Lucho Gasca
Han sido muchas las vicisitudes y fracasos habidos a la hora de sembrar bellotas. En la última plantación realizada por el habitual sistema de hacer un agujero con una azadilla y depositar las bellotas en él , se comprobó que, al día siguiente, todos los pocetes habían sido arañados y las bellotas comidas. Al final y tras algunas deducciones acerca del comportamiento de los ratones del campo se decidió utilizar un sistema de..
…apertura de los hoyos que produjera el mínimo ruido.
Utilizando para ello los testigos que ya estaban colocados en toda la finca (puesto que, previamente, se habían marcado con testigos azules las “marras” (fallo de plantación), habidas en toda la finca.
Y así se plantaron 150 “pocetes” con tres bellotas en cada uno utilizando un “barrón” de 12 kg que, al estar la tierra con un excelente tempero nos dejaba (sin ruido), un hoyuelo de 7 cm de profundidad. Después se procedía a taparlo con tierra próxima y se cerraba con el tacón de la bota produciéndose una suerte de tapa natural. Y finalmente se pintaba el testigo de amarillo.
He aquí resumidos los diferentes intentos que hemos practicado
Cuatro días después de plantadas, las “tapas” estaban intactas. Es decir, los ratones no habían acudido a comerse las bellotas. ¡De momento! Lo cual, sin duda, se nos muestra como un avance incuestionable en la nueva técnica de plantación de bellotas.
De momento, aunque lento, parece que el sistema, combinado con una plantación de 240 alveolos a 3 bellotas por soporte, que hemos colocado previamente en la zona de germinación del Instituto, nos podría suponer un año, si el tiempo acompaña, de cierto éxito en la siembra de bellotas. ¡Ojalá así sea!