6 consejos para aliviar el dolor emocional y ser más felices

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Por Jorge Moreno

    Los dolores físicos a menudo pueden mitigarse con la ayuda de analgésicos o medicamentos similares. En cambio, cuando son producto de una dificultad emocional, suelen ser difíciles de tratar y tiene que pasar cierto tiempo para superarlos.

   La manera de afrontarlos varía en cada persona, casi siempre según la situación que los origine y del apoyo que se reciba posterior al golpe.

   Hay quienes aprenden a asumirlo como experiencias enriquecedoras para la vida, mientras que otros lo convierten en un impedimento para seguir avanzando.

    En este último caso es primordial prestarle atención, ya que puede convertirse en algo crónico y, de hecho, en algunos puede ser el desencadenante de afecciones físicas.

   La actitud frente a la situación y las decisiones que se tomen son determinantes para volver al camino de la felicidad.

   En este sentido, hoy queremos compartir una serie de consejos que ayudan a fortalecer el alma para levantarla ante las recaídas.

1-Toma el tiempo que sea necesario

    Sentir alivio del dolor emocional y ver todo con más claridad es algo que requiere tiempo. Aunque tenemos la necesidad de ser felices cuanto antes, en ocasiones es mejor dejar que el tiempo cure el dolor en su debida forma, sin reprimirlo.

     Tómate un descanso, deja que las heridas sanen y asegúrate de recuperarte por completo para darle la bienvenida a nuevas oportunidades.

   Recuerda ser benévolo contigo mismo y confía en que todo pasa porque algo mejor está por venir.

2-Sé consciente de tu sufrimiento

    Tenemos la capacidad de observar el dolor, las angustias, las frustraciones y todos esos sentimientos negativos que nos hacen pensar que todo está oscuro.

   Esta habilidad nos permite ser conscientes del sufrimiento y, de una u otra forma, nos dice que las cosas no pueden continuar así.

   Elige no identificarte más con las malas experiencias, deja de alimentarte a diario con eso que te saca a flote el dolor y no dejes que se apropie de tu vida.

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3-Dedícate tiempo a solas

   Cuando estamos enamorados, el tiempo que compartimos con esa persona es valioso y parece darle sentido a nuestra vida.

   Tras llegar a la etapa del desamor nos queda un fuerte vacío que nos hace sentir la vida pesada y difícil de sobrellevar.

   No obstante, si asumimos ese tiempo a solas para alimentar nuestra autoestima, podemos sacar nuestras mejores cualidades para hacer una mejor versión de lo que somos.

    Aprovecha la soledad para reconocer, amar y apreciar esas partes hermosas de ti mismo que puede ser que desconozcas.

   Procura descansar y buscar practicar actividades que te generen placer y solo te den bienestar propio.

 

4.-Evita tomar decisiones apresuradas

    A causa del dolor psicológico muchas personas actúan con imprudencia sin pensar en las posibles consecuencias.

   Es importante controlar esto porque puede empeorar la situación o hacernos elegir cosas que en realidad no queremos.

  Cuanto más dolor estés sintiendo más probabilidades hay de tomar una decisión inapropiada por simple impulso.

  Procura calmarte, llora si es necesario y medita unos días antes de decidir lo que en verdad deseas hacer.

5-Busca apoyo

    Las personas que le aportan cosas positivas a tu vida son las que de verdad valen la pena. Rodéate de aquellos que siempre están buscando formas de hacerte reír o que, al menos, intentan distraerte con alguna actividad especial.

   El apoyo emocional es fundamental para hacer a un lado el dolor y los sentimientos negativos que suelen acompañarlo.

   Los consejos, las palabras de aliento y una simple sonrisa pueden cambiar nuestra forma de pensar ante las dificultades.

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 6-
Deja de aferrarte

   Ama las cosas, pero evita aferrarte para no tener sufrimientos posteriores. Hazte la idea de que nada en esta vida dura para siempre y nada te pertenece por más que lo sientas seguro.

   Atrévete a vivir cada instante como si fuera el último y sácale provecho a cada una de las oportunidades que se cruzan en tu camino.

   Si aprendes a tomar lo bueno de cada cosa, serás más feliz   y tendrás más facilidad de asumir ese instante en el que ya no las tengas.

   Gran parte de nuestros problemas son el resultado de ese deseo apasionado de aferrarnos de las cosas que malentendemos como duraderas.

  Ninguna persona, por fuerte que parezca, tiene el poder de decirle adiós a sus tristezas de la noche a la mañana.

   Este proceso es complejo pero se puede lograr poco a poco con la ayuda de nuevas ilusiones, alguna motivación y mucha actitud.