El Principal fue una fiesta del teatro juvenil con “Medea” y “Miles gloriosus”

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Por José Ángel Alegre Mateus y Victoria Garachana Pérez
Fotografías de Simón Aranda y Ricardo Huerga

    Un grupo muy numeroso de jóvenes y adolescentes han sido los protagonistas, como actores y espectadores, de la jornada teatral que se ha celebrado en el teatro Principal, el reciente 1 de febrero, con la representación de la tragedia de Eurípides Medea y de la comedia de Plauto Miles gloriosus, por la compañía teatral del IES Pedro de Luna, Clásicos Luna.    Por la mañana, en un día luminoso, los alrededores del teatro han sido el alegre escenario de los grupos de estudiantes de ESO y bachillerato que, acompañados por sus profesores, se aproximaban contentos y deseosos de sentarse en las butacas y palcos del teatro de su ciudad, al que, posiblemente, algunos asistían por primera vez.

    El objeto y el objetivo de su ilusión no eran fáciles, porque les aguardaba Medea, nada más y nada menos. En el interior, en la trastienda del teatro, en sus camerinos, dispuestos a saltar al escenario, los 25 jóvenes actores de la compañía Clásicos Luna estaban llenos de ilusión y de nervios, esperando el momento para iniciar la representación de esta interesante, difícil y emocionante tragedia. Muchos la habían representado ya varias veces, pero para algunos, los más jóvenes, era su debut. Cuando llegó el momento de la verdad, el Principal fue una fiesta con los actores en el escenario, diciendo el bonito texto de Eurípides, y con la multitud de espectadores, jóvenes, atentos y emocionados con la puesta en escena que les mostraba la complejidad de los sentimientos y razones de Medea. Los cálidos aplausos finales cerraron los nervios de todos y dieron paso a la alegría de la fiesta teatral colectiva, con sus protagonistas en las tablas y en el patio de butacas.

    Por la tarde el escenario era el mismo, pero el teatro abrió el campo de la vida a la comedia. Teatro y vida plenos de comedias y tragedias, combinadas en un cóctel indisoluble en el que es difícil distinguir cada elemento. Y allí apareció la compañía de 100 actores y cantantes, con todo el poderío de la comedia musical, el texto de Plauto y la dirección de Teatro La Clac. Clásicos Luna, la compañía teatral del IES Pedro de Luna, la puso en escena con alegría e intensidad, para que el público disfrutara de todos los recursos escénicos puestos en juego en la representación.

    El lunes, 1 de febrero de 2016, el teatro Principal de Zaragoza ha sido una fiesta colectiva del teatro juvenil y adolescente, y también del teatro adulto, en la que ocuparon el centro del espectáculo la tragedia y la comedia, Medea (de Eurípides) y Miles gloriosus (de Plauto). Una fiesta en la que los verdaderos protagonistas fueron los adolescentes y jóvenes. Más de 1000 espectadores, la mayoría de ellos chicos y chicas de colegios e institutos de Zaragoza, que asistieron gozosos a la representación de estas obras, y más de 150 actores, sobre las tablas del escenario de este gran teatro.

    El Teatro Principal fue una fiesta de la vida y de la cultura. Podría resultar sorprendente ver a unos chavales de 3º y 4º de la ESO, y de primero y segundo de bachillerato, asistir con atención y respeto a la representación de una obra tan compleja cómo es la Medea de Eurípides. Pero no lo es tanto, porque no es fruto de la casualidad. Detrás estaba todo el trabajo de un gran grupo de profesores, de aquellos que les acompañaron y de aquellos que habían cuidado con atención y trabajo, en el aula, la preparación y el estudio del texto, y del contexto. La cultura, en la medida que es el cultivo de lo humano, no es espontánea. Como las labores en campos y jardines, requiere atención, trabajo, paciencia, gozo y alegría en el cuidado permanente de la inteligencia, las emociones y la sensibilidad de los jóvenes. El Teatro Principal fue una fiesta porque el clima estaba ya creado antes por el colectivo de profesores, en los institutos y colegios de los alumnos asistentes, y, en el caso del IES Pedro de Luna, también con la participación de padres, familias, y toda la comunidad escolar.

    Se dice que son tiempos difíciles para la cultura y el teatro, y lo son, pero, posiblemente, siempre lo hayan sido, de una u otra manera, porque la cultura es alegría y humanidad, pero, la vez, como toda construcción humana, requiere un esfuerzo permanente de las generaciones adultas, para transmitir a las jóvenes el amor, el esfuerzo y el disfrute de las creaciones artísticas.

    Las obras de teatro clásico están llenas de potencialidades para ser mostradas como espectáculos de los que puedan disfrutar los jóvenes, los adolescentes y todos los públicos. Cualquier obra de teatro que tenga una puesta en escena interesante, que sea respetuosa con la inteligencia de los dramaturgos que la han escrito, pero que, a la vez, sepa dotarla de atractivo, utilizando los muchos recursos que las artes escénicas ofrecen a los directores y a los adaptadores, puede acabar convirtiéndose en una fiesta del teatro juvenil.

    Eso es lo que pretende Clásicos Luna, proyecto educativo y compañía teatral del IES Pedro de Luna, ese es el objetivo de sus directores teatrales, de “La Clac”, de los profesores participantes y de todo el colectivo escolar: que el teatro sea un camino para la cultura y la fiesta de lo humano, que los actores estén contentos de actuar, ser figurantes o cantar, y que los espectadores disfruten, porque el teatro es una fiesta colectiva, construida por todos, para todos los públicos.

    Las palabras de Victoria Garachana, una de las actrices que representa a Medea, y que sigue formando parte de la compañía, después de acabar sus estudios en el instituto, son muy ilustrativas, porque nos muestran este mundo desde la perspectiva de sus jóvenes participantes:

    “Hace ya muchos años que empecé con este gran proyecto. Estudiaba bachillerato de artes escénicas, música y danza en el IES Pedro de Luna, cuando realice el casting, convocado por Clásicos Luna, con un montón de compañeros más, que, al igual que yo, teníamos muchísimas ganas e ilusión por crear algo juntos. Y, de repente, me convertí en Medea. Necesité muchas lecturas de esta y de otras obras antiguas para hacerme con el léxico que se utiliza, también tuve que buscar más información,  para ir creando poco a poco el personaje, pero, sin ninguna duda, donde más he aprendido ha sido en los ensayos. En cada ensayo todos nosotros descubríamos y descubrimos algo nuevo de nuestro personaje. Le poníamos voz, cuerpo y sentimiento, algo totalmente gratificante. Así, con la ayuda y apoyo constante de nuestros directores, profesores y ex profesores, entendía quién es Medea y que es Clásicos Luna. Clásicos Luna es mucho más que un proyecto, son ganas de enseñar a todos que, con ilusión y esfuerzo constante, todo se puede, es compañerismo, es aprender a trabajar en grupo, a escucharnos, a valorarnos y sobre todo es disfrutar. Para mí, Clásicos Luna, también es amor por los clásicos y por el detalle, y cuando algo se hace con pasión se consiguen cosas tan bonitas como, para mí, es Medea.”

    “La mayoría de gente de nuestra edad no están acostumbrada a leer o ver obras clásicas, por ello es súper especial el aplauso de este público juvenil. Cuando les narras la historia de Medea, interpretándola y sintiéndola, les haces participes a ellos también. Hacemos que piensen en la cultura y las costumbres antiguas, que tengan momentos en los que no entiendan los abarruntos que le dan a Medea, y cómo Jasón ha podido traicionarle. Me encanta mostrarles todo lo que guardan los personajes, porque a mí también me pasó, yo, al principio, tampoco entendía muchas cosas ni me interesaba tanto como ahora la lectura de los grandes clásicos. Los jóvenes de hoy hemos aprendido a disfrutar con ellas, a querer saber más, a interesarnos y mostrar interés … y una de las maneras, para que todo esto pase, es ir al teatro, ya seas espectador o actor.”

   “Cuando empecé con 13 años a hacer teatro, soñaba con actuar algún día en el teatro Principal. No me podía imaginar en ese momento que, a día de hoy, haya podido disfrutar de ese sueño dos veces. Para mi es algo muy especial. Da mucho respeto, por su capacidad y grandeza, pero,  cuando estás ahí arriba, algo te empuja a intentar sacar lo mejor de ti y de tu personaje. Afortunadamente he podido realizar otras obras en otros teatros, pero Medea y el Teatro Principal me hacen sentir cosas muy bonitas, las cuales recordaré siempre porque están conmigo guardadas.”

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