Por Martín Ballonga.
Noticias y comentarios producidos en sociedad zaragozana, aragonesa, española y mundial
Entre romeos, tomeos, meleros, castros y alegres grasas esto parece la invasión de los cuerpos de los muertos, aquel clásico de Don Siegel del que añoramos su clacisismo, su nervio narrativo y su profundidad alegórica. Y del cine de verdad, en esta ciudad, poco o nada se dice. Los rigurosos estrenos de la filmoteca zaragozana, en torno al cine italiano contemporáneo o al japonés clásico, ni van a verlo ni les interesa lo más mínimo. Solo interesa el glamur, las pompas de jabón, las tontadas. ¡Y estos son los que hacen la cultura local! Ay, señor, señor…
El gran Melero, el ideólogo del núcleo duro, firma un lamentable artículo con ocasión de un incidente ocurrido en la presentación del libro de Mercedes Gallizo referido al mundo de las prisiones. Entre anarquistas, fascistas y reformistas –así se considera, reformista, como Aznar en sus memorias-, su texto tuvo una contestación contundente por parte de Samuel Gimeno Artigas, miembro de la iniciativa ciudadana contra las macrocárceles. Mientras, el gran Melero se va a Burdeos para seguir los pasos de Goya en esa ciudad. Como a su sufrida esposa no le gusta esa afición por el fetichismo del gran Melero, le recrimina: “¡Qué paciencia he de tener contigo!”. Estas aventurillas, como la del cameo en la última de David Trueba, las escribe en el suplemento cultural de ‘Heraldo’. Al parecer, Antón Castro, director de la sopa con letras, también le dio un aviso: “¡Qué paciencia he de tener contigo!”. El gran Melero o el discreto –y cochambroso- encanto de la burguesía. Ay, señor, señor…
El zaragozano Rafael González del Castillo, de 25 años, ha sido designado como la mente más brillante de España. Se trata de un joven arquitecto, director de la revista ‘Designing the future’, director de cine, de teatro y escenógrafo. Pocos habían reparado en él. Sin embargo, nuestro crítico de cine, el sinpar don Quiterio, dijo de él hace unos años, con ocasión de una de sus obras, que se trataba de “un joven al que hay que seguir la pista, con un grado de observación sorprendente y una inteligencia innata, fuera de lo común”. Y luego dicen. Ay, señor, señor…
La destitución de Miguel Rivas como jefe de urgencias del hospital Clínico de Zaragoza nos llena de indignación en esta casa con respecto a los motivos que se alegan para su cese. Es vergonzoso que algunos se atrevan a declarar que los motivos de su cese han sido “organizativos”. Estamos con su hija Clara, contundente: “La política es así, basta con que la realidad no salga a la luz y así podamos dormir tranquilos pensando que España es un país estupendo y no una nación de pandereta”. Vivir felices con los ojos bien cerrados. Ay, señor, señor…
El aragonés Ricardo Alfós es el director de CaixaForum Zaragoza, el futuro centro cultural y social de la Obra Social ‘la Caixa’ en la ciudad. Alfós se incorporó al proyecto de CaixaForum Zaragoza el pasado día 1 de noviembre, poniéndose así al frente del equipo de trabajo previsto para la gestión del centro. Nada más acceder a su puesto dicen que dijo a su entorno para que quedara claro el asunto, que no se dejaría presionar por nadie para que Merceditas fuese la jefa de prensa de este invento que es algo muy serio y exige profesionales de prestigio.
