban a permear nuevas propuestas atrevidas, lúcidas, alegres y esperanzadas sobre un telón de fondo todavía anclado en el esperpento, el miedo y la pobreza intelectual. El autobús patrio que reflejaba en su retrovisor los cuarenta años de represión, el garrote vil de Puig Antich del año 74 y las ejecuciones políticas del año 75, no sabía muy bien hacia donde se encaminaba, pero la coyuntura nacional, la europea y la metamorfosis que exigía el inconsciente colectivo español cristalizaron en nuevas propuestas y demandas culturales.


La resaca del 68
 y sus protestas en Europa Occidental, Argentina, México y Estados Unidos en contra de la sociedad de consumo, del capitalismo, del imperialismo y del autoritarismo continúa y toma otras formas más irreverentes en los años 70.

   En nuestro país, se gestan entonces las distintas movidas a lo largo de la geografía nacional, Madrid, Barcelona, Vigo, Zaragoza… en forma de grupos musicales, propuestas teatrales, colectivos artísticos de toda índole que se hacen eco de las vibraciones históricas y culturales internacionales.

    En Zaragoza podríamos poner un ejemplo de libro de esta evolución histórico cultural e incluso contra cultural. Hablamos de lo que empezó siendo el grupo de Teatro Morfeo que proclama su hartazgo con la religión en su ópera prima «A (Negación)» en la que plasmaban su indignación con el dogma de la santísima trinidad.

    Morfeo, más tarde el provocador «El Grifo«, trata de hacerse hueco en un panorama cultural maño en el que no existían los cauces apropiados para darse a conocer, pocas salas donde mostrar sus propuestas y pocas herramientas de difusión. Un grupo macarra e irreverente que entiende que Mahoma ha de ir a la montaña. Así pues en lugar de esperar a que viniera el público, acuden allí donde está, en las zonas recreativas y de ocio de la capital maña: el río Ebro.

    Dionisio Sánchez y su grupo teatral se plantan pues donde el respetable en forma de grupos de amigos, prepara sus ranchos, se divierte y planta cara al estío con la ayuda de los chapuzones en el líquido elemento. Eligen pues estas zonas de baño y asueto para imponer sus representaciones teatrales.
Saben no obstante que si quieren llegar más allá, que el público les conozca, un canal de difusión es necesario. Eligen pues comprar la cabecera de «El Manifiesto Pánico o la Tortura del Pollo Urbano«. Manifiesto firmado por el grupo Forma y que es «fruto de experiencias más mentales que reales, en torno a un auténtico pollo».

   Así pues el 11 de marzo de 1977 se presentará el primer número de la publicación en el Bar el Rescoldo de Zaragoza. Nace el Pollo Urbano, con el propósito de tener la máxima difusión posible y donde los principales dibujantes del comic aragonés, ilustradores y fotógrafos maños se encontrarían. Saldrían 22 números en total en distintos formatos físicos para acabar formando parte del Heraldo de Aragón desde 1988 donde gozaría de una página entera hasta 1995.
Más tarde se adaptan al formato digital, entran a formar parte de la red de redes y es en esta plataforma en la que coincide con la 
gaRceta de la Ribera
.

    David Giménez, hombre terafacético y antiguo colaborador de «El Pollo Urbano» es uno de los pilares de la gaRceta y quién propone la posibilidad de que en nuestro multitudinario acto de presentación podamos contar con Dionisio Sánchez con el fin de que nos cuente sus andanzas mediáticas y vitales. Dicho y hecho, Dionisio acepta y acude el jueves 12 de mayo al espacio Vórtice de Zaragoza.

    Al evento comparecieron como ponentes varios colaboradores del diario ribereño, su coordinador, así como el alma de El Pollo Urbano. Hicimos saber a quién vino a escucharnos que la gaRceta quiere ser tanto un medio de expresión para las gentes de la ribera alta del Ebro, como una ventana al planeta entero, que nuestra raíz ribereña bien enclavada permita a nuestras ramas llegar a los confines más lejanos. Dimos parte de que contamos con secciones de astronomía, gastronomía, poesía, performances, opinión, meditación, relatos, crónicas, salas de exposición permanentes. Comentamos que tenemos colaboradores además de ribereños en Teruel, Sevilla, Andalucía, México y Venezuela. Todos nuestros artículos cuentan con sus podcasts o audios correspondientes leídos por los propios autores de los textos. Estuvimos atentos a las explicaciones de Dionisio con el fin de poder sacar provecho de su experiencia en nuestro humilde medio.

   La gaRceta de la Ribera, como decimos en nuestra página, no marcará ningún hito histórico cultural como sí pudieron hacerlo algunas de las publicaciones valientes e irreverentes que la han precedido, ni tampoco tiene grandes pretensiones, lo único que intentará es tratar de expresar con la mayor fidelidad posible lo que sus entrañas manden mientras batan sus alas, en una era en que los aires de la confusión, de la manipulación y de la mentira soplan con fuerza. Como cantaba Golpes Bajos, no son buenos tiempos para la lírica».

*Guillermo gaRceta es coordinador interplanetario de la gaRceta de la Ribera.

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