También se dice que la jefa de prensa de alcaldía está llora que llora por las esquinas viendo su gozo en un pozo. Y por si no lo tiene claro el director, ha de saber que se está creando un club de afectados que si su nombramiento se hiciera efectivo, retirarían sus depósitos de la caja en cuestión. Ay, señor, señor…
José Luis Corral acaba de publicar otro ensayo biográfico sobre un personaje totalmente desconocido por los aragoneses. Se trata de un tal Miguel Servet, del que, atención, descubre que fue “un médico y teólogo seguidor del humanismo científico y señala, en unos documentos inéditos que he comprado en el rastro, la existencia de la circulación pulmonar, introduciendo el espíritu divino en la sangre”. También descubre el historiador que fue quemado en la hoguera por la inquisición. Ay, señor, señor…
Carlos Pérez Anadón ha conveniado con la DGA para financiar, por fin, la tan demandada remodelación de la avenida Cataluña. El primer cambio que se hará será cambiar el nombre de Cataluña por el de avenida de los Reyes aragoneses. Cuando estén terminadas las obras tiene previsto coger su coche particular y, todo tieso, presentarse en el ayuntamiento de Barcelona para invitar a ese concejal que duda de las barras. ¿Las del bar? ¿Las del pan? Ay, señor, señor…
Al gobierno de Rajoy no le consta que le espíen el teléfono, no le consta que se pague en ‘negro’, no le constan los sobres, no le consta el blanqueo, no le consta que sea ilegal, no le consta que se adjudiquen a dedo, no le consta el soborno, no le consta el desfalco, no le consta el perjurio, no le consta la malversación, la especulación, el fraude, no le consta el desempleo, no le consta la calle ni la crisis, no le consta nada, absolutamente nada. ¿Que qué nos consta a nosotros? Nos consta que no consta, pero que conste, constancia constatable que constatar. Esa es nuestra constatación. Ay, señor, señor…
Chus Tudelilla, responsable de la página dominical de arte en ‘El periódico de Aragón, no se ha dignado reseñar la retrospectiva del pintor Eduardo Laborda en la Lonja. Ni una mención, aunque casi mejor, porque esa individua sabe de pintura lo que nosotros de botánica. ¿Habrá alguna rencilla pendiente? ¿No es de poco profesional omitir la exposición más visitada -60.000 personas, una arriba, una abajo- en mucho tiempo? ¿Por qué nos quejamos, luego, de que el periodismo va mal? Como se entere Juanjo Vázquez… Ay, señor, señor…
Las memorias de Aznar nos recuerdan a Luis Alegre. Primero yo, luego yo y finalmente José María Aznar. La prosa de Aznar, como la de Alegre, es chata, impersonal y con faltas de sintaxis. Y el ego, decimos, por las nubes. ¡Hasta se permite el lujo de decir que la serie ‘Cuéntame’ se fraguó en su mente! Igualito, igualito, que el ínclito de lechaguito. Ay, señor, señor…
Por cierto, que la matraca que nos están danto con la última de David Trueba es de órdago. Aunque atractiva, al experto en cine de esta casa le parece un episodio sofisticado de ‘Cuéntame’ y hace una bonita comparación entre el desarrollismo, el landismo y el camarismo. Lo de camarismo, claro está, viene por Javier Cámara –al que Alegre se llevaba por la Nicolasa, el Oasis y el Bambalinas-, uno de los intérpretes de aquella serie televisiva titulada ‘¡Ay, señor, señor!’…
Pero lo mejor es esta profunda reflexión de Luis Alegre, acerca de la película de su amigo Trueba: “La película incluye algunos guiños aragoneses. Los escritores Ismael Grasa y José Luis Melero hacen un cameo y el personaje de Ramón Fontseré, al evocar su vivencia en la guerra civil, asegura que él estuvo en Lechago, mi pueblo. Es la primera vez en la historia del cine que Lechago sale citado en una película, algo que puede hacer que el pueblo entero vaya a verla. Eso revela que David es muy poco calculador y que a él le pueden los afectos. Si hubiera reparado en la taquilla, habría rendido homenaje a Calatayud, donde vive un poco más de gente”. Tal cual. Decididamente, vivir es fácil con los ojos cerrados. Ay, señor, señor…
Vicky Calavia, organizadora de eventos cinematográficos como ‘La mirada tabú’ o ‘Proyectaragón’, está muy molesta con esta casa por las críticas poco favorables a sus trabajos audiovisuales. Nos cuentan sus cercanos que tiene pesadillas y sueña, todas las noches, con una granja de pollos que la atacan, en la mejor tradición del filme de Siegel ‘La invasión de los cuerpos de los muertos’, debido, tal vez, a su afición por los obituarios fílmicos locales. Para que duerma tranquila, el remedio se lo damos nosotros: que haga de una vez buenas películas. Ay, señor, señor…
Manuel Serrano Bonafonte, Presidente del Consejo Social de la Universidad ha estrenado su cargo con mal pie. Una furibunda Nieves Ibeas (diputada de CHA) ha escrito en su blog: «Acaba de llegar y ya sobra. Me refiero al nuevo presidente del Consejo Social de la Universidad de Zaragoza, que entra como un elefante en una cacharrería, sin mostrar un mínimo respeto al trabajo realizado por esta institución y por su comunidad universitaria, y presto a reformar (es decir, a recortar) como mandan los jefes……» Y todo porque al buen señor no se le ha acurrido más que decir en voz alta una verdad de perogrullo: que sobran profesores y personal de administración en la Universidad en una entrevista que concedió a Heraldo de Aragón. ¿Quiere la señora Ibeas que le hagamos una lista de destacados culturetas que no tocan la tiza? Ay, señor, señor